Villena: un Tesoro todavía por descubrir
Pocos dudan hoy del enorme potencial turístico que tiene Villena en cuanto a patrimonio histórico y monumental. Nuestro Castillo de la Atalaya, con el apoyo logístico del Centro de Recepción de Visitantes, el Ayuntamiento, la Iglesia Arciprestal de Santiago, el Museo Arqueológico, el Festero o el Teatro Chapí, por ejemplo, que desde hace un tiempo y afortunadamente recibe visitas guiadas. Y al igual que hubo un convenio entre el Ayuntamiento y la familia de Antonio Navarro Santafé para abrir ese museo una vez a la semana, ¿por qué no llegar a un acuerdo con la familia del entrañable Pablo Castelo para habilitar de nuevo ese pequeño pero original Museo del Botijo? Y ojala, más temprano que tarde, pudiéramos contar con el Museo Etnográfico, el edificio de la Electro-harinera, que compró nuestro consistorio el año 2000 a su propietario Jerónimo Ferriz.
Pasos lentos se están dando, por falta de presupuestos, porque las administraciones son lentas, porque los proyectos se ralentizan una eternidad
Pero se va avanzando poco a poco y desde mi opinión personal Merce Menor está llevando a cabo una labor encomiable y muy silenciosa. De buenas ideas nunca hemos estado exentos, y evoco ahora a Primitivo Gil Saúco, concejal de Turismo en la legislatura 1995-1999 y 1999-2003, quien ya imaginaba las posibilidades turísticas, aún hoy sin explorar, que tiene esta ciudad. Su problema, aparte de la escasez de recursos, fue el mismo de todas las concejalías posteriores, que no es otro que las parcelaciones individuales de todas las concejalías, como si sus propias autonomías y sus campos de acción fueran por sí solas suficientes.
Y no es así. Hoy en día una concejalía, por sí sola, está condenada al fracaso. Independientemente de los recursos, económicos y humanos, lo deseable es que sean todas ellas transversales y trabajen juntas coordinadamente. Una idea aboca un proyecto y cualquier plan, para que se viable, necesita que se comparta, tanto en su financiación como en los aspectos técnicos y administrativos. De nada sirve que una concejalía tenga su propia partida presupuestaria si está maniatada por sus particulares limitaciones y aunque se están llevando a cabo buenas gestiones con la complicidad de varias concejalías y cada vez recibimos más visitantes, es necesario seguir dando pasos para evitar improvisaciones.
Resulta evidente que nuestras fortalezas turísticas no deben basarse exclusivamente en nuestro patrimonio monumental, como tampoco en los escasos recursos de alojamiento que disponemos, con la existencia de un modesto pero eficaz hotel. Los turistas que nos visitan son de ida y vuelta. Por tanto sería conveniente una planificación sistemática y permanente con la implicación y complicidad de otros sectores; y me refiero a un acuerdo estable y convenido entre lo público y lo privado para dinamizar la actividad económica de la ciudad.
A lo mejor sería conveniente invertir la dinámica y no esperar a que sea un tour operator quien oferte visitas de turistas a la oficina de turismo, sino que sea el propio ayuntamiento (figura de la concejalía de turismo, personal del Gabinete de Desarrollo Económico o una agencia externa contratada para este fin) quien establezca un convenio con agencias hoteleras con un paquete de ofertas. Del mismo modo llegar a acuerdos de colaboración con las Asociaciones de Comerciantes y de Hostelería, así como con empresas punteras del calzado, agrícolas y vinícolas.
De manera que aparte de las rutas turísticas se incluyan también visitas a comercios, fábricas, cooperativas, bodegas y reponer fuerzas con mesa y mantel en nuestros restaurantes. Es cierto que esto se viene haciendo, pero puntualmente. Sería preciso un plan general que atara y asegurara la visita de turistas de una forma más sistemática y coordinada. De esta forma empresas locales interesadas en promover sus artículos darían un paso al frente implicándose en la causa.
Extraordinarios eventos ocasionales oferta Villena una vez al año: las Fiestas de Moros y Cristianos y la Fiesta del Medievo. Habría que lograr que las visitas fueran generales y por tanto cotidianas para reactivar nuestro tejido social y económico. Y si el Centro de Recepción es el inicio de la ruta histórica y cultural, la Plaza de Toros podría ser el punto de partida del recorrido comercial y económico.