Estación de Cercanías

Con ella, otra ilusión

Sé, porque lo leí en un foro, que la foto origen de esta columna despertó instantáneamente la crítica cruda y nada constructiva –nacida sin dudas de los que asemejan las prácticas políticas a un tablero de Risk desde el que presentar batalla al enemigo– por la actitud relajada que en ella se observa.
También sé, porque me lo contaron, que en la intimidad de la casa de uno de los protagonistas de esta instantánea se levantaron voces pidiendo la mesura y el cuidado de las formas en momentos como estos, minutos en los que se coincide con el contrario que viene al relevo verbal es este caso, pues puede parecer que hay buen rollo entre ellos, y eso, en esta interpretación de la política a la que nos tienen acostumbrados, es poco menos que un sacrilegio.

La foto solo presenta a 4 concejales no adscritos y al portavoz socialista sonriendo. A mí me gustó la foto, he de reconocerlo, y no especialmente por sus protagonistas. Me interesó porque lejos de ver oscuridad en ella, como otros, yo vi esperanza ante otro modo de proceder en política. ¿Inocencia la mía? Pues posiblemente, pero creo en las relaciones contrarias que acaban cuando se apagan las luces por el bien de todos. Y esta creencia ahora, después de la distancia de los días para observar como unos y otros somatizaban su nuevo estatus, y una vez consumada la definitiva ruptura, puestas las cartas sobre la mesa, relegados los proscritos, perdón, los no adscritos, a segunda fila, y aparentemente todos más tranquilos al poder tenido dejar de fingir, tan mal por cierto, es gratificante cuanto menos.

Reconozco que durante el periodo más agrio de esta comedia, allá por junio, cuando el G5 bailaba con un pie dentro y otro fuera para desespero de propios y extraños, consideraba que lo más beneficioso para Villena pasaba por la entrega de unas actas que nos procurasen y les procuraran el sosiego necesario, pero hoy, viendo los que siguen en la lista, dudo. Pues este nuevo formato que pasa irremediablemente por el diálogo entre casi todos, un casi que es capaz de reírse con el distinto de pensamiento, refresca un emponzoñado ambiente, que hemos respirado con este grupo de 12 que no supo sumar, ni por ellos ni para su pueblo.

Es cierto que quien tuvo retuvo, y no es el caso de poner a nadie, por mucho desenfado y cercanía que muestren, laureles inmerecidos, pero soñar es gratis, e imaginar que este nuevo concepto pueda venir por el cauce natural de la variedad de partidos y opciones que nos alejen de estas mayorías absolutistas, perdón, absolutas, que mal digeridas, acaban en indigestión, no hace mal a nadie.

Y por el contrario, si al menos nos traen la esperanza de la ensoñación con esa ansiada cura que alivie la vital necesidad de reanimar las ganas en aquellos que implicados socialmente, no contemplan ni de lejos la posibilidad de pasar a la primera línea, pues donde antes se perdía como mucho el anonimato, ahora está en juego la salud y el prestigio, la integridad y muchas amistades que se ven mermadas considerablemente al tener que lidiar en un trabajo que lleva consigo ostentar una concejalía sin ser corneado por los propios de tu casa, que a poco que te saltas una disciplina de voto, que debería llamarse de veto a tenor de las consecuencias, por el bien de partido o eso dicen, desde las plantas de arriba te vas al sótano, sin luz, sin agua y sin comida, como aleccionador castigo por desobediente. ¿O no es para imaginar que otra historia es posible?

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