Opinión

El fútbol e$ a$i

No alcanzo a comprender el endiosamiento de estos millonetis. Ni tampoco que se les considere el no va más

Vimos a un Leo Messi llorando a moco tendido debido a su marcha del club “de su vida”.  Aducía que él quería quedarse -un año antes quería lo contrario- e incluso propuso rebajarse el sueldo un 50%. Si ello hubiese ocurrido, ¿podría haber llegado a fin de mes? ¿Se las vería y desearía como los mileuristas? Pues no me imagino al muchachico a las puertas de un súper con la mano extendida.

Limpiados los mocos y demás, posó con los 35 trofeos que ha logrado con el Barça. Así, como si los hubiese ganado él solo y los demás jugadores hiciesen bulto en el campo, pues un equipo son 11 y no Messi, Cristiano, Benzema… en solitario. Asimismo afirmó, Messi, que de su futuro no tenía nada concreto. Más falso que Judas.

Con los lloros ya en el olvido, 24 horas después -en París- se comprobó que lo tenía asegurado y bien asegurado, o igual que dijo aquel: Atado y bien atado. Allí se dio un buen baño de multitudes regalando buen rollete y risas -como si se hubiese fumado un par de canutos- a aquellos que, cual si fuese una deidad, lo vitoreaban alocadamente. No se lo comieron a besos porque ya habrían almorzado, que si no…

Bien sopesado, yo también reiría, pues el PSG le va a pagar una montoná de guita por sus servicios. Y no es que Messi también venda váteres, que no; sino que le va a endilgar, por sus servicios futbolísticos, la insignificante cantidad de 60 milloncejos por los 2 años que ha fichado. Para hacernos una idea: 10.000 kilos de las antiguas y añoradas pesetas. Como para no reír, digo.

Haciendo uso de la cuenta de la vieja, el plañidero cobrará -esto sí que es para llorar- unos 82.191 napos/día; así, como cualquier hijo de vecino. Vamos que el apenado, su esposa y toda su prole, para gastarse ese potosí sumado a lo que ya hay en la saca, tendrían que vivir tropecientas mil vidas y la propina. Y los pensionistas contentísimos, no es para menos; fíjate.

Bien podía haber puesto la ultraderecha en aquel cartel del MENA y la ancianita, en lugar del muchacho, a un futbolista de estos que se llenan la boca de mucho amor por el deporte y bla, bla, bla; y luego se limpian el esfínter con billetes de 500, suponiendo que estos existan y no sean una leyenda urbana.

No alcanzo a comprender el endiosamiento de estos millonetis. Ni tampoco que se les considere el no va más. Se puede jugar de maravilla, pero de ahí a ser “un dios” va un buen trecho. Deberían caer de la burra los adoradores y darse cuenta de una vez por todas que de los logros de los ‘endiosados’ no les toca ni una sola miaja.

Y los de a pie compran camisetas, chándales y toda la pesca a precio de caviar beluga, siendo quién se lleva un pico del total el jugador cuyo nombre figure en la espalda de la prenda comprada. Luego van por ahí -derecho tienen- sacando pecho, vacilando de prenda deportiva y sin percatarse de que -sin comerlo ni beberlo- hacen por la jeta publicidad gratuita al equipo que esta pertenezca. Y, claro, tras tamaño desembolso, pa’ cenar pataticas bullías.



Un buen ejemplo de endiosamiento mal entendido lo tenemos en Maradona (q.e.p.d.). Tanto le aseguraron que era Dios que acabó por creérselo, al igual que se lo creyeron Calígula y otros engendros de la Historia. Iba el también astro argentino montando allende fuese tantos espectáculos bochornosos como futbolísticos en su momento.

Allá por 1982, vestido del Barça, realizó un anuncio publicitario con el lema: “Drogas, no”. Y con el tiempo lo convirtió en: “Drogas no..., toas pa’ mí”, ya que fueron multitud las veces que lo pillaron de marrón “to morao” en un fiestorro. Y es que para acceder a estos había que ir con la elegancia que da el llevar la nariz bien empolvada.

También le dio distinción al pibe el ser sacado como bien pudieron del Palco del estadio con unos pedorrones etílicos que no se los saltaba un gitano. Tanta afición tomó este “Dios” a esnifar farlopa que se llegó a decir que cuando Maradona jugaba -terminado el partido- no había rayas en el césped.



Entretanto los pobres, al no tener que llevarse a la boca, están muriéndose literalmente de hambre, o por no tener vacuna que llevarse a la vena; y los haitianos más, pues este país ha caído en desgracia y ahora se acerca una fuerte tormenta tropical a su territorio. Preocupante, sí. Aunque la única preocupación de los mandamases del fútbol consiste en que se puedan llenar a tope los estadios y disfrutar del cada vez menos deporte rey. Negocio rey, sería más correcto decir.

Y como de las alegrías que da el fútbol sólo comen quienes viven de él, éste que lo es se va recordando que el verdadero fútbol era aquel que hacíamos en el cole, descampados o donde se pudieran poner dos piedrotes a modo de portería. Lo dicho; el fútbol también ayuda a la natalidad, pues no ha habido bodas “de penalti” ni na. Hasta más poder ver. ¡Au!

Por: Tony Piojo

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Un comentario

  1. PUES RESUME PERFECTAMENTE LA REALIDAD DEL ASUNTO Y POR FIN ALGUIEN DICE LAS COSAS COMO SON, YA QUE EN NINGUN OTRO MEDIO DE TIRADA NACIONAL, SE HAN ATREVIDO A CONTARLO.
    ENHORABUENA POR EL ARTICULO!!!
    DE TODAS FORMAS Y A PESAR DE MESSI, VISCA EL BARÇA!!!

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