Editorial

Villeneros e inmigrantes, un proyecto común

La pelea que tuvo lugar la semana pasada en las inmediaciones del IES Hermanos Amorós entre jóvenes españoles y sudamericanos, lejos de quedar como una simple riña entre adolescentes –aun a pesar de la existencia de heridos y detenidos–, no ha sido más que el comienzo de una violenta espiral con sucesivos episodios que, esperamos y deseamos, no tengan continuidad durante el fin de semana que ahora comienza.
Aun recogiendo, como es lógico, la existencia de esta noticia, desde El Periódico de Villena hemos optado por no convertirla en espectáculo mediático, ya que estimamos que un constante cruce de declaraciones, comunicados y amenazas a través de los medios no puede contribuir –más bien al contrario– a la superación de este hecho, que si bien tiene la suficiente entidad como para ser preocupante, por fortuna aún se encuentra muy lejos de lamentables sucesos ocurridos en muchas ciudades, algunas de ellas muy cercanas a Villena, durante los últimos años.

No cabe duda de que el ayuntamiento de Villena ha trabajado mucho y bien respecto a la problemática de la inmigración. Todas las formaciones políticas, a través del llamado I Plan de Inmigración, suscrito por unanimidad y con consenso, comparten un modo de pensar y funcionar que ha evitado la existencia en nuestra ciudad de sucesos y situaciones más que comunes en localidades de nuestro entorno. No obstante, y con la excepción de ciertos eventos o noticias de mayor alcance mediático (léase la Semana Intercultural o el proyecto de las Bibliotecas Interculturales), la mayor parte del trabajo se ha realizado de puertas para adentro, merced a un constante contacto directo con la calle, y así debe seguir realizándose, tomando las medidas oportunas para evitar que vuelvan a suceder episodios como el que nos ocupa, buscando interlocutores válidos para establecer un diálogo directo con los grupos afectados y sentando las bases para que nunca más un pequeño enfrentamiento, como el que ha originado la situación actual, derive en un conato de “caza del inmigrante” que debería avergonzarnos a todos por cuanto supone y representa.

Desde estas líneas, animamos a los responsables políticos y sociales a seguir trabajando con rigor e intensidad en todos los frentes, desde el legal –ciertas actitudes y amenazas sólo pueden combatirse exigiendo y reclamando el más estricto cumplimiento de la ley– hasta el social, que pasa inexcusablemente por potenciar todo aquello que nos une y superar cuanto nos separa, ya que unos y otros, nos guste o no, formamos parte de un proyecto común que se llama Villena.

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