Estación de Cercanías

Villena, te cuento

Y lo hago porque considero que es importante que la población en general conozcamos aquellas cuestiones que, ligadas al funcionamiento interno de cualquier ayuntamiento, se nos escapan por poco publicitadas, pero que son, a su vez, importantísimas para entender el porque de algunos comportamientos y sus consecuencias finales.
Así que esta semana, más que aportar mi opinión, les quiero hacer partícipes de una cuestión que, desconocida por la mayoría, marca de un modo definitivo el fin, la resolución o el abandono de las propuestas que los diferentes partidos políticos llevan al pleno municipal.

¿Saben qué camino recorren los acuerdos que el Pleno municipal, como órgano supremo en un ayuntamiento, da por aprobados? Pues probablemente ustedes, al igual que la que firma, no sean conocedores de esta respuesta, y probablemente igual que la que firma, cuando la conozcan, se sientan un poquito menos importantes o algo más vulnerables o indefensos en última instancia ante aquellos que estén gobernando, sean quienes sean.

Les pongo un ejemplo que puede resultar más esclarecedor: Pongamos que en el Pleno de noviembre se aprobó, como así fue, el envío de los técnicos municipales de Medio Ambiente, Obras y Urbanismo para que realizasen in situ una visita a las dos plantas de basura que actualmente tenemos en nuestras ciudad con el propósito de verificar que estas cumplen estrictamente las condiciones impuestas desde el consistorio para la consecución de sus licencias de apertura. Dicho informe es de vital importancia para poder saber con certificación oficial si es así y poder actuar en consecuencia de no serlo.

Ese acuerdo, una vez aprobado por el Pleno, pasó a la mesa de trabajo de nuestra Alcaldesa, presidenta a su vez de la Corporación, para que ella como primera edil municipal le diese salida comunicándolo a la secretaria municipal y esta a su vez a los departamentos pertinentes para así ejecutar dicho acuerdo. Pero, y aquí está el truco, ¿qué sucede cuando dichas mociones son aprobadas sin una fecha que garantice su ejecución? Pues que pueden ser trasferidas o no para dicho fin. Sí, sí, como lo leen, cuando un alcalde o alcaldesa no está por la labor de ejecutar dicho acuerdo porque le viene dado por votos no afines, o considera que no es el momento, a la orden de ejecución le puede crecer la barba sin que ningún otro miembro de la Corporación pueda intervenir en ello.

Esta es la circunstancia de la moción que arriba menciono, y que lleva más de dos meses durmiendo a la espera de que nuestra alcaldesa decida proceder a su ejecución, no teniendo para ello fecha concreta y por lo tanto siendo ésta una conducta totalmente ajustada a la legalidad, que permite que, a día de hoy, la mociones aprobadas sobre basuras sean palabras sin hechos. Yo también me he preguntado cómo es posible imponer criterios con solamente 6 concejales de 21, pues aquí tienen una pista, ya que, siendo única y exclusiva potestad de la alcaldesa ordenar el cumplimiento de los acuerdos, poco o nada se puede hacer para que, los que no le convengan, sean llevados a término, pantomima en toda regla que me aclara las inexpresivas caras en la derrota, pues actualmente la ejecución de aquellas mociones que el resto de grupos que componen la miscelánea política que tenemos en Villena ha sacado adelante, continúan a la espera de su trámite, y ya se están buscando nuevas fórmulas legales para que Celia Lledó cumpla aquello que el Pleno le ordena con los votos de la mayoría. No sé a ustedes, pero en vista de este panorama, o la oposición se garantiza el cumplimiento o Juan Palomo se monta piso en la Plaza de Santiago.

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