De recuerdos y lunas

Artistas por Miguel Hernández

El 14 de octubre, en el aula de cultura de la CAM de Orihuela, se presentó el libro "Artistas por Miguel Hernández en su Centenario 1910-2010". Ideado y alentado por el Foro Social de Orihuela, respaldado por la Fundación Cultural Miguel Hernández, ha visto la luz este trabajo que, en homenaje al poeta, recoge ochenta y nueve poemas y casi tantas ilustraciones, obra colectiva de más de cien personas que han aportado versos o trazos para celebrar la efemérides y constatar su admiración por Miguel Hernández.

En el libro, que es de poesía e imágenes, hay de todo. Es un mil-leches mágico que concita a diversos autores. Mucho suena al encanto de la espontaneidad pero también hay obra muy elaborada y selecta. Para nosotros ha sido un honor participar. Nuestra tarea poética es escasa. Le tenemos mucho respeto a la poesía. En la poesía está, esto creemos, la esencia de la literatura y es un género que nos relaja transportándonos hacia nuestra intimidad. En este libro dedicado a Miguel Hernández hemos traído un poema de nuestro poemario "Mar de almadraba". Un poemario inédito que ya tiene algunos años y... Y si nos animamos puede que vea la luz junto con "El bosque pluvial", el que nos premiaron en Benejúzar en el año 2001 y que desde entonces yace en un archivador. Mi amigo, fotógrafo y compañero en el Instituto de Bigastro, Joaquín Marín, el que todas las semanas pone belleza a mis columnas en la edición digital de EPdV, está dispuesto a quitarle el polvo a los versos y trabaja para ilustrarlos con fotos. Conociendo a Joaquín, sé que las fotos serán muy hermosas y entonces quizás valga la pena que mis versos vean algo más de luz.

En el libro homenaje nuestro poema seleccionado se titula "El río que no cesa". Es obvio el guiño hernandiano en el título. Es un poema excéntrico, geográficamente hablando, respecto a los otros poemas de "Mar de almadraba". Mientras la mayoría se inspiran en el mar de una playa de El Campello, éste se inspira en el río Segura, un río muerto que, muriéndose, mata.

Para orgullo nuestro en la antología hay colaboraciones de poetas muy consagrados y sagrados. Admirados por quien escribe. Lo que nos hace hinchar el buche de la vanidad. Hay estas colaboraciones selectas y una muy entrañable sorpresa para mí que, porque creo que interesará a villenenses poco mayores que yo, de la quinta de mi primo Vicente Sanjuán Amorós, la traigo aquí desde la emoción que me produjo. En el poemario ilustrado hay un poema de Luis Ramón Torregrosa Seano. Torregrosa Seano vivió en Villena parte de su infancia. Su padre, funcionario en los Juzgados, regentó una popular academia de mecanografía. Tras la estancia en Villena la familia se trasladó a Orihuela. Y en Orihuela, con diecisiete años, murió Luis Ramón. Murió quebrándose una vocación de poeta. Desde su muerte, esto me consta por la sabiduría de José Luis Zerón que pacientemente me pone al corriente de cosas de versos, siempre ha habido quienes han mantenido encendida la llama de su obra. El propio Zerón poeta, junto a la familia de Luis Ramón, la prendió y la prende. El propio Foro Social de Orihuela que ha promovido la obra que decimos recita sus versos. En 1999, el Ayuntamiento de Orihuela con el Gil-Albert publicó poesías suyas bajo el título "Obra poética". Antes, en 1992, vio la luz "Dulce agonía", impreso en Minerva (Orihuela). En Villena, en 1983, en el número dos de "Aljibe" también hay un breve texto suyo en prosa titulado "Leyenda marina". Obras póstumas. In memoriam.

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