De recuerdos y lunas

Como las comparsas

Aunque la gente se quedó más con lo de las raíces y la poda del árbol de las Fiestas –cosa que el Pepe Valdés de EPdV me ha recordado muchas veces–, cuando tuvimos el honor de pregonar las Fiestas de Villena, honor que pese a distancias posteriores derivadas de las turbulentas aguas del Azud de la Marquesa siempre agradeceremos a quien siendo Alcaldesa –Vicenta Tortosa Urrea– nos cedió su voz, hicimos un llamamiento a villeneros y villeneras instando a caminar juntos desde la Losilla de todos los proyectos al Portón de todas las conquistas. Con alegría. A marcha mora o a pasodoble. Pero todos hacia la misma meta.

Mas pasa el tiempo y me parece que los de Villena no marcamos el mismo paso. Yo mismo he sido hostil en posturas que posiblemente de haberse planteado en ámbitos participativos estoy seguro de que pudieran haber traído mayor conciliación. Precisamente, en la cuestión de aguas ahora estamos más codo con codo por ver si desde el levante peninsular de la sed salvamos al nutricio Tajo-Segura del the end que pretende para él el estatuto de Castilla-La Mancha. A este respecto, atendiendo atributos que hemos recibido en estos años de pelea por el agua podríamos preguntarnos si es que se ha vuelto "pepero" el PSPV, o si los socialistas valencianos, reivindicando el agua para todos, sólo rinden culto al ladrillo. Sin duda seríamos injustos aplicando al PSPV estas etiquetas que ellos han aplicado a quienes desde el principio hemos tenido claro que lo que debe primar en la defensa del agua es el equilibrio solidario y recíproco de recursos entre regiones. Porque en la lucha contra la agresiva y especulativa ordenación del territorio estaremos en vanguardia.

En demasiados asuntos hemos ido cada uno por nuestro lado, como esos festeros que como pavo real –o como mono–, rompiendo el espíritu de comparsa, se salen de la fila para que les veamos. O como en aquellos tiempos de bravuconadas en los que alguna comparsa tomó atajo por las Casicas de Hellín. Entonces, desentendidos y a su bola, lo que a algunos les pareció pachorra, a otros les pareció urgencia.

No se trata en ningún caso de renunciar a nuestras convicciones. Lo que se trata es siempre de facilitar la disposición a escuchar al otro. Por eso me preocupan las consignas que como dardos contra el contrario fabrican ocasionalmente los partidos para los carcajes de sus simpatizantes. La envergadura de los asuntos que preocupan a los villenenses –agua, tren, plaza de toros, Paseo de Chapí, casco histórico, drogadicción, ocio, las mismas Fiestas...– exige un mayor consenso. Consenso que yo creo que puede ser.

Desconozco la filiación política, si acaso la tienen firme, de muchos paisanos con los que coincido en las competiciones de atletismo y con los que comento asuntos del pueblo. Yo veo mucha sensatez, tolerancia e inteligencia en estas gentes. Sensatez, tolerancia e inteligencia que no veo en las actuaciones de nuestros representantes políticos tantas veces atiborradas de beligerancia y partidismo.

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