De Infoville a la Administración Digital 64 bits
Ahora la Administración del “Vuelva usted mañana” se transforma en la Administración de la “Página no encontrada”
Sin patinetes voladores ni teletransportadores de materia, nos vemos en el año 2021 con un DNI electrónico incapaz de contener en su memoria nuestro permiso de conducir o nuestro SIP. Y sin embargo la Administración Digital avanza, imponiendo cada día más su presencia en una población que todavía no se había adecuado a la burocracia al uso.
Sí, queridas personas, la Burocracia Digital ha llegado para quedarse. Del mismo modo que las Casas de Usura aprovecharon la pandemia como golpe definitivo para perpetrar sus despidos a costa de tenernos en la calle delante de un cajero como un rebaño bobino, ahora la Administración del Vuelva usted mañana se transforma en la Administración de la Página no encontrada.
Afortunadamente tenemos los cursos de los Centros de Mayores donde la población más desconectada de la tecnología puede aprender a crear una página en Facebook, pero todavía no a realizar trámites con su ayuntamiento (será materia de segundo curso). Afortunadamente tenemos clases de informática en los centros escolares, donde tampoco se aprende a utilizar el DNIE ni los certificados digitales, asuntos necesarios para la vida actual. Reconozco que yo mismo, sin ser Kevin Mitnick, he logrado realizar algunos trámites administrativos por la vía digital alternando el uso de tres navegadores distintos combinados con DNIE, Clave y Certificado Digital. Logros superados tras varias horas de intentos y de ponerme al día con la lógica combinatoria. Reconozco, igualmente, mi incapacidad para resolver otros trámites que casi declaro irresolubles.
La cuestión estriba en que la Administración del Error XXX tiene el amparo legal para desentenderse de la población a la que sirve: “No es verdad, ya lo veníamos advirtiendo” y blablablá, unas narices. Pero lo peor es que nos toca vivir en una ciudad que fue pionera con el proyecto Infoville, que debería ser el modelo a seguir en cuanto al uso de las nuevas tecnologías, que debería contar con unos servicios informáticos de vanguardia, y que sin embargo se encuentra tan desamparada como el resto.
La Administración Digital, en este país donde en apenas dos minutos puedes darte de alta en un casino de Montreal, es más que deplorable. Lo es en el ámbito estatal, en el autonómico y en el local. Y, repito, su paupérrimo servicio está amparado por la ley y va en detrimento de la comunicación entre la administración y la ciudadanía. Lo que es decir: que lo que se hace por bien, resulta siendo peor que mal.
Y es hora que, al menos en el ámbito local, nuestro Ayuntamiento se ponga a la altura no solo de lo que requerimos de él, sino de lo que él nos exige. Que se ponga a la altura ofreciéndonos herramientas para ser funcionales y para que sus servicios sean funcionales. Porque lo que tenemos, si sumamos facturas podremos decirlo con exactitud, no es más que un erial, una presunción de funcionalidad, un Vuelva usted mañana 3.0.