Escena 1
- ¡Ve tú, por favor!
- ¿Yo?
- ¡Claro! ¡Vais Gabriela y tú!
- ¿Cómo puedes tener tanto morro? ¡Que es el equipo de la ciudad, tronco!
- ¡No me llamo tronco!
- … no tienes nombre…
- … lo sé… anda… ve por mí…
- ¡No me líes! Vas tú, que para eso eres el alcalde y cobras más que yo!
- ¡Porfi, Juanjo! ¡Que el fútbol me aburre muchísimo!
- ¡Ah! ¡Nobleza obliga!
- Tío, que no te cuesta ná. Vais allí, charláis un poco, decís que todo es brillantísimo, brillantísimo, brindáis a lo bolchevique y pa casa.
- Tú no eres de este mundo, tío.
- Porfi, porfi, porfi, porfi…
- No me lo puedo creer. A ver, nene: eres el alcalde y el equipo del pueblo ha ascendido de categoría. Montan una fiesta y quieren que estés…
- Pero… es que… el fútbol me gusta un cero. No puedo con él.
- Tío, al 90% de la gente le gusta el fútbol.
- Pues yo soy del otro diez.
- No eres diferente a ellos.
- No lo soy. Por eso no me meto con nadie. No tengo ni idea de fútbol… no me atrae. Seguramente haría el canelo ante cualquier pequeña cuestión futbolística y, a estas alturas del partido, no me apetece quedar mal por una tontería así.
- ¡Oh! ¿Te crees más tonto que ellos?
- No, Juanjito. Me siento a años luz de ellos, pero no más tonto ni más listo: seguramente, cualquiera de los millones de aficionados que abarrotan, semana tras semana, los estadios, podrían recitarte de carrerilla las diez últimas alineaciones de cualquier club de Primera y, los ingresos de cada jugador. Yo, no.
- Hay gente muy puesta en ese campo…
- ¡Y en todos los campos! Los hay que conocen el nombre de los ingenieros de sonido de todos los discos grabados entre 1954 y 2018 y nadie los considera inferiores a la media.
- Frikis, en todo caso.
- ¡Claro! Alguien que sabe de futbol, nunca será considerado un friki. Un futbolero verá normal que alguien conozca todos los lunares de la espalda de Sergio Ramos, pero tildará de friki a alguien que conoce todos los Pokemon. El ser humano es raro.
- Sí.
- Además, el hecho de que sólo un siete por ciento de españoles practique el deporte rey es muy parecido al hecho de que a todos nos guste la música, pero sólo unos pocos elegidos sepan tocar un instrumento. Yo solo digo que me aburre el fútbol.
- Eres aburrido por naturaleza.
- Si tienes en cuenta que, en noventa minutos, puedes escuchar tres discos de los Ramones…
- ¡O ver un partido con los colegas!
- ¿Ver un partido con los colegas? ¿Oírlos gritar, insultar al árbitro y al equipo contrario? ¿Cantar “Campeones, campeones, oe oe oe” si ganan los buenos? ¿Deprimirme junto a la hinchada vencida? Paso.
- Sentir que perteneces a un grupo, alcalde.
- Ya… a un grupo… que habla de fichajes en la sobremesa del domingo mientras su mujer le prepara un cubata y su niño le molesta. Bendita pertenencia a un grupo, ¿no crees?
- ¡A la mitad de las españolas les gusta el fútbol!
- ¿Por decisión propia?
- ¿Qué quieres decir?
- Que igual, es la única manera que tienen de hacer algo con su pareja: volverse como ellos.
- ¿Tú crees?
- No sé. El fútbol es bastante machista.
- ¿Machista?
- Machista y aburrido.
- ¡Venga, hombre!
- ¿Qué sabes tú de fútbol femenino?
- … ¿fútbol femenino?
- Sí. ¿Sabrías decirme quién ha ganado la liga femenina este año?
- …
- ¿Lo ves?
- Por esa regla de tres, todos los deportes son machistas.
- Sí, pero si me meto con el ciclismo, seguramente te dará igual.
- ¡El ciclismo! ¡El deporte del dopping!
- ¡Claro! ¡Anda tú doscientos kilómetros en bici, por puertos de montaña, durante veintiún días seguidos, desayunando leche con galletas!
- En el fútbol no hay muchos casos de dopping.
- Tendría muchísimo delito que, repartiéndose la faena entre once tíos, se dopasen.
- El promedio de distancia recorrida en cada partido es de unos diez kilómetros por jugador.
- Eso lo corremos Veda y yo sin cobrar cifras astronómicas, que es otra cosa que no entiendo…
- ¿Qué no entiendes?
- Que, a esta especie de gladiadores, se les paguen sueldos impronunciables y que haya gente que presuma de ello: “el Barça ha comprado a Nosequién y le ha pagado 30 millones de euros”. Flipo.
- ¿Qué tiene que ver eso con el deporte?
- Que da un poco de vergüenza que, un juego de patio de colegio, represente el 1% del PIB.
- Eso es bueno, ¿no?
- Si contamos que, dentro de ese uno por ciento, se incluyen las apuestas deportivas…
- Estás muy negativo, alcalde.
- ¡Qué va! Me aburre el fútbol, solo es eso. No quiero ir.
- Eres un anti-social.
- Lo soy.
- Lo eres.
- Buenos días, Avelino.
- Buenos días.
- Avelino, ¿vio usted el partido del sábado?
- Siento defraudarle, señor alcalde, pero el fútbol no está entre mis aficiones.
- ¿Lo ves? ¡No soy tan raro!
- La pregunta es, ¿si usted fuera alcalde y el equipo de su ciudad le invitara a la celebración por el ascenso de categoría, iría?
- Por supuesto.
- ¿Aunque no tuviese ni idea de fútbol?
- Sin duda, señor Alcañiz. Al fin y al cabo, los aficionados también son ciudadanos y, como alcalde, hay que estar, porque se debe estar.
- Gracias, Avelino.