Cualquiera que siga fielmente nuestra cita semanal sabrá que en los últimos tiempos se vienen publicando en este país numerosos cómics de índole biográfica. Sin ir más lejos, este mismo año lo empezamos con una columna dedicada por igual a tres retratos de Simone de Beauvoir, Yuri Gagarin y Eric Clapton; y después fueron llegando de forma constante otros títulos como dos cómics sobre Leonora Carrington, un retrato biográfico a la par que adaptación de la obra de Horacio Quiroga, una novela gráfica protagonizada por Audrey Hepburn, otro par de títulos sobre los editores Carceller y Feltrinelli y una antología sobre diversas filósofas de la historia de la humanidad. Pero lo de las últimas semanas ya resulta escandaloso: como poco, cuento nueve biocómics entre mis lecturas más recientes; y por lo tanto tendré que dedicarles al menos tres columnas que no sé todavía, porque al final la actualidad es la que manda, si acabarán siendo sucesivas o si tendré que intercalar textos dedicados a otros menesteres.
Empecemos hoy con los tres primeros títulos, todos ellos relacionados con el cine, y que se suman así a la bibliografía en viñetas que ya cuenta con obras dedicadas a figuras como el gran Charles Chaplin, la pionera Alice Guy, el realizador Sergio Leone, los actores Fatty Arbuckle y Bela Lugosi o la actriz Hedy Lamarr. Precisamente otra bella intérprete de larga carrera profesional y vida personal turbulenta como fue Ava Gardner es la protagonista de Ava, novela gráfica centrada en la visita de la actriz a Rio de Janeiro en 1954 para publicitar uno de los mejores trabajos de toda su carrera: La condesa descalza, dentro de la gira promocional del film por distintos países de América del Sur. El guion de Emilio Ruiz se construye alrededor de la personalidad de quien fue etiquetada en su momento como “el animal más bello del mundo” y de lo que el mundo esperaba de ella, subrayando la dicotomía existente entre la persona y el personaje público; pero no renuncia a incluir una suerte de subtrama entre política y policíaca que ameniza el discurrir del relato. No obstante, el aspecto más destacable del álbum es el espectacular arte de Ana Miralles, apreciable ya desde la misma cubierta y que a quienes hayan disfrutado ya de otros títulos suyos como Eva Medusa o Djinn no les pillará de sorpresa. Y se nota que Ruiz es el guionista con el que más veces y durante más tiempo ha trabajado la artista madrileña, pues el libreto sabe qué contar y cómo contarlo para sacar el máximo partido posible de su talento. En pocas palabras: esta Ava es un deleite para la vista desde la primera a la última página, y no solo -aunque sí especialmente- para los cinéfilos.
Otro cineasta que siempre se vio rodeado de polémica (por lo general buscada) fue Luis Buñuel. Tanto es así, y tanta es su importancia en la historia del cine mundial (no digamos ya del español), que ya contaba al menos con tres cómics con él de protagonista: si ordenamos sus argumentos de forma cronológica, el primero sería Residencia de Estudiantes, en el que Susanna Martín narraba su amistad con Lorca y Dalí en el seno de esta célebre institución educativa; inmediatamente después, Buñuel en el laberinto de las tortugas sería el prestigioso título (luego adaptado al cine) que le dedicó Fermín Solís a sus primeros años como realizador, contando -entre otros aspectos- cómo logró financiar su primer y célebre film: el cortometraje Un perro andaluz; y finalmente vendría La noche perdida de Luis Buñuel, el menos conocido por aquello de estar editado no por una editorial sino por un organismo público (en este caso, el Gobierno de Aragón), y en el que Queco Ágreda y Javier Ortiz se centraron en su época de estancia en Estados Unidos y sus dificultades para entrar en la industria de Hollywood.
Ahora, con Buñuel y los sueños del deseo, el citado Fermín Solís retoma el relato de la vida del autor de El ángel exterminador, esta vez a partir de un guion de Óscar Arce y Esteve Soler, y focalizando la atención en sus últimos años como director; esto es, en su etapa francesa, y en concreto en la escritura del guion de una de sus películas más populares: Belle de jour. Para ello se centran en la relación de Buñuel con Jean-Claude Carrière y en lo que el primero le contó para que el segundo redactase las míticas memorias del cineasta tituladas Mi último suspiro... Un libro que, obviamente, ha sido la fuente principal de documentación (aunque también podrían haber recurrido a Buñuel despierta, otro libro del guionista francés y suerte de continuación del anterior). Quienes hayan leído estos títulos no descubrirán nada nuevo, pero quienes no lo hayan hecho disfrutarán con el retrato del choque que se produjo entre las personalidades de sus dos protagonistas, a partir de su pertenencia a sendas generaciones distintas y sobre todo a modos diferentes de entender su labor artística. Y tal y como su título sugiere, el mundo onírico tiene tanta importancia aquí como en el grueso de la filmografía del genio aragonés. En resumidas cuentas: como era de esperar, se trata de una novela gráfica cuya lectura es un auténtico deleite para cualquier admirador del maestro de Calanda.
Completa el trío de recomendaciones de hoy el espléndido Las guerras de Lucas: un álbum, como ya imaginarán, centrado en la figura de George Lucas, que arranca con su época más rebelde como alumno de instituto -que luego inspiraría su debut como director de cine con American Graffiti- y que alcanza hasta el presente... Si bien la mayor parte del relato se centra en la concepción, el rodaje y el estreno de la mítica primera entrega de Star Wars (por aquel entonces, La Guerra de las Galaxias) en 1977. El libreto, escrito por el periodista Laurent Hopman, está tan documentado que serviría como escaleta para un documental; pero es de agradecer que hayan optado por materializarlo en forma de cómic por el estupendo trabajo del artista Renaud Roche, que capta a la perfección y con gran expresividad los encuentros que se producían entre bambalinas durante el rodaje de una película en cuya posible rentabilidad, al margen del propio Lucas, no parecía creer absolutamente nadie. En definitiva: una de las lecturas más entretenidas del año, y para cuyo disfrute no hace falta ni por asomo ser un fanático de la saga de Luke Skywalker y compañía. Por cierto: que esta obra resultó ser la ganadora del premio BD Fnac France Inter de este año; que conste.
En fin, ya saben: si les interesa el cómic y les gusta el cine, aquí tienen tres obras muy, muy recomendables. Y lo dicho: la semana que viene, si no toca ningún otro asunto más urgente, volveremos a hablar de cómics biográficos.
Ava, Buñuel y los sueños del deseo y Las guerras de Lucas están editados por Astiberri, Reservoir Books y Norma respectivamente.