El Volapié

Con absoluta normalidad

Les recomiendo que cuando vayan a los toros en Alicante lleguen con tiempo y comiencen por darse una vuelta por la terraza de NIC en la popular calle Castaños, un poco más abajo que la joyería de Pepe Manzanares. Allí preparan unos combinados excelentes y a esas horas es el mejor local de la capital para tomarse un mojito, un daiquiri o un simple gin-tonic. Además, si prestan atención a los rótulos de la cristalera del local podrán leer frases geniales como ésta de Winston Churchill: Yo he aprendido más del alcohol que él de mí.
Mis admirados José Pedro Prados El Fundi -no confundan con El Fandi-, y José Antonio Morante de la Puebla se encuentran convalecientes a causa de sendas cogidas y varias cornadas. Los toros cogen a los toreros por falta de experiencia o porque algunos matadores caminan entre los pitones con la misma normalidad que ustedes pasean por la Corredera. El diestro Curro Díaz lleva una gran temporada; el fin de semana pasado triunfó en Barcelona y me ha explicado con absoluta normalidad que torear no resulta un esfuerzo para él, que lo practica sin considerarlo como un trabajo. Es más, Curro tiene la sensación de no haber trabajado nunca.

No seré yo quien me atreva a juzgar si el mundo de los Borbones es otro aparte, si trabajan poco o nada y mucho menos cuando están demostrando tremenda valentía y arrojo al atreverse a pasear por el paseo marítimo de Palma con absoluta normalidad, según se han encargado de informarnos todos los medios de alcance nacional, con perdón.

Rodeados de guardaespaldas con absoluta normalidad van de compras a Cartier y visten a conjunto las primeras marcas con cargo a los Presupuestos, mientras España lucha por salir de la crisis y los españoles vamos aguantando mecha. Pasados los cinco minutos que pactan con la prensa para las fotos, se dirigen con absoluta normalidad al puerto deportivo para navegar en compañía de los delfines y de otras preocupaciones que los abruman, como puedan ser el futuro de la camada. Ya saben… qué fundaciones presidirán los niños, dónde ubicarán sus residencias, qué harán cuando se les rompa el yate… Casarse no les preocupa porque ahora pueden hacerlo por amor con absoluta normalidad y sin renunciar a ninguno de sus privilegios, que ya iba siendo hora de que el pueblo fuera un poco tolerante con esta abnegada familia.

Mientras tanto España se va descomponiendo como nación, los españoles tienen distintos derechos y obligaciones según donde residan, sin que haya sido precisa la reforma constitucional efectiva aplicando la ley de los hechos consumados. Los terroristas y los sinvergüenzas campean a sus anchas y los guays los defienden porque la culpa de todo es de personajes siniestros como Melitón Manzanas y tenemos que ser condescendientes, ¡que estamos en democracia! Lamentablemente seguimos como siempre, ¡basta ya!, insisto pese a quien pese.

Si les queda media hora antes de la corrida, no olviden pasarse por el bar Tendido Cero, donde Ángela les atenderá mejor que bien.

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