Vida de perros

Biban las medidas no recaudatorias

A la espera de que nuestro concejal Juan Richart les explique al gremio de taxistas qué es lo que más les conviene respecto a la cobertura de la Estación Oasis del AVE, estamos quienes buscamos noticias de mayor interés. No. No vayan a pensar que no nos importa el transporte hacia el “páramo yermo”, es más bien la falta de ganas por ponernos de mala leche. Por muchos motivos. Entre ellos el paternalismo del concejal en busca de la mejor opción para un grupo profesional que no ha manifestado sus intereses. Pero así es alguna gente: tanto para unas cosas y tan poco para otras. (Y este párrafo va dedicado al forero Víctor García, él sabrá porqué).
Mientras tanto en Villena hemos gozado de unos días de paz en los que los grupos políticos no se han dedicado a sacar esos trapos sucios que fueron sacando las últimas semanas tan a destiempo como para perder el olor a rancio. Ahora en cambio hemos tenido la advertencia del concejal de Medio Ambiente, José Tomás Molina acerca de las posibles sanciones que recibirán las parcelas agrícolas abandonadas y susceptibles de provocar o alimentar un incendio. Una buena medida que podría servir para cubrir los gastos del personal que debe limpiar las zonas boscosas de nuestro municipio, igualmente susceptibles de causar o alimentar alguna lamentable situación. Y es que sería satisfactorio que el dinero que pagamos por todo, cada día más cuantioso, pudiéramos verlo invertido en medidas preventivas que revirtieran en nuestro propio beneficio. No como los sacos de euros que debe haber reunido el cochecito de la DGT dedicado a multarnos por velocidad indebida en tramos donde nunca ha habido accidentes. Porque si esa acción anunciada como preventiva y sin afán recaudatorio, dedicara el montante de las multas en beneficio de la población, entonces, quizás, alguien pensaría que con menos de lo que se “recoge” con una multa por circular a 62 kilómetros por hora, 12 más de lo permitido en ese tramo, podríamos colocar un indicador refractario en la entrada y salida del Barrio de San Antón –en “Las Fuentes”– justo donde los vehículos toman velocidad a la bajada del puente que cruza las vías.

Pero “esto” no funciona así. Es más, nadie sabe cómo funciona “esto”. “Esto”, capaz de tragarse todo lo que ahorramos con los recortes en Sanidad, Educación, Investigación, Cultura. “Esto”, capaz de tragarse los nuevos ingresos obtenidos por la subida del IVA, de la luz, el agua, el gas, el tabaco, el alcohol, las “chuches”. “Esto” no funciona así y lo peor es constatar que nadie parece saber cómo funciona. Quizás por eso cuando algunas bocas compararon la economía nacional con la doméstica, pudimos ver un rayo de esperanza, porque supusimos una autogestión que no nos permiten. Autogestión que nos permite destinar los impuestos del tabaco a los tratamientos por su consecuencia, las multas de tráfico a eliminar los puntos negros que provocan accidentes. Y cuando nos hablan ya no sabemos si estamos en “esto” por su ineptitud, por servilismo o por puro saqueo.

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