Verdes

Discurso de Francisco Javier Esquembre tras su investidura como nuevo alcalde de Villena

Amigos, amigas, vecinas y vecinos… Hola. Estimadas autoridades. Digo autoridades sin hacer mención a ninguna distinguida persona, discúlpenme si están entre nosotros, sino refiriéndome a cada uno/a de quienes estáis aquí. Cada hombre, cada mujer es la autoridad en esta querida ciudad, cada persona manda y es la razón de ser de este servidor convertido en alcalde y de toda la corporación.
Esta mañana compartimos sentimientos que mezclan esferas personales y colectivas. Como alcalde de la ciudad quiero en primer lugar hacer una reflexión emocional antes que política. Celebramos la toma de posesión en sus cargos de las 21 personas que han aceptado contribuir con su visión de las cosas, a mejorar la vida en la ciudad. Esa decisión, más allá de las diferencias políticas, ya es digna de reconocimiento y agradecimiento. Permitidme que os dé las gracias.

Junto a esto, las personas que nos acompañáis, las que estáis afuera -saludo cordial a quienes se encuentran siguiendo el acto desde el hall- merecen el agradecimiento de toda la corporación. Y toda la ciudadanía que acudió a votar, mostrando su implicación con la democracia, y quienes con su abstención mostraban su descontento, el agradecimiento por haber contribuido a que este ayuntamiento pueda renovarse y continuar ofreciendo lo que la ciudadanía precisa.

Hagamos un ejercicio de interiorización, miremos sobre cada persona la posibilidad de estar serena, satisfecha, acomodada, en paz… y a pesar de ello el cuerpo estará cambiando, la sangre fluyendo, las neuronas conectando, el corazón palpitando… Así buscamos nuestra ciudad. Con capacidad de serenarse, de aparcar divergencias, de buscar la convivencia… y de seguir trabajando, prosperando, acogiendo, redescubriéndose.

Os propongo como alcalde electo un símbolo que nos refrescará. No puedo olvidar mi identidad con la ecología política. Pensad en un árbol. Sus raíces, el tronco, las ramas, hojas, yemas… algún fruto, un nido… incluso un reguero de hormigas. La sombra que proyecta. Todo el árbol valioso. Pensemos ahora en Villena como si de un árbol se tratara, y pensemos cómo cuidar cada una de esas partes. No tengáis duda de que la coalición de gobierno que encabezo y la corporación entera lo hará. Pero tampoco dudéis de que si no asumís la parte de implicación y participación que os corresponde, el cuidado no será suficiente.

Se suele decir “acomódense en sus asientos”. Ahora, después de estas palabras iniciales quiero proponerles lo contrario. Incomódense un poco, porque esta mañana de respeto institucional debe ser también de memoria y de compromiso. ¿Vamos a olvidar a las más de 4.000 personas desempleadas en nuestra ciudad? ¿Vamos a olvidar el agua que sigue explotándose en nuestro término? ¿Vamos a olvidarnos, aunque parezca algo menor, del brote de hongos (grafiosis) que afecta al 40% de los olmos de nuestra huerta? Tampoco podemos dejar de recordar los casi 1.000 millones de personas que padecen hambre, o las 500.000 mujeres que mueren cada año por un embarazo o un parto en condiciones de insalubridad, o las consecuencias del cambio climático… hacer presente, recordar, es un compromiso con la justicia.

Al hablar de recuerdo, en un acto como éste, cada quién seguro que hará presente a las personas que hoy no están, que fallecieron, pero que permanecen muy cerca de nosotros. Un familiar, un amigo, un compañero/a… dedicadles un momento de homenaje. Permitidme que haga público el mío, mi emocionado recuerdo a una persona que ha contribuido en cuerpo y alma a que los ayuntamientos democráticos sean una realidad. Una persona que junto a todo lo que dio para la convivencia en la ciudad, a mí personalmente me dio capacidad de entendimiento: capacidad de entender el Evangelio, capacidad de entender la política, de entender el compromiso con las personas empobrecidas, de entender la clase obrera. Juan Cantero López, amigo y guía.

Año a año, legislatura a legislatura, de generación en generación, como en el cántico de la Virgen María, La Morenica, en que se afirma que se colma a los pobres de bienes, y los ricos se les despide vacíos, que se ensalza a los humildes, y se abaja a los soberbios, paso a paso, se hila el compromiso de este pueblo con su historia. Creo que de alguna manera en el bastón que he recibido se refleja esto. Pero lo recibo como reto y oportunidad.

