Música

Villena volvió a gritar contra la censura con el festival Fuck Censorship

Unas 4.000 personas venidas de toda España disfrutaron de un evento que funcionó a la perfección

La plaza de toros de Villena acogía el sábado la cuarta edición de Fck Cnsrshp Festival, continuación de la antigua fiesta de presentación del Aupa Lumbreiras, atrayendo a nuestra ciudad a miles de personas, que durante más de 12 horas seguidas disfrutaron de las actuaciones en directo de algunos de los grupos más representativos del punk-rock estatal.

Unas 4.000 personas venidas de toda España disfrutaron de un evento que funcionó a la perfección. La jornada transcurrió tal y como estaba previsto, con una muy buena asistencia y con un aforo, limitado a 5,000 personas, que aseguraba la comodidad de los presentes y la fluidez a la hora de facilitar los accesos y salidas, así como la circulación dentro del propio recinto de la plaza, aunque en algunos momentos hubo ciertas aglomeraciones para entrar o abandonar el edificio.

Miles de jóvenes, y no tan jóvenes, llegados desde todos los rincones de España -y algún que otro guiri- tomaron Villena con autobuses o sus propios vehículos y durante todo el día realizaron en la zona sus botellones, además de llenar los locales de hostelería de la zona.

Rock sin descanso

En lo musical, solo cabe destacar que con tanta variedad de grupos es difícil que alguien no se vaya satisfecho tras escuchar a sus bandas favoritas, en un evento que arrancó pasadas las dos de la tarde y se prolongó hasta pasadas las tres de la madrugada. Los catalanes Crim abrieron el evento, ante un numeroso público a pesar de lo temprano de su actuación, para dar paso a uno de los momentos más esperados de la tarde, el debut en Villena de la banda sueca The Baboon Show, que derrochó energía sobre el escenario y simpatía debajo, contentando más que sobradamente a todos los presentes.

A continuación tomaban el escenario los extremeños Sínkope, que capitaneados por el carismático Vito Íñiguez terminaban de caldear el ambiente con su rock urbano y poesía, que tanto recuerda a sus paisanos Extremoduro y Marea, dejando el respetable totalmente listo, y al coso totalmente lleno, para disfrutar de las siguientes actuaciones: el descarnado y pegadizo punk-rock de Kaótiko, El Último Ke Zierre y Segismundo Toxicómano, un golpe detrás de otro para pasar, sin solución de continuidad y con un escrupuloso cumplimiento del horario, marca de la casa, a los cabezas de cartel del evento.

Boikot, un valor seguro, se comieron el escenario como en ellos es habitual. Acumulando himnos y temazos en su discografía, sus directos no dan un respiro a nadie, aunque para temazos, la trayectoria de Enrique Villarreal, El Drogas, alma mater de Barricada y defendiendo desde hace años una más que digna carrera en solitario. En este caso, la primera parte de su actuación fue más tranquila, interpretando algunos de sus últimos temas, dejando para la segunda momentos memorables, en los que recuperó algunos pelotazos de Barricada como “Todos Mirando”, “No hay Tregua”, “Balas Blancas” o “En Blanco y Negro”, que pusieron al respetable a mil por hora.

Ponía la guinda al evento una banda de la tierra, Los de Marras, que triunfaron una vez más con su rock desenfadado y comprometido y con toques de ska, y con unas letras plagadas de cercanía y sentimientos sinceros que fueron coreadas al unísono por los miles de asistentes que resistieron dentro de la plaza hasta el último minuto.

En definitiva, otro gran festival en el que el público asistente lo pasó en grande, colaboró con una buena causa -el guardarropas solidario de AMIF funcionó a pleno rendimiento- y que nos deja con ganas de más. Afortunadamente el verano ya está en camino, y con él los platos fuerte: Leyendas del Rock y Rabolagartija Festival. Allí nos veremos.



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