Un ligero alivio
Me he puesto a escribir esta columna a la mañana siguiente después de conocerse el resultado provisional del escrutinio tras las Elecciones Generales a falta del voto por correo y si hubiese alegaciones, tras acompañar a mis hijos al colegio y acompañado por un triste día gris.
Sin embargo, se percibe entre las personas con las que voy hablando una cierta sensación de
¡ya era hora! La situación de la economía y de la sociedad española es realmente grave, por lo que no queda más remedio en confiar en el equipo de gobierno que inmediatamente va a capitanear Mariano Rajoy, lo que sin duda supondrá un ligero alivio de la situación en primera instancia.
Posiblemente se reactivará un poco el consumo, casi seguro que las altas esferas del ámbito económico europeo nos darán una tregua aumentando su confianza para España bajando sensiblemente la prima de riesgo y pasaremos una Feliz Navidad con su posterior cuesta de enero razonable.
Sin embargo, no tengo dudas de que esta sensación de bonanza que se irá implantando para mejorar la situación de la economía en los próximos meses taponará la necesidad de afrontar cambios estructurales encaminados a mejorar el sistema.
Otorgando a cada espacio su debida importancia, comenzando por la extinción del incendio y programando las diversas prioridades, también resulta preciso que desde el legítimo gobierno se garantice la separación de poderes especialmente la independencia del poder judicial y que a pesar del cambio de gobierno se prosiga con las delicadas causas abiertas, que se revise la Ley Electoral porque es claramente injusta y no cumple la máxima de que todos los votos deben tener idéntico valor, el sistema debe ofrecer a los ciudadanos un mecanismo que asegure la responsabilidad de los políticos nefastos, optimizar los recursos institucionales y humanos aboliendo las instituciones innecesarias, reajustes en las Diputaciones, CC. AA., Senado y Ministerios, revisión en los entes públicos y recortes en el meollo
Si mueven pieza en alguna de estas líneas hasta es posible que en las próximas elecciones me acerque a las urnas. Mientras tanto, toca esperar, y mientras espero estoy pensando en la irresponsabilidad de ZP, que no ha sido capaz de dar la cara ni en los últimos estertores, en la soledad de Rubalcaba y en la poca vergüenza de sus cómplices y en sus casi siete millones de seguidores, lo cual da mucho que pensar.
Sobre otros aspectos se puede comprobar que la participación se ha mermado un poquitín puede que no haya tantos indignados como parece, que el Senado ha vuelto a ser ratificado por la mayoría y que en Villena el Partido Popular ha vuelto a recuperar su techo en esta ocasión en que la lista estaba encabezada por Federico Trillo.
De modo que si la mayoría de los villenenses vuelven a votar mayoritariamente al Partido Popular aunque los datos no sean completamente extrapolables a alguien se le debería encender una bombilla y llegar a la conclusión de que pueden recuperar la Alcaldía aplicando elementales cambios.