Última etapa para la Cultura Verde
Hay quien se ha extrañado del interés generado por la comparecencia de Conchi Beltrán en el Pleno municipal como responsable de la concejalía de Cultura de nuestra ciudad. Hasta tal punto que incluso el alcalde tuvo que intervenir días antes para delimitar el campo sobre el que los grupos de la oposición podrían plantear sus preguntas. No es normal que el área de Cultura suscite tantos interrogantes. Aunque en este caso en particular hay que reconocer que la suma de factores ha hecho necesaria y urgente una puesta en común sobre la materia, para informar sobre el estado de la concejalía y para resolver las dudas pertinentes.
No se trata tan solo de que se haya cubierto o no alguna plaza vacante, algo que se verá afectado por otras concejalías, sino que como expuso el partido socialista, también se trata de entender por qué no se han puesto en marcha mociones que han sido aprobadas por unanimidad en pleno a lo largo de los dos últimos años. Hablamos de la creación de un Consejo de Cultura Local (febrero de 2016), de la creación de unas becas culturales similares a las deportivas, para artistas menores de 25 años (diciembre de 2016), y de la recuperación de la Cantina de la Plaza (septiembre de 2017). Mociones aprobadas, repito, sobre las que no parece que se haya realizado ningún avance. Mociones lógicas y necesarias que requieren de proyecto y consenso. Mociones concretas que repercuten directamente en la vida cultural villenera y sobre las que se puede trabajar concretamente.
Pero parece que estas políticas Verdes no están dispuestas ni a darles la definición y urgencia que sí han dado a unas ordenanzas restrictivas y poco aplicables, ni a darles la estructura participativa de otros proyectos mucho más etéreos. Viendo la actitud de este equipo de gobierno casi tendría que darle la razón al señor Salguero en su alegato no intervencionista en materia de cultura. No se engañen, queridas personas, jamás le daría la razón, entre otras cosas porque aunque el área de cultura hoy funciona sin intervención política, no es lo deseable (si por política entendemos la voluntad ciudadana).
En cualquier caso la presión de la oposición parece haber surtido algún efecto en esta concejalía, que se ha materializado en una mayor presencia de su responsable. Acción-reacción que tampoco parece traernos mejores noticias. Hoy desayunaba con la noticia de que la verbena de Carnaval ha sido suprimida por la escasa participación registrada el pasado año. Lo que me lleva a pensar que nunca hubo intención de consolidar una verbena para Carnaval y que fue una idea caprichosa que se llevó a cabo. O que hay un alto nivel de frustración ante el fracaso de actividades que se creen necesarias. O que con absoluto desprecio del trabajo profesional se montan estas actividades como si se tratara de fiestas de cumpleaños, sin considerar un público objetivo, un crecimiento y consolidación, etc. O quizás las tres cosas al mismo tiempo. Vamos, que este año no hay verbena y el que viene quién sabrá.