Un año más, Villena y sus habitantes se preparan para disfrutar de unos días de especial significación para todas aquellas personas que han nacido, viven o desde la distancia aman a nuestra ciudad.
Semanas, meses, todo un año de duro esfuerzo adquiere un significado pleno cuando se van dejando atrás las preocupaciones diarias, la absorbente rutina, el día a día, y los villeneros y villeneras ultiman al unísono los preparativos y disponen toda la parafernalia festera para una celebración que, cosas del calendario, para algunos se desarrollará sin descanso entre el 1 y el 9 de septiembre, periodo en que adquiere todo su sentido el trabajo y la ansiosa espera de los meses anteriores.
Y es que, a medida que avanza agosto, Villena olvida el verano y se interna en una estación desconocida para el resto del mundo. Cada día que nos acerca a septiembre son más las personas que toman las calles, vemos colas en supermercados y tiendas que no se observan durante el resto del año, los espacios públicos se engalanan y las fachadas deslumbran de limpieza y blancura. La alábela florece en calles, puertas, ventanas, mesas de oficina e iglesias... acompañando las exquisitas pastas villeneras, que al igual que la alábega y su olor, anuncian con su sabor la inminencia de nuestra Semana Grande mientras son degustadas a cualquier hora del día y de la noche, acompañadas de una dulce mistela. Sequillos, rollicos de vino, almendraos, empanadillas de boniato, polvorones de Villena... componen todo un repertorio de delicias que, más allá de su disfrute como alimento, nos acerca aún más si cabe a nuestras raíces y a nuestra tierra.
El tradicional cross nocturno Ciudad de Villena servirá para atraer al público a las tribunas, ya perfectamente dispuestas, para a continuación contemplar, o más bien unirse porque pocos son los espectadores que se resisten al desfile de las Entradicas, manifestación de alegría por la inminencia de las fiestas que tiene su final en la Embajada Jocosa, o Cachonda, que así también se la conoce, un repaso crítico y ácido de la actualidad local que, sin embargo, enarbola la bandera del humor... un humor que, como la alábega o la pólvora, envuelve Villena y llena de alegría a sus gentes tras un duro año de trabajo y esfuerzos.
Como no podía ser de otro modo, les invitamos a vivir con alegría y regocijo también con moderación y prudencia las Fiestas de Moros Cristianos, y aprovechamos la ocasión para anunciarles que El Periódico de Villena, tras el gran esfuerzo editorial que ha supuesto editar este Suplemento Especial que tienen entre sus manos, va a tomarse un pequeño y merecido descanso, volviendo a estar con todos ustedes en sus kioscos a partir del viernes 16 de septiembre.
En nombre de los colaboradores, los redactores y todas las personas que hacen posible El Periódico de Villena, queremos desear felices Fiestas de Moros y Cristianos a los villeneros y villeneras y a nuestros visitantes, así como enviar un sentido abrazo a todas aquellas personas que por circunstancias de la vida no puedan compartir con nosotros el embrujo de una semana sin duda mágica para todos.
