Cultura

Y nos la dieron con queso en Restaurante La Espuela…

El pasado jueves se vivió en Restaurante La Espuela –que sigue celebrando por todo lo alto su quinto aniversario– otra de esas noches en las que la gastronomía y la enología alcanzan la categoría de arte. De la mano del equipo de La Espuela y de Andrés García, responsable de la tienda gourmet y delicatessen de Ibi “La Despensa de Andrés”, pudimos disfrutar de 20 de los mejores quesos del mundo comentados y maridados.
Si el mundo del vino es complicado, con tantas variedades y modos de elaboración, el de los quesos supera ya todas las expectativas. Hay miles de variedades, dependiendo sus estilos y sabores del uso de distintas especies de bacterias y mohos, diferentes niveles de nata en la leche, variaciones en el tiempo de curación, diferentes tratamientos en su proceso y diferentes razas de vacas, cabras u ovejas. También influyen la dieta del ganado y la adición de agentes saborizantes como hierbas, especias o ahumados… es decir, que lo mejor es dejarse guiar de la mano por un experto como Andrés García, a quien Carlos Camañes, de La Espuela, planteó una serie de vinos con el reto de encontrar los mejores quesos para maridarlos, o viceversa.

Dicho y hecho, los asistentes, que una vez más hicieron colgar el cartel de “Completo”, pudimos disfrutar de un auténtico lujo en forma de quesos, vinos y las explicaciones de dos apasionados de la gastronomía y la enología como Carlos y Andrés, que uno a uno fueron desglosando las virtudes de quesos suizos, italianos, franceses, ingleses, irlandeses, gallegos, murcianos, canarios, vascos, extremeños, valencianos, asturianos y cántabros como el Tete Moine, Apenzeller, Norocino con trufa, Gouda leche cruda fermiere, Revolcón, Palo Santo con dulce de membrillo, Munster, Cheddar artesano, Sabina al vino, Guía canario, Cabra con almendras y miel, Trocha de Cabras, Cantagrullas, Idiazabal de verano, Torta de Trujillo, Peña Blanca Espadán, Gorgonzola, Castel Blau, Picón azul y Gamoneu, regados con un cava –Llopart Reserva Brut Nature–, un blanco –Otazu Chardonnay 2009–, dos tintos –espectaculares Artadi Tempranillo 2008 y Almirez 2008, de Toro– y uno dulce –el Castaño Monastrell 2009–.

En definitiva, una auténtica fiesta para los sentidos que en algún caso tuvo continuidad en forma de gin-tónics –también soberbios– hasta altas horas de la madrugada, y que sin duda alguna continuará durante el próximo evento preparado por La Espuela: La Cervecena, una de las actividades más peculiares y demandadas, que nos permitirá degustar infinidad de cervezas del mundo maridadas, como siempre, con los espectaculares platos de La Espuela. ¿Se lo van a perder?

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