Vida de perros

Zona Cero (Dos)

La intervención en la Pinada Galbis, decía en la anterior Vida de Perros, viene descubriéndose como un cúmulo de problemas debidos quizás a la falta de previsión del anterior tripartito –y puede que un poquito también a las prisas por llevar a cabo esta intervención no electoralista–. El caso es que no insistiré sobre el asunto, que ya tenemos, como sabemos y sufrimos, al resto de partidos políticos para morder cualquier hueso que aparezca o cualquier adoquín que aparezca suelto con tal de “hacer daño” al partido en el gobierno (aunque se trate de proyectos que hayan sido realizados en coalición con el mismo: memoria corta o autoengaño, elijan ustedes).
Pues bien, me gustaría tratar de otro asunto sin salir de la zona alta de nuestra ciudad. Que ya sé, queridas personas, que campo hay para correr y no salirse, pero intentaré ser un poco riguroso porque no es plan de hablar del skatepark y a las primeras de cambio ponerme a tratar el asunto de la maravillosa intervención proyectada en la Avenida Constitución (que como su sucesora parece patrocinada por alguna petrolera dados los largos tránsitos que ofrece). No caeré en esa tentación. Hablaré de las Cruces, donde afortunadamente una empresa valiente ha tenido la osadía de recuperar el negocio de restauración que había quedado huérfano, permitiéndonos disfrutar de comida y bebida frente a ese maravilloso paisaje que ofrecen nuestras tierras y esos impagables atardeceres villeneros.

¿Problema entonces? Bueno…, aparte de unos cuantos que han de ser solucionados, el que se descubre al subir por ejemplo desde la calle Calvario y cruzar de mala manera (por visibilidad y falta de paso peatonal) el vial. Poco antes de tomar las escaleras que suben al mirador se descubre una explanada que queda justo encima del túnel. Allí desde antes del verano hemos podido ver varios, siete u ocho, palets de ladrillos y un buen puñado de vallas. Lo cierto es que a primera vista es un espacio ideal, plano y resguardado, para planificar una zona de recreo. De hecho parece ser que la idea de adquirir todo ese material de construcción y llevarlo a la zona creo que fue la de realizar un techado y un merendero. El problema parece ser que debido al peso de la infraestructura no se puede realizar encima del túnel, lo que representa una buena idea llevada a cabo con demasiada ligereza: sin estudio y consideración necesarios.

Pero el problema real es que desde principios del verano (que yo sepa) permanecen allí unos materiales que podrían haberse utilizado para adecuar otras zonas. Y el problema es que el abandono unido al comportamiento incívico de algunas personas ha llevado a que el precinto de los palets haya sido rasgado y nos encontremos con ladrillos esparcidos y rotos por toda la explanada. Una situación a la que tarde o temprano habrá que poner remedio tanto por aprovechamiento del material como por el deterioro de la zona, digo yo.

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