Para lo que es Villena no está nada mal el cartel que ha adelantado el concejal delegado para la organización de la corrida del día 7. A pesar de que siempre puede haber imprevistos con respecto a los actuantes, se plantea una corrida mixta con el rejoneador Andy Cartagena junto con los diestros Juan José Padilla y Cayetano Ordóñez Rivera, mano a mano.
Sobre gustos nada hay escrito y mucho menos sobre los gustos del aficionado a los toros, pero este es un buen cartel a pesar de que cabría otro buen número de combinaciones posibles y que también serían adecuadas. Padilla ya era muy querido por el público villenense antes de su accidente y Cayetano logrará que no falte Madrina alguna. Personalmente, no me gusta la combinación del toreo a pie con el de rejones, dado que con este último se queda bastante dañado el albero para la lidia ordinaria. No obstante, debo reconocer que está de moda y suele ser del agrado del público.
Nada se ha dicho por el momento sobre la ganadería verdadera protagonista de lo que suceda en el ruedo y dada la buena reputación de le empresa Simón Casas Productions es de suponer que será irreprochable y posiblemente de encaste Murube.
Igualmente bueno ha sido el levantamiento del pacto de silencio y que se haya informado sin tapujos. Si critiqué la actitud anterior, debo ahora agradecer las explicaciones ya se sabe que estas nunca llueven a gusto de todos pero que han sido objetivamente correctas.
En los últimos años nunca se ha adjudicado la plaza mediante concurso y las empresas que han presentado ofertas lo han hecho atendiendo al derecho de petición pero no en respuesta a ningún tipo de invitación. Otra cosa es que hayan caído en saco roto algunas propuestas muy interesantes e incluso mejores que la escogida por el Ayuntamiento, circunstancia que debe aceptarse con deportividad.
El reglamento para el uso de la Plaza está en capilla y en breve comenzará a aplicarse el procedimiento adjudicatario previsto, paliando opacidades y descalabros. La Peña Taurina muestra que nuevamente goza de una privilegiada situación a nivel político, aunque en el plano taurino se echen de menos pasadas actividades como las Semanas Culturales Taurinas y otras que realizaban en fomento de la tauromaquia. La verdad es que son malos tiempos para todos y este festejo será el único que ofrezca beneficios esta temporada en nuestra provincia.
Por su parte, la Junta Central de Fiestas acepta el reto evitando competir con otros en cuanto a la adjudicación y dando por hecho que habrá un buen reparto -algo que nadie pone en duda- y que se ha valorado en 8.000 euros. Pero ¿y si se tuerce el negocio ocasionando pérdidas? Disculpen que me cueste comprender aventuras como esta, por muy bien respaldadas que estén.
Por lo demás, el hecho de que finalmente se autorice el festejo o no, sólo será responsabilidad de quien gobierna, por lo que se debe confiar en que la Retreta volverá a tener un buen preludio.
