Abandonad toda esperanza

Dónde están los clásicos

Abandonad toda esperanza, salmo 757º

Los clásicos deberían estar por todas partes y a disposición de cualquiera. Por ello, y al igual que un servidor trata de cubrir los huecos de su formación lectora acudiendo a esos incunables que quien más quien menos todos tenemos alguno por leer, el propio mercado -gracias sobre todo a las editoriales independientes- también intenta ir cubriendo esos vacíos en ocasiones imperdonables. Este es el caso de Percy Bysshe Shelley, hoy más conocido por haber sido el marido de Mary W. Shelley, la autora de Frankenstein, que por su propia producción literaria... cuando, como imaginarán, en su época ocurría todo lo contrario. No obstante, para los conocedores de la historia de la literatura universal Shelley está considerado, junto con su amigo Lord Byron o John Keats, como el epítome de la poesía romántica inglesa, de igual modo a como Hölderin o Novalis lo son de la alemana.

Retrato del poeta Percy B. Shelley, por Alfred Clint (1819)

Por tanto, no era de recibo que no dispusiésemos hasta la fecha de una recopilación de su lírica traducida al castellano en condiciones. Por fin, la editorial Reino de Cordelia ha venido a cubrir ese hueco con la edición de Donde están los eternos, una antología selecta pero contundente de lo mejor del autor de Prometeo liberado en formato bilingüe y con traducción de José Luis Rey, poeta y ensayista que firma también el prólogo. Se trata de la edición más completa hasta el momento en nuestro idioma de la obra del autor, y que por tanto refleja a la perfección la personal cosmogonía de su universo lírico; esto es: la poderosa fuerza visual de sus metáforas, la fe inquebrantable en el individualismo y la libertad y, en definitiva, la creencia en la capacidad de la voz poética para transformar la realidad. En resumidas cuentas: un volumen indispensable para cualquier amante de la poesía.

Una espectacular muestra del arte de “La cólera”

De la misma forma que empecé el año leyendo los versos de Shelley, la idea era arrancar con algún cómic considerado como un clásico del medio. Y al final hice un poco de trampa... pero solo un poco, y no ya porque La cólera esté llamada a convertirse pronto en un clásico contemporáneo, sino porque el guion de Santiago García es una adaptación muy libre de nada menos que la Odisea de Homero: el también conocido dentro del mundillo del tebeo como un veterano traductor y como un muy interesante (y a veces polémico) teórico -suyo es el fundamental ensayo La novela gráfica, que no sé a qué esperan si no lo han leído ya- nos regala aquí una relectura de uno de los clásicos de las letras universales por antonomasia muy alejada de, por ejemplo, la más ortodoxa revisión que Francisco Pérez Navarro y José María Martín Saurí concibieron hace ya más de tres décadas.

Santiago García y Javier Olivares ya habían colaborado antes en un par de ocasiones

Para ello, García cuenta con la colaboración de un Javier Olivares en estado de gracia: el ilustrador ejecuta aquí una labor absolutamente deslumbrante, y a la postre uno de sus mejores trabajos. Y la comunión entre ambos es absoluta, a buen seguro fruto de ya haber trabajado juntos codo con codo con anterioridad: concretamente, en El extraño caso del Doctor Jekyll y Míster Hyde -que se reedita, remasterizado, el mes que viene- y Las meninas, título este último que les valió el Premio Nacional del Cómic en 2015. El nuevo resultado de esta alianza es aquí, una vez más, impecable: un álbum fascinante, de gran impacto visual, y exigente para con el lector, quien deberá virarlo hasta en dos ocasiones durante su lectura y que no tardará en apreciar un diseño conceptual de un nivel muy pocas veces trabajado en el medio (¿alguien dijo Watchmen?). Una obra imprescindible, vaya; y que en su día no recayese en ella el Premio Nacional solo se entiende si se supone que se quería evitar volver a premiar a autores ya galardonados dejando de lado otros títulos susceptibles de ser reconocidos.

Jacques Tati dirigió y protagonizó la película “Mi tío” en 1958

En cuanto a la sana costumbre de empezar el año viendo algún clásico de la historia del cine que tuviese pendiente, pensé que dado lo duros que han sido los dos años previos debido a la pandemia lo mejor para arrancar este 2022 era optar por una comedia... aunque fuese una tan sui generis como la cultivada por el francés Jacques Tati. Y dado que ya había visto Día de fiesta y Las vacaciones de monsieur Hulot, le tocó el turno a Mi tío. ¿El veredicto? Cuando uno pensaba que el cine moderno se inventó entre 1959 y 1960 de la mano de las primeras muestras de la Nouvelle Vague, Shadows de Cassavetes, Psicosis de Hitchcock o dos producciones italianas tan fundamentales como La aventura de Antonioni y La dolce vita de Fellini, se queda estupefacto ante la arrebatadora modernidad de esta producción gala estrenada un año antes y que le valió a Tati y al país vecino el Oscar a la mejor película de habla no inglesa.

“Mi tío” consiguió para Francia el Oscar a la mejor película de habla no inglesa

Este segundo episodio de las peripecias del emblemático monsieur Hulot que Tati encarnó en cuatro ocasiones en la gran pantalla es, como ya supondrá cualquiera que haya visto algún otro trabajo del realizador, un film que apenas tiene anécdota argumental, cuenta con muy pocos diálogos, y que supone una aproximación al humor tan heredera del slapstick visual de cómicos pioneros del cine silente como Charles Chaplin, Buster Keaton o Harold Lloyd como de las vanguardias de comienzos del siglo pasado. Y parece obvio también que sin Tati hoy no existirían (o al menos serían muy diferentes) universos cinematográficos tan aparentemente personales como los de Tim Burton o su compatriota Jean-Pierre Jeunet... con o sin Marc Caro (esto es, Delicatessen o Amélie). En resumidas cuentas: que no dejen pasar la oportunidad de verla. Y aunque yo la rescaté de mi colección particular en formato bluray, está (muy) disponible en plataformas digitales: no solo en la imprescindible Filmin, sino también en Movistar Plus y -por sorprendente que parezca- en Amazon Prime Video, la cual (al igual que Netflix) no se caracteriza precisamente por su amor por los clásicos. Pero a veces, uno va a ver si están allí y, mira por dónde y para alegría del respetable, están.

Donde están los eternos y La cólera están editados por Reino de Cordelia y Astiberri respectivamente; Mi tío está disponible en Amazon Prime Video, Filmin y Movistar Plus.

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