Villena 2020
Intentaría hacer un ejercicio a lo De recuerdos y lunas de Mateo, intentando recuperar pequeños fragmentos, fotografías inconexas, imágenes fragmentadas de mis dieciséis, dieciocho años, pero es que no me sale, y no será porque no me pillan más cerca que a él. Así que voy a tener que explicar las cosas de otro modo. Intentaré exponerlo y luego enredarlo que es como al final tener una visión de conjunto. Más o menos.
El uno de marzo la Universidad de Alicante nos emplazó a un encuentro, un foro, que ayudaría a la investigación del proyecto Promoture. La iniciativa pretende analizar el desarrollo urbanístico, centrado en el turismo residencial. Su objetivo es buscar fórmulas para que estos planes que se están proyectando sean sostenibles, económica y socialmente. Para ello, se cuenta con la participación de los ciudadanos villenenses en grupos de discusión, foros, etc., en los que plantearán como quieren que sea la ciudad en un futuro. Y así nos encontramos en el Centro de Recursos más de sesenta personas, cada una de su padre y de su madre, dispuestas a intentar dilucidar cómo será Villena digamos dentro de quince años. Nada más conmovedor. Lo digo en serio, a priori un foro de debate es un encuentro muy interesante. Se pueden recoger de primera mano las opiniones y reservas de personas con toda clase de ideas e intereses. Lástima que el futuro, en general y en el poco tiempo que hubo para dibujarlo, se viera con muchas sombras. Con un pesimismo que yo no esperaba. ¿Cómo será Villena dentro de quince años?
Posiblemente la respuesta a esa compleja pregunta la encontramos en el hoy. En el día a día. Las ilusiones, las intenciones, las decisiones que tenemos hoy son las que nos conducen al mañana (parezco Bucay).El caso es que hay que sembrar hoy para recoger mañana, discúlpenme el refrán. Y qué tiene que ver esto con las estampas de mi juventud. Pues porque me recuerdo cómo era y en qué pasaba el tiempo. Cómo pensaba que sería diez o quince años después. Necesitaba espacio y necesitaba alternativas. Y creo que muchos de los espacios y las alternativas que tuve no existen hoy. No veía entonces el futuro tan oscuro. Pero es algo que me ha tocado vivir con otra edad y otros recursos. Tampoco ahora quiero ver el futuro tan oscuro. Es necesario trabajar y proyectar sin miedo, pero con las ideas firmes y flexibles. Si es un problema el ocio nocturno, por ejemplo, debemos buscar soluciones y valorarlas para poder llevarlas a cabo.
Y ya para enredar la columna, y al hilo de la reflexión, comentar con cierta estupefacción el nuevo horario de cierre de los pubs de la ciudad. La medida parte de un decreto firmado por la Generalitat y obliga a encender luces y apagar música llegadas las 3:30 de la madrugada. El peligro de la alternativa, como el de una posible subida del precio del alcohol, pasa por el dichoso botellón, pasa por la dispersión de los grupos en locales particulares. De este modo, al suprimir espacios, los grupos se hacen más cerrados y las relaciones se reducen. Aunque este no sea el lugar más indicado para profundizar en tal estudio, creo que sí lo es para la protesta. La planificación de una ciudad particular choca en muchas ocasiones contra la visión general. Conocemos la problemática que puede originar en Villena el cierre de los locales de ocio nocturno en ese horario, que pasa tanto por el daño económico a los locales como por la fuga de muchos jóvenes a ciudades que tienen otra perspectiva.