Apaga y vámonos

Vuelta a las andadas

No sé si será verdad eso del hombre, los segundos tropiezos y las piedras, pero está claro que Villena sufre una especie de maldición bíblica que nos obliga a dar vueltas en círculo sobre nuestros problemas, divididos entre aquellos ya históricos que jamás se solucionarán –verbigracia el soterramiento, con el que dentro de nada nos volverán a dar la tabarra– y los incordios de nuevo cuño que, aún recién llegados, vienen con vocación de convertirse en costumbre, como las rupturas de los partidos que nos (des)gobiernan.
Y es que pasan los años y las Corporaciones, pero nuestro ayuntamiento sigue instalado en un perpetuo inmovilismo que nos permite a los plumillas vivir acomodados en el copia&pega, pues los argumentos que utilizamos ayer son igualmente válidos hoy, y donde con prudencia escribíamos al estallar el escándalo que “lo que suceda en el seno del PP es problema única y exclusivamente del propio PP”, podríamos suscribirlo hoy cambiando las siglas por VCD, al igual que podríamos advertir, como entonces, del riesgo de las “consecuencias que se puedan derivar para Villena y su ayuntamiento, pues difícilmente se puede trabajar bien cuando no hay comunicación entre los integrantes de un equipo de gobierno”.

Nos dirán entonces –ya nos lo están diciendo– que estos problemas internos para nada afectarán al buen (?) hacer (?) del equipo (?) de gobierno (?), pero todos sabemos que eso no es más que retórica vacía, pues conocemos de sobra las consecuencias de convivir con “gobernantes que no se hablan entre sí y que dedican su tiempo, en lugar de a trabajar por quienes les pagan, a conspirar y malgastar sus energías en una guerra interna que, a quienes no somos del PP –léase ahora VCD–, ni nos va ni nos viene”, pudiendo agregar que Villena Centro Democrático “camina hacia su autodestrucción, lo cual sólo es asunto suyo. Pero VCD forma ahora parte del gobierno de nuestra ciudad, y nos preocupa, y mucho, que pueda arrastrarnos a todos en su caída”.

–Pero el caso no es igual, Aure –dirá alguien quizá con razón–. Entonces era casi medio gobierno, y ahora hablamos de dos entre once…
–Ya –responde Aure–. Pero es que en el PSOE tampoco están para tirar cohetes, solo que son más prudentes y los navajazos se los pegan en privado.
–¿Y Los Verdes?
–Los Verdes están desbordados, preguntándose qué pintan en medio de todo este lío, dividiéndose (esto también pasa en el PSOE) entre los partidarios de tirar para adelante como se pueda y quienes prefieren romper la baraja para acabar con este suplicio, y recordando, tal vez, otro entrecomillado de entonces, ese que decía que “me importa un bledo quién tiene o deja de tener razón; que se larguen todos a su casa, que esto es el ayuntamiento, no una clase de ESO ni un mal culebrón venezolano; que resuelvan sus problemas, y cuando dejen de mirarse su ombligo y estén dispuestos a trabajar por Villena, que se vuelvan a presentar a unas elecciones y que el pueblo decida”.

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