El Ordenanza

Cuadrántidas

El Ordenanza. Capítulo 128

Escena 1

  • Buenos días, Avelino.
  • Buenos sean, don Andrés.
  • Me he enterado de que usted es un erudito en astronomía.
  • ¡Oh! Me gusta, eso es todo.
  • No es lo que me han dicho, pero entiendo su modestia. El caso es que quería preguntarle… ¿las Cuadrántidas esas se ven la Noche de Reyes?
  • En teoría sí, aunque el punto álgido es la noche del 3 al 4. Imagino que, al ser luna nueva, la noche será lo suficientemente oscura para que pueda disfrutar de alguna estrella fugaz.
  • Llevaba pensado invitar a los chicos a verlas…
  • Hágalo la noche del 3 al 4…
  • Muchas gracias, Avelino. Voy a plantearlo, a ver qué me dicen.
  • No hay de qué, Andrés.

Escena 2

  • ¡Tú estás muy flipao, Andrés!
  • ¡Que no, tío! ¡Que he cambiao!
  • ¿Tú sabes el frío que hace en tu campo?
  • Juanjo, es mi campo. Metemos estufas en las habitaciones y a dormir a pierna suelta…
  • ¡Bonica es la Clara!
  • A ver: tampoco es que su campo sea El Templo del Bienestar, pero seguro que nos apañamos.
  • ¡Qué hippie te has vuelto, alcalde!
  • Y tú qué mantellina, Juan José. Sira y yo vamos.
  • Yo creo que no. Con el pescaíto y, teniendo que trabajar al día siguiente, Clara va a decir que nones. Lo podríais hacer la Noche de Reyes.
  • Es dormir, levantarnos a las cuatro para ver el cielo, ir a desayunar y, de ahí, al curro.
  • ¡Vaya planazo! … paso.
  • ¡Pues tú te lo pierdes, Juanjito!

Escena 3

  • ¡Joder! ¡Me cago en…!
  • ¿Qué pasa, cariño?
  • ¡Qué zurriagazo!
  • ¿Zurriagazo?
  • ¡Dios! ¡Algo me ha metido un golpazo en el costado!
  • Espera cielo, que enciendo la luz…
  • ¡Ha sido un muelle del colchón! ¡Menudo latigazo!
  • Levántate el pijama a ver…
  • ¡Míralo ahí! ¡La punta del muelle! ¡Me cago en su…!
  • ¡Madre mía! ¡Lo llevas marcado!
  • ¿Qué pasa, chicos?
  • ¿Que qué pasa? ¡Que se me ha roto un muelle del colchón y me ha arrimao un anacardo debajo de la teta que flipas!
  • ¡No jodas!
  • ¡Mira, mira!
  • ¡Tápate, alcalde, que luego sueño contigo!
  • Tío, no te lo tomes a broma, que me he llevado un cate de los buenos. ¿Cuántos años tiene el colchón?
  • ¡Yo qué sé! Lleva aquí desde siempre, creo. Seguro que ha muerto alguien ahí.
  • Andrés, no me toques los…
  • ¡Es broma, tío! Vamos a darle la vuelta, a ver si así me dejáis dormir, que me has dao un susto de muerte.
  • ¡No veas cómo pesa!
  • De éstos llevaban en el Titanic.
  • ¡Fijo!

Escena 4

  • ¡Venga arriba, alcalde! ¡Que no se diga!
  • Cinco minutos, Andrés… porfi…
  • ¡Vamos, cariño! ¡Que nos vamos a perder la lluvia de estrellas!
  • ¡Mmmmm! ¡Con lo a gustico que se está ahora! Bueno, dadme dos minutos, que se me despierte el cerebro.
  • No tardes, cielo.
  • Oye, Andrés. ¿Ya estáis cambiados y todo?
  • ¿Cambiados? ¡Con este frío me he acostado vestido, alcalde!
  • ¡Brrrr!

Escena 5

  • ¡Vaya careto de sueño que me llevas!
  • Estoy empezando a envidiar al Juanjo, tío. ¡Hace un frío que raja las piedras!
  • ¡No te quejes tanto, anda!
  • ¿Quejarme? No, hombre. Lo que pasa es que tengo los pies como dos nabos. Solo es eso.
  • ¿Quieres que te los caliente, cariño?
  • No te preocupes, cielo. Disculpadme: voy ahí, tras las matas, un segundo.
  • ¡A ver si se te va a congelar el chorro, alcalde!
  • ¡Mira que eres bruto, Andrés!
  • Tranqui, Gabriela. Lo conozco demasiados años como para tener en cuenta lo cabestro que es.
  • No puedes vivir sin mí.
  • Ni contigo. Ya vuelvo. (A ver… por aquí no, que hay mucha maleza. Dos árboles más allá… aquí, perfecto. Al final ha sido buena idea ponerme el pijama debajo, aunque ahora… ¡mpf! ¡Qué difícil con tanta capa de ropa! Aaaaahora. El gallumbo y ¡Dios de los Cielos! ¡Qué frías tengo las manos! ¡No sé si voy a poder! ¡Venga, alcalde, respira! ¡El frío no puede contigo! ¡Tengo los riñones agarrotados! ¿Qué hago ahora? ¿Doy saltitos? Venga… vamos a relajarnos… respira… piensa como el pipi… sé el pipi… ¡Ya viene! ¡Sí! ¡Toma lluvia de estrellas, romero! ¡Qué humo sale, chico! ¡Estoy fatal!).
  • Buenas noches, caballero.
  • ¡Hostia! ¿Quiénes sois vosotros?
  • ¿Pues no lo ves, alma de cántaro? Los Reyes Magos de Oriente.
  • ¡Sí, claro! ¡Y yo soy Benny Hill!
  • No, hombre: tú eres el alcalde.
  • Vamos, como cada año, buscando el Portal de Belén.
  • ¡Tooooodoh loh añoh lo mihmo, chico! ¡Venga a dar vueltah around the world buhcando al Rey de Reeeeeeeye, ya tú sabes!
  • ¡Ja! ¡Os he pillao! ¡Tienes acento caribeño y los Reyes Magos vienen de Oriente!
  • ¿Y cómo pretendes entonces que el lector sepa que él es Baltasar?
  • Pues también tienes razón…
  • Además, hubo un capítulo en que se aparecía la Virgen, ¿no lo recuerdas?
  • ¡Calla, calla! ¡Me dio un susto!
  • A veces es muy impetuosa, sí.
  • Entonces, ¿nos crees ya?
  • … no sé… no me fío… además, la Noche de Reyes es el 5 de enero.
  • Andamoh un poco… peldidoh… ya tú sabe, wey.
  • Anda, Gaspar, enséñale el carnet de Rey Mago.
  • ¡Mira, mira!
  • ¡Hombreeeeeee! ¡Esto es otra cosa! ¿Qué desean, Majestades?
  • Querríamoh sabel el camino máh colto a Belén de Judá, bródel.
  • ¿El más corto?
  • … si puede ser…
  • La magia.

Escena 6

  • Has tardado mucho, cariño… estaba empezando a preocuparme.
  • ¿Has plantao un pino, pájaro?
  • No… creo que… creo que me he dormido. Por cierto, ¿habéis pedido algún deseo a las estrellas?
  • ¡He visto dos! ¿Y tú, cielo?
  • No… creo que este año… el deseo se le voy a pedir a los Reyes…
  • ¿Qué le vas a pedir?
  • Que la Conselleria de Medio Ambiente declare Parque Natural a la Sierra de Salinas y… tengo el pálpito de que se me va a cumplir.

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