Editorial

Un paso más en la solución de un grave problema

Volcados como estábamos en el seguimiento de la jornada electoral desarrollada por el Partido Popular, dejamos pasar la semana pasada la posibilidad de hablar en esta sección sobre la importante reunión sostenida por la alcaldesa, Celia Lledó, con el Ministro de Fomento, José Blanco.
Conocido el contenido de la misma, y al margen de la disputa partidista que todo lo impregna y lo degrada, es sin lugar a dudas una buena noticia saber que el Ministerio otorga la categoría de “prioritario” al proyecto del AVE Madrid - Alicante, como se ha puesto de manifiesto días después durante la reunión del propio Blanco con el Presidente de la Generalitat, Francisco Camps. Las posiciones son las mismas de los últimos meses, dado que nada ha cambiado, pero resulta gratificante saber que el proceso sigue su curso y en estos momentos hay una empresa trabajando en determinar cuál es la mejor solución que se puede dar el histórico constreñimiento de nuestra ciudad a causa de las vías del ferrocarril.

Al margen de ciertas referencias entendidas dentro del habitual cruce de acusaciones entre gobierno y oposición, entre Partido Popular y Partido Socialista, lo cierto es que Celia Lledó sigue asumiendo con naturalidad su posición de primera autoridad de todos los villeneros y villeneras y abriendo la puerta a la solución definitiva de este grave problema, que no será la imposición porque sí de una propuesta partidista, sino el proyecto que determinen los técnicos del Ministerio de Fomento tras el estudio de la situación, de sus costes y de sus condicionantes medioambientales.

Se cumplan las expectativas de unos o de otros, se alejen las vías al tendido del AVE o se soterren esos 2.800 metros “de puente a puente”, lo cierto es que nos encontramos ante un momento histórico para nuestra ciudad, que tiene más cerca que nunca la solución a uno de sus problemas más graves y que más disgustos nos ha ocasionado. Por ello, consideramos que ha llegado la hora de dejar de lado los intereses partidistas y conseguir aprovechar una oportunidad que jamás se nos había presentado de manera tan clara y precisa, exigiendo, con una sola voz, que no se demore más en el tiempo una actuación que está llamada a cambiar de forma decisiva la fisonomía de nuestra ciudad y sus posibilidades futuras de crecimiento y expansión.

En definitiva, el momento de la responsabilidad, entendiendo la política no como la defensa de unos legítimos intereses partidistas, sino como la posibilidad de solucionar problemas que nos afectan a todos sin distinción.

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