No es que quiera estresarles ya de buena mañana, pero el nuevo curso arranca con algunos encuentros con autores de cómic que no quiero dejar pasar la oportunidad de recomendarles, aunque con ello termine contradiciendo mi propuesta inicial de regresar con los típicos libros formato tocho que suelen leerse en vacaciones (y que dejaré para una columna inminente). Toca aclarar que la urgencia viene a cuento de que la primera presentación tendrá lugar hoy mismo, viernes 13 de septiembre, a las seis y media de la tarde en la librería Pynchon & Co... Tal y como les adelanté a modo de adivinanza, el “maestro del medio” gallego que visita estas tierras alicantinas no es otro que Miguelanxo Prado, que viene a presentar en sociedad el último libro que lleva su firma: la edición integral de Presas fáciles.
Bajo este título se recoge el díptico formado por las historias Hienas y Buitres, donde Prado se aparta del intimismo y el costumbrismo (a veces próximo al absurdo surrealista) de títulos previos como el ya mítico Trazo de tiza, las historietas breves de Quotidianía delirante o la novela gráfica Ardalén (que le valió en su día el codiciado Premio Nacional de Cómic) para acercarse al relato policíaco con tintes de denuncia social característica del género negro e inspirado en casos reales de los que, lamentablemente, aparecen en las páginas de los periódicos con demasiada asiduidad y que sin duda les resultarán familiares. El lector conocerá en sus páginas a Olga Tabares y Carlos Sotillo, una pareja de investigadores de la Policía en cuyas manos recaen dos casos consecutivos que les llevarán de cabeza y les obligarán a acercarse demasiado al lado más miserable y oscuro (respectivamente) de la condición humana. En primer lugar, tendrán que atrapar a un presunto asesino en serie relacionado con una cadena de asesinatos relacionados con el mundo de la banca; después investigarán el aparente suicidio de una adolescente que, sin ser consciente de ello, estaba atrapada en una red de pornografía vía Internet. Ambos relatos se leen con sumo interés gracias a una dosificación muy medida de la información y un retrato veraz de los distintos personajes que los protagonizan. En cuanto al apartado gráfico, loar a estas alturas los lápices de una figura como Miguelanxo Prado es una verdad de Perogrullo en la que no pienso caer. Mi consejo es que se acerquen esta tarde a la librería para llevarse un ejemplar con dedicatoria y dibujo incluidos; no se arrepentirán.
También está basado en hechos reales El anillo de la serpiente: tanto es así que esta obra de Anna-Lina Mattar, galardonada con el Premio Ciudad de Valencia de Novela Gráfica de la Fundació Alfons el Magnànim, es un relato autobiográfico donde la autora germanomallorquina explora el pasado de su familia a través de la figura de su padre, cuyos recuerdos revelan el sentimiento de culpa y los conflictos identitarios de la población alemana debidos al ascenso de Hitler y sus abominables consecuencias. Pese a que su progenitor nació en 1946, con la Segunda Guerra Mundial ya finalizada, lo aprendido de sus antecesores durante los años de la infancia lo marcaría para siempre; y tal y como ha contado la propia autora, siempre ha sido incapaz de hablar del nazismo sin echarse a llorar. Toca aclarar que el título de la obra hace referencia a un anillo con forma de serpiente que la abuela de Anna-Lina siempre llevó desde que lo encontró al final del conflicto bélico, pero con el que no la enterraron cuando falleció en 2011... Momento este con el que precisamente arranca la historia. En resumidas cuentas: estamos ante un relato intimista sumamente recomendable, expuesto con suma delicadeza, y que sirve para recordar una tragedia que nunca deberíamos permitir que se vuelva a repetir.
Anna-Lina Mattar, autora también del apartado gráfico del igualmente recomendable y premiado cómic En el ombligo, estará presente el próximo sábado 21 en las XIII Jornadas de Cómic de València: un evento comiquero por el que también pasarán otros autores como Pepe Moreno, Cian Tormey, Ana Penyas, Raúlo Cáceres, Fernando de Felipe, Carla Berrocal, Marcos Martín, Vicente Cifuentes o la noveldense Amelia Navarro (por citar solo algunos). No obstante, me gustaría destacar particularmente una de mis debilidades personales: Laura Pérez, artista valenciana que con tres títulos como Ocultos (Premio El Ojo Crítico de Cómic 2020), Tótem y Espanto se ha venido ganando un más que merecido prestigio dentro del panorama del cómic español contemporáneo. De su inmediatamente anterior Espanto dije en su día que expresaba “un asombroso universo onírico más cercano a la pesadilla atormentada que al sueño reconfortante”; para añadir a continuación: “Alejándose de todas las convenciones narrativas que quepa imaginar y depurando aún más si cabe los recursos de cómics previos, lo que nos sugiere en esta ocasión la responsable de títulos fundamentales de la historieta española actual (...) es una suerte de imaginario personal más próximo a la poesía que al relato, y que se construye a partir de ensoñaciones simbólicas y metáforas visuales que no dejarán indiferente a ningún lector que se acerque a tan particular propuesta”.
Por aquel entonces concluía mi juicio calificando a aquella de “obra inclasificable”; y considero que en la misma línea de todo lo expuesto entonces continúa con su última novela gráfica, Nocturnos, cuya presentación cerrará la programación de ese mismo sábado y en cuyas páginas el lector vuelve a sumergirse en el particular universo creativo de su autora y sus obras con una sola (pero tan ambigua como sugerente) palabra por título. En esta ocasión, parte de una cita de Charles Baudelaire y un anochecer de tonos rojizos que, en plena Prehistoria, deja paso a una noche oscura y poblada de criaturas sigilosas (algunas, antepasados de la raza humana); que a su vez -y gracias a una elipsis temporal tan radical como el célebre salto del 2001 kubrickiano- nos lleva a un tiempo presente no menos ominoso e inquietante. Será entonces cuando el lector empezará a conocer a una serie de personajes que se suceden y donde la autora decide despojarnos de la reconfortante posibilidad de apostar por una antología de historietas independientes para optar por armar un (tal vez) único relato de tintes oníricos y sin duda tan misterioso como envolvente. El resultado, que hace gala del característico estilo gráfico de Laura Pérez (y que los más avispados reconocerán como el del personaje de Selena Gómez en Solo asesinatos en el edificio, así como de los títulos de crédito de la serie), es una pieza más en la fulgurante carrera de su autora y uno de los cómics más interesantes de entre todas las novedades publicadas durante las últimas semanas... o meses. Luego no digan que no les avisé, como tampoco que no les advertí de los tres encuentros con autores comentados en estas líneas.
Presas fáciles, El anillo de la serpiente y Nocturnos están editados por Norma, Garbuix y Astiberri respectivamente.