Volver al Mundo y encontrar el Caso Richart
Afortunadamente este año las vacaciones de septiembre finalizaron para nuestra familia el día dieciséis. Lo que nos ahorró esos confusos y tristes días de calles vacías, de armarios que devoran como poco antes trajes de baño y toallas los trajes festeros y escupen uniformes escolares y chaquetas finas de entretiempo. Aplazamos la vuelta a los colegios, donde imagino que cientos de profesionales alternaban emociones suscitadas tanto por el comienzo de un nuevo curso como por las inferencias políticas en sus actividades laborales. Y regresamos con esas medallas de Oro que nuestra magnífica Selección de Baloncesto ganó realizando el mejor juego del campeonato.
Pero llegó el día diecinueve. Ese lunes atroz. Y el continuum de la vida, más bien de la burocracia, nos llevó a retomar el Caso Richart con la noticia de los ocho años de inhabilitación que la Fiscalía pide a nuestro segundo Teniente de Alcalde Juan Richart. El candidato imputado de VCD ha pasado a ser el concejal acusado del tripartito. Presunto inocente hasta el veredicto del juez. Pero en una situación que para mi entendimiento debió hacerle retroceder como candidato cuando era imputado y debería hacerle retirarse de su actividad pública ahora que es acusado con cargo de prevaricación cuando detentaba el mismo cargo (o similar) que ahora ocupa. Aunque para no ser injusto tendría que recordar que a casi nadie pareció importar (ciudadanía o grupos políticos) que imputados en toda regla como el señor Francisco Camps, se presentaran a los pasados comicios y demostraran que ciertas prácticas de corrupción no restan el apoyo de la población para vergüenza mía al menos.
El caso es que nuestro Partido Popular en boca del señor Valiente, quien lanza preguntas contra el alcalde (textualmente: en lugar de para el o al alcalde), parece no perder comba ni en el más pequeño escalón y apenas cerró la boca el Fiscal ya está pidiendo la dimisión de Richart, o en su defecto la intervención del señor Esquembre para desautorizarlo. No creo que olvide el PP que la prevaricación se produjo cuando el señor Richart era concejal de su partido, pero aunque obvia y esquiva el dato aporta otros más escondidos como el conocimiento del asunto en su día por parte de nuestra anterior alcaldesa la señora Lledó. Por su parte nuestro alcalde destaca la persecución del PP villenero contra Richart motivado por la escisión que este produjo en el Equipo de Gobierno y que arrebató la mayoría al PP. Una teoría, la del señor Esquembre, que presupone que el PP hubiera encubierto el delito si a cambio hubiera obtenido fidelidad al partido.
Complicado, pero no demasiado. A fin de cuentas lo que tenemos es un concejal en nuestro ayuntamiento acusado de aprovechamiento del cargo. Y a esperar sentencia, dirán quizás. Pero mi postura es otra: que un imputado no debió encabezar una lista electoral y que un acusado no debe seguir ejerciendo un cargo público.