Barrios

Unas Fiestas del Medievo que agotan un año más los adjetivos

Resulta difícil escribir cada año una nueva crónica sobre las Fiestas del Medievo organizadas por la Asociación de Vecinos del Rabal, sencillamente porque ya no quedan adjetivos para definir un proyecto que cada año es más grande y mejor, en el que se implican más ciudadanos, colectivos y empresas, que obtiene una mayor repercusión y atrae a más visitantes a nuestra ciudad y que, en definitiva, nos hace rebosar de legítimo orgullo.
Los pequeños y grandes cambios –la consolidación de la calle Onil, tomada durante todo el fin de semana por colegios e institutos con lo que ello supone en cuanto a ambiente y número de participantes, el concierto incorporado desde el año pasado al viernes por la noche, etc.– que se van incorporando cada año no hacen sino mejorar algo que ya es de por sí muy grande, y que además se ve potenciado por esos detalles que van más allá de la propia festividad, como las continuas apelaciones a la historia y la tradición de un barrio origen de nuestra ciudad y cuna de muchos de nuestros vecinos, nativos o de adopción, como la pregonera de este año, Inmaculada Soriano, Intendente Jefa de Policía en nuestra ciudad.

Soriano expresaba su satisfacción por tan reconocido privilegio y ha describía en su discurso cómo fue su llegada a Villena hace 35 años desde la vecina localidad de Yecla, explicando los lazos personales que la unen al barrio que la acogió a su llegada a la localidad, así como su relación con El Rabal como agente de policía, en un discurso que fue, en parte, un reconocimiento a la labor de la Policía Local por su papel fundamental en la recuperación del barrio, y en parte, una reivindicación de la igualdad en el plano laboral y social entre hombres y mujeres a través de una mujer que fue la primera Jefa de un Cuerpo de Policía en la Comunidad Valenciana.

Más actividades, más calles, más grupos, más gente…
Desde la Plaza Mayor hasta la Plaza de Biar, recorriendo la Iglesia de Santa María, la Plaza de la Tercia, la Ermita de San José, el Castillo, Santa Bárbara o la calle la Rambla, hemos encontrado a lo largo del fin de semana un gran número de actividades como cuentacuentos, representaciones medievales, espectáculos de magia, juegos, torneos de lucha, conciertos, representaciones teatrales, talleres, así como numerosos stands de comercio, artesanía, tascas y alimentación, entre otros, que han ofrecido a los asistentes la posibilidad de sumergirse durante dos días y medio en el privilegiado entorno medieval que solo las calles del casco histórico de Villena y sus hospitalarios e implicados vecinos ofrecen.

Además, las Fiestas del Medievo han seguido ganando terreno y consolidando espacios y actividades, con dos llenazos (uno de ellos histórico, el sábado con The Fatty Farmers) para los conciertos de la explanada del Castillo y una espectacular lechuguina, un acto que con apenas tres años de vida se ha convertido por derecho propio en una de las estrellas de un evento que sigue acumulando actividades, servicios y visitantes en la zona otrora más degradada del barrio, espacio que muestras un increíble potencial por el que definitivamente vale la pena apostar.

Visitantes por doquier
Mención especial merece el cada vez mayor número de visitantes que ha recibido nuestra ciudad, españoles y extranjeros; la importancia y atractivo de las bodas; el elenco de fotógrafos, periodistas y participantes en el concurso de vídeo (¡hasta 24 equipos¡) que ha tomado nuestra ciudad –y las redes sociales– este fin de semana, así como que la participación de grupos es cada vez mayor (y mejor, puesto que año tras año se superan en la ambientación de sus respectivos espacios) y era una gozada ir de local en local disfrutando de unas Fiestas del Medievo que son, ante todo, unas auténticas fiestas populares que cualquiera puede disfrutar, si es desde dentro, mejor, porque la camaradería y convivencia que se vive entre locales, vecinos, artistas y mercaderes es excelente, sin duda alguna lo que marca la diferencia entre estas Fiestas y los mercados organizados por empresas o ayuntamientos. Eventos sin alma o una fiesta hecha con el corazón, esa es la diferencia.

Pepe Cabanes, presidente de la Asociación del Vecinos del Rabal, destacaba el “éxito desde el inicio” de esta edición de las Fiestas del Medievo, agradecía una vez más el esfuerzo altruista de las asociaciones y entidades presentes en el evento y, a riesgo de repetirse, señalaba, un año más, que “acabamos de vivir la mejor edición de las Fiestas del Medievo”, remarcando detalles como la mayor fluidez de tránsito de público que se ha conseguido con la apertura de nuevos espacios, aunque hemos seguido viviendo algunos cuellos de botella en horas punta en los principales accesos al barrio.

En definitiva, y a falta de valoraciones oficiales, que llegarán en unos días, solo queda dar las gracias a todas las personas que hacen posible, año a año, esta auténtica y maravillosa locura medieval. Enhorabuena a quienes lo hacen posible.

Fotos: Santi Hernández / Villena Cuéntame

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