Visualizando el futuro

¿Qué va a ocurrir, cómo nos sentimos y nos vamos a sentir, qué cambios requerirá nuestra vida? Muchas incertidumbres se abren y anuncian cambios para cuando pase la crisis del coronavirus. El responder a ellas no es fácil, ni posible ahora. Pero sí necesario intuirlas, y preparar el día después.

Visualizarlo ya desde un principio básico, el de la solidaridad y el apoyo. En primer lugar hacia tantas personas que sufren la enfermedad, a tantas otras que nos han dejado, a tantas familias rotas, a tantas aisladas, y a tantas personas que hacen un trabajo enorme en favor de quienes más lo necesitan. Vayan pues nuestras primeras palabras como abrazo de apoyo y ánimo hacia quienes han sufrido el zarpazo de esta epidemia y hacia quienes día a día se esfuerzan en controlarla y sanar.

Estamos viviendo unan experiencia inimaginable… salvo que pensemos en los millones de personas refugiadas que han abandonado su hogar huyendo, o en los países que se mantienen en guerra y dejan golpeada a su población. Experiencias que vemos distantes pero que podemos sentir y comprender mejor. De repente lo que a veces despreciamos es esencial: la limpieza, los cuidados, el jabón... De repente la atención hacia los y las demás se hace imprescindible. Cambia nuestro mundo de valores. Parece que podemos superar la cultura impositiva y machista que vivimos y se contagia la propuesta feminista.

De este sentimiento compasivo surgen muchos otros que deben ayudar a transformar la sociedad con cambios evidentes. Todo el mundo confinado se ha planteado cambios en los ritmos laborales y familiares... ¿No se debería abrir definitivamente una puerta a la conciliación familiar en el mundo laboral?

Los centros de trabajo que han podido no cerrar han cambiado también muchas veces la manera de producir.¿No se abre todo un camino a una nueva organización del trabajo, con el teletrabajo y la posibilidad de romper con la esclavitud horaria en favor de otro concepto de productividad y una mejora de las condiciones laborales? E incluso se han reforzado medidas de seguridad, necesarias, cuando muchas veces se han carecido de los mínimos elementos para no perder la vida en el “tajo”. Un reto enorme que la seguridad laboral no sea lo mismo después del coronavirus.

La apuesta por lo público parece evidente. Aún quienes en su día mermaron la salud pública, la educación, la investigación, los diferentes servicios, hoy proclaman la necesidad de responder con mayor vigor desde los poderes públicos. ¿Cómo orientar una nueva etapa de gasto público al servicio de la salud, de la educación, del medioambiente, de las personas más necesitadas.?

Lejos de ideas conspiranoicas esta epidemia ha mostrado que el mundo global es débil. Nuestros ecosistemas, frágiles, anuncian una crisis irremediable si no cambia el modo de vida y de producción. Han pasado muchos años sin escuchar el grito de la Tierra y, de repente, sin abandonar la amenaza nuclear o del cambio climático, una partícula de pocos nanogramos pone en jaque a todo el mundo como anticipo de la hecatombe que puede llegar. Nos da pistas para una segunda oportunidad.

Hemos visto con tristeza o esperanza, no sabemos qué decir, que la atmósfera de China ha mejorado durante todo el tiempo de confinamiento. Lo vemos ahora en las imágenes de satélite sobre España. Las grandes ciudades están más limpias que nunca en los últimos años. ¿Podremos aprender de ello?

El llamado “efecto mariposa” se ha hecho evidente, Un tenue soplo en oriente se ha convertido en un huracán mundial. Pero de la tragedia, la oportunidad. Y planificar el futuro debe ser una prioridad para:

• Enfrentarnos a una crisis económica sin precedentes sin dejar en la cuneta a millones de personas trabajadoras que habrán perdido su empleo. Seguramente más de 3.000 en Villena.
• Apoyar a las empresas y autónomos/as que habrán sufrido esta crisis y su nuevo funcionamiento responda a criterios ecológicos.
• Favorecer que las entidades públicas realicen las inversiones que precisen en respuesta a las necesidades de la población y del medio ambiente. Villena cuenta con más de 20 millones que podrán ayudar a evitar el golpe contra la población y a favorecer inversiones en defensa del medio ambiente.
• Fortalecer una sociedad de cuidados en la que quede desterrada la imposición y el machismo.
• Garantizar el apoyo a todos los servicios públicos porque ya hemos visto como los recortes se pagan, en desabastecimiento, falta de respiradores y exceso de muertes.
• Ofrecer un proyecto de Europa que coordine una transición ecológica y social de la economía y la defensa de derechos humanos, laborales y sociales, cerca y lejos.
• Potenciar una sociedad civil participativa que ha mostrado su mejor cara con esa expresión solidaria de aplausos diarios y esa capacidad creativa e imaginativa para superar el confinamiento.
• Buscar el consenso en las grandes decisiones con participación y transparencia.

La crisis por el coronavirus ha golpeado. Abramos los ojos. Nos toca preparar el nuevo futuro.