Tres grandes razones para creer en Edinson Cavani
Si uno ve las estadísticas de Cavani desde sus inicios hasta su último club velozmente constatará cómo se trata de un auténtico portento goleador
A pesar de que el último periplo de Edinson Cavani en el Manchester United, entre sendas lesiones y la pérdida de relevancia por la llegada de Cristiano Ronaldo, distó de ser idílico, hay varias razones que invitan a ver con optimismo su llegada al equipo ché, y que, a la vez, permiten proyectar cómo puede producirse su inserción en la oncena titular, que deberá ser paulatina a raíz de su ausencia de pretemporada. Enumeraremos, a continuación, tres argumentos que pueden decantar su éxito en la pizarra de Gennaro Gattuso para obtener las múltiples conquistas que se le presuponen a un jugador de su talla. Si quieres apostar por este nuevo Valencia CF comandado por Edinson Cavani, así como por otros clubes de La Liga, puedes hacerlo en la aplicación bet365 mobile android.
1. Su idiosincrasia y forma de entender el deporte
Edinson Cavani es oriundo de Salto, Uruguay, y este acontecimiento, lejos de ser algo fortuito, es un buen puntapié para explicar de forma cultural su concepción aguerrida del deporte y de la vida. Es bien sabido cómo Uruguay, país de apenas tres millones de habitantes, consigue mantenerse vigente debido en buena medida a un gen competitivo intrínseco, pero cultivado desde la niñez en partidos que conglomeran multitudes de baby fútbol. Él es el embajador principal de la célebre “Esparta del fútbol”. El propio Cavani, que también dispuso de ofertas de Boca Juniors o del Villarreal, demoró tanto como pudo su opción de cara a elegir el club más idóneo para la preparación del Mundial con su selección, y es coherente que el porqué del Valencia conste de la pasión desaforada de su entrenador. Aunque en posiciones distintas, puede que Cavani se reflejara en el tesón indómito de Gattuso, un percusionista forzoso entre violinistas como Pirlo o Kaká. Esta abnegación también la manifiesta sobre el terreno de juego, al ser un futbolista que siempre emplea su exuberancia física en pro del bien común del equipo, llegando incluso a los 35 años a ser de los delanteros más comprometidos con la presión y la fijación de zagueros centrales del adversario. Tener al “Matador” no es solo el augurio del gol, también de sacrificio contagioso para el resto de sus compañeros y ventajas sucias en la destrucción necesaria de la salida en una liga de juego más pausado. Un ejemplo de su entrega puede encontrarse en cómo accedió, durante años, a actuar como extremo derecho tanto en su equipo como en su país para fomentar el juego de sus compañeros Zlatan Ibrahimović y Luis Suárez, respectivamente.
2. Su repertorio ilimitado para alcanzar el gol
Si uno ve las estadísticas de Cavani desde sus inicios en el Danubio de Uruguay hasta su último club velozmente constatará cómo se trata de un auténtico portento goleador: 9 goles en 25 partidos en Danubio, 34 en 109 en el Palermo, 78 en 104 en el Napoli, 138 en 200 en el Paris Saint Germaine y 12 en 41 en el Manchester United, debiendo agregarle a esta última y modesta cifra la contextualización de que disputó una cantidad minúscula de la mayoría de los minutos de estos encuentros. Incluso el roce internacional con su selección acrecienta su credibilidad como delantero, anotando con Uruguay 58 goles en 131 encuentros disputados y siendo el segundo goleador histórico detrás de Luis Suárez. Ahora bien, ¿cómo alcanza Cavani el gol? Responder esta interrogante no es sencillo, y tal vez haya un desmedro de algunos recursos por el paso indefectible del tiempo. Si bien es cierto que varios goles se produjeron gracias a su físico, enjuto pero firme, correoso y flexible, en él puede encontrarse también un posicionamiento ofensivo superlativo. A diferencia de jugadores tan cerebrales como Thomas Müller o Karim Benzema no es un especialista para colocarse entre los espacios invisibles de tres cuartos de cancha o retroceder para agasajar a otros delanteros con su caudal de asistencias, pero no debe existir casi ningún otro delantero centro con unos movimientos tan letales y precisos en el área como los suyos. El gol en Cavani no es producto del azar o la genialidad intermitente, es la consecución de un trabajo ensombrecido que veja a cualquier defensor. Si bien no es una torre que frisa los dos metros como Haaland, aprovecha su 1,84 con una orientación providencial y un salto suspensivo, ha hecho goles de chilena, tijera y hasta de tiro libre. Tiene un chut rabioso y efectivo al lanzar penales y, por si fuera poco, su remate instintivo de primera es incluso mejor que el que puede efectuar tras controlar previamente.
3. El contexto
Sí, es innegable que Cavani llega al Valencia C. F. con un historial incontrastable de lesiones: lesión de pantorrilla, problemas inguinales e irritación de tendón; no obstante, hay que entender que la poca actividad constante con el Manchester United pudo repercutir en esta merma corporal. Más allá de esto, Cavani es un privilegiado físico, a los 35 años, su cuerpo luce tan efebo y plástico como durante sus años dorados en Italia. Basta compararlo con la robustez oronda de Luis Suárez para elogiar la genética y la figura del “Matador”. Además de este rasgo, él tiene otro objetivo en mente: llegar a Qatar en el mejor estado atlético posible, y lejos de ser desmesurado y exigir su cuerpo más allá de los límites infranqueables de su edad, es plenamente consciente de la prudencia con la que debe proceder en cada decisión. Llegó incluso hasta a pedirle a Gattuso dosificar los minutos durante su debut, que lejos de marcar una actitud esquiva, debe ponderar su carácter mesurado y disciplinado. La biografía de Edinson Cavani y la del club ché parecen desembocar en el mismo estuario de gloria: la necesidad de mostrarse relevantes y ratificar que la mala fortuna reciente no demerita el valor de su fútbol. Es un error juzgar el futuro de un jugador por cuán fulgurante fue su pasado, pero el Cavani más reciente, lejos de ser un jugador acabado, parece ser solo una víctima al no recibir el trato preferencial de estrellas rutilantes como Neymar o Cristiano Ronaldo y a la que la falta de minutos le generaron un problema médico inédito durante la mayoría de su carrera.