Parece ser que fue 1276 cuando don Juan Manuel otorga a Villena el Fuero de Lorca, donde se establecía que los vecinos de Villena podían elegir a sus representantes el día de San Juan. No fue hasta el siglo XIX cuando el bastón de mando quedaba otorgado a jueces, magistrados, gobernadores civiles, ministros y alcaldes, cada uno con una seña de identidad propia. Entonces desde un concepto reducido de autoridad, hoy las aspiraciones democráticas de la sociedad se reflejan en ver la autoridad como servicio y el bastón como apoyo. Pero antes, mucho antes, dicen los historiadores, un bastón similar estaba entre quienes habitaban estas tierras, El Tesoro de Villena posee algunas piezas de oro que muy bien podrían haber sido parte de un bastón de mando de la Edad del Bronce. Algún antepasado, de la época del tesoro de Villena, dominaría estas tierras…. Hoy es el pueblo quien domina, y servirle será nuestra obligación y devoción. Obligación que nos une con tantas personas que se esforzaron por un funcionamiento democrático de las instituciones.

Hoy esta ciudad, al hacer un traspaso de gobierno, no está sólo cumpliendo un precepto legal, está sobre todo reclamándonos atención y respeto. Con la memoria y con el futuro. Está pidiendo que incorporemos el saber de nuestra tradición y nuestra identidad, y que nos preocupemos por la vida de las generaciones venideras. Nos está pidiendo que lo hagamos de manera cooperativa. Que nos fijemos en nuestra huerta, en la tierra, en el Universo. El universo es siempre cooperativo, las leyes que orientan la vida no buscan la supervivencia, sino el equilibrio dinámico que permite mejorar. La unión de fuerzas, la diversidad, enriquece.

Somos como un relato, pequeños fragmentos que forman un libro. El Popol Vuh de los Mayas, el Corán, la Biblia, los Vedas hindúes se componen de esa multitud de pequeños escritos que dan un significado mayor a todo. Entendámonos así para aportar cada quien su saber y su experiencia, sus aspiraciones y sus logros… Como personas, como barrios, como asociaciones vecinales, sociales, culturales o deportivas, como partidos políticos… Confluyamos para reafirmar una opción por una Villena en la que nadie se quede fuera, una ciudad respetuosa, y un mundo inclusivo, ecológico, centrado en los derechos de las personas y de la Tierra.

Hay un clamor en las plazas pidiendo una democracia real. Sumémonos a él, reinventemos la democracia para que ésta reinvente nuestra ciudad. Será una bocanada oxigenante de participación, de inclusión, de igualdad, de respeto medioambiental, de transparencia.

No es la aspiración de quien os habla llegar al poder, ni la de la coalición que gobernará la ciudad. La aspiración es poder esforzarnos por transformar la realidad en que vivimos. Desde el Barrio San Francisco a la Morenica, la Zafra, Las Virtudes y la Encina. Desde las Cruces a El Carril, toda la ciudad se ha de mover en clave de participación y de mejora.

El funcionamiento municipal eficiente, transparente y austero es y será una de nuestras premisas. Reconquistar la confianza de la ciudadanía en la clase política local nuestro objetivo. Planificar el modelo de ciudad y término municipal de una forma consensuada con especial atención al territorio y al desarrollo socio-económico la prioridad. Ampliar, difundir, mejorar los servicios municipales nuestro afán. Promocionar iniciativas públicas y privadas que permitan crear nuevos empleos respondiendo a la crisis con formación e innovación nuestro reto. Priorizar la calidad de vida de las personas y trabajar de forma transversal para lograr igualdad y justicia social la mayor exigencia.

Una apuesta clara por poner la vida en el centro de la acción política, vida en abundancia, para menores y grandes, para hombres y mujeres, para el centro y para la periferia, para el núcleo urbano y para el campo. Vida compartida, en igualdad, como el aire, como el agua, como la música.

Insuflemos ilusión y esperanza, la ciudadanía la necesita. Preñemos de confianza nuestra acción política. Decid a vecinos y vecinas que es necesaria su participación, llenad las asociaciones ciudadanas de propuestas y sigamos trenzando esta Villena que tanto amamos.

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