Vida de perros

Y llegó el verano

Llegó el verano, las cerezas, sandías y melocotones, albericoques y cremas con olor a playa, arena, brisa, agua salada, paseos sin ninguna prisa, fríos helados. Llegó el verano en la Eurocopa, y en la urgencia inevitable del alumno en sus exámenes, la renta a última hora de sus padres y la sufrida exhibición de las carnes. Y Villena agita su mano a Pepe en despedida (Silva), agradecida, pero no se suma a mi anhelo que reclama autonomía de esa hambrienta y aséptica, esa UA. ¡Oh! Llegamos mucho más lejos de cuanto nadie esperaba de nosotros. Tan lejos y tan populares rebasamos nuestras fronteras quizás resultando incómoda competencia. Todo iba bien, llegó la UA y olvidamos todas las frases del pasado: aún se venden en librerías: se recetan en ciertas aulas: certeras maldiciones contra la enseñanza.
Llegó el verano como cada año, la estación y el clima. Y llegaron los cursos de verano como cada año (como cada uno de los últimos años). Y llegó un mensaje a mi móvil como cada mes: “Recuerda: cena hoy del Rafa’s group. Punto de encuentro…”. En realidad no se llama así, Rafa’s group, pero hoy les ha dado por ahí. Algo tiene que ver el nombrecito puesto que la semilla de estas cenas pudo germinar en la época en que se confeccionó un equipo multidisciplinar para trabajar en la exposición “Estrategias para liberar algo que se esconde” que Rafa Hernández realizaba en el Club Información. Las cenas comenzaron bastante más tarde y no sólo se presentaban con la intención de forzar el reencuentro, sino que ya nacieron con intenciones productivas. Se trataba de crear un espacio donde personas interesadas en distintas disciplinas artísticas pudieran conversar sobre arte y cultura. Una vez al mes, con ausencias e incorporaciones, crearíamos un espacio de tiempo donde intercambiar impresiones, captar colaboraciones, recoger observaciones sobre cualquier aspecto o producto artístico…

Después de seis encuentros creo que ya se puede decir que se trata de un evento consolidado. Y aunque por el momento se trata de una actividad oficialmente cerrada a nuevas incorporaciones, tampoco resulta así puesto que en cada encuentro han aparecido caras nuevas. Como podrán suponer, las particularidades de la actividad no permiten un gran número de participantes, por las limitaciones espaciales y la dispersión de las conversaciones. Entonces, ¿por qué les informo al respecto? Pues bien, queridas personas, no les hablo acerca del asunto por notoriedad ni vanidad. Más bien al contrario. Pensé en hablarles de ello porque a raíz de esta experiencia he ido recogiendo y anotando una gran cantidad de grupos similares que funcionan en nuestra ciudad. Grupos no constituidos como asociación que reúnen personas con aficiones afines.

Estos escondidos grupos se suman a la gran cantidad de asociaciones sociales y culturales que operan en nuestra ciudad. Y si nos henchimos de orgullo al hablar de estas numerosas asociaciones, todavía deberíamos enorgullecernos más al constatar la existencia de esta nueva red en la telaraña social de Villena. Tampoco hay que excederse en tal sentimiento, pues si bien la riqueza del tejido social se puede constatar en el consumo de información –lo que justificaría la existencia desmesurada de medios de comunicación locales– y actividades, del mismo modo dicha característica podría ser la que lleve a nuestros equipos de gobierno a minimizar la información sobre los futuros proyectos locales. Quizás sea ese el motivo, quizás no, quizás teman el carácter intelectual de la ciudad, quizás nos tomen por cotillas, metementodo, o ignorantes. Sea como sea, la información llega a la calle y la ciudadanía toma una postura ante ella, lástima que en demasiadas ocasiones la información sea incompleta, porque los datos cambian, pero las posturas muchas veces no.

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