El Ordenanza

El Imperio contraataca

El Ordenanza. Capítulo 47

Escena 1

La perpendicularidad de los rayos solares es directamente proporcional a la temperatura del asfalto, que ya comienza a ser elevada y sólo son las diez y media. Demasiado calor para esta época del año. En la arteria principal de la ciudad no se registra una excesiva actividad, salvo algún transeúnte paseando a su mascota.

Aurora pende del brazo orgulloso de Avelino de camino a la parroquia, como cada mañana de domingo. Él esperará en su banco del parque, leyendo el diario que acaba de adquirir en el kiosco de Catalina. Ella atenderá al alimento de su espíritu, más por costumbre que por convicción. No es una beata, simplemente cree que el cristianismo es una suerte de socialismo. Si el Padre Anselmo supiera lo que Aurora piensa, realmente, de la institución eclesiástica y fuera consecuente, no la dejaría tomar la comunión.

Cerca de la puerta de la Iglesia, un hombre de unos setenta y dos años, tres meses y diecisiete días comenta (con un señor de unos, mal llevados, cuarenta y cinco y más de ciento diez kilogramos de carne en canal, embutidos en un chaleco de club de campo y una enorme bandera roja y amarilla a modo de capa infantil) las inclemencias del tiempo, con frases como “este verano viene adelantado” o “el tiempo está loco”.

Al pasar por el bar Caza D'Or, sede de la Sociedad de Caza y Pesca de la localidad, el matrimonio se sorprende de que unos treinta fanáticos de la formación con nombre (que no con la sabiduría) de diccionario abarroten la terraza del establecimiento, sin cuidarse de las medidas de seguridad mínimas de la fase en la que estamos: sus banderas rojigualdas les sirven de toda protección, vamos. Así, los muchachotes y muchachotas de marcados peinados con la raya hendida cual hachazo en la parte superior izquierda de sus cabezas, entre abrazos, cervezas, vivaespañas y algún que otro saludo a la romana habitual entre los guardianes de la patria, dan un claro ejemplo de comportamiento democrático, entonando un antiguo himno totalitario.

Avelino piensa que, extrañamente, estos comportamientos no corresponden al mensaje de protección patriótica que llena sus corazones rojos y amarillos pero, viendo que los ánimos de los festejantes están exaltados, prefiere no mencionarles ninguna regla de higiene sanitaria mínima en estos tiempos de covid-19, por prudencia, más que nada.

De lo que sí se dan cuenta ambos cónyuges es de que, entre el pelotón de aguerridos íberos, se encuentran las cámaras y micrófonos de Comarcalia TV, siempre dispuestos a dar una información coherente, dinámica y, sobre todo, imparcial.

Escena 2

  • Dicen que va a venir el ex-cuñado de la Infanta.
  • Pero ¿qué infanta? ¿La guapa o la fea?
  • La que se parece a Rosendo, creo.
  • ¿Y va a venir aquí?
  • ¿Cómo va a venir, hombre de Dios? ¡Vive en Miami!
  • Yo, de verdad, no sé cómo pueden sobrevivir en los U.S.A. sin banderas de España.
  • Es un hombre muy sacrificado, sí.
  • Va a hacer una conexión en directo justo antes de comenzar la marcha, para darnos fuerzas.
  • ¡Efraín, pon El Toro TV en el plasma! ¡No nos lo podemos perder!
  • ¡Por la Santísima Imagen de la Virgen del Rocío! ¡Qué gesto tan patriótico y bonito!
  • Dejar todos sus quehaceres en Miami para estar con nosotros es un gesto que le honra.
  • ¡Es un Grande de España!
  • ¡Callad, callad, que ya empieza!

Escena 3

¡Hermanos y hermanas españoles y españolas! ¡Patriotas todos! ¡Vamos a comenzar esta marcha pacífica para protestar firmemente contra la dictadura judeo-masónica que nos gobierna! ¡Esta ralea comunista y socialista criminal, que los españoles de verdad no hemos votado! ¡Estos comunistas y socialistas criminales! ¡Sí, criminales! ¡Llevan conspirando, durante más de treinta años, para llegar a este momento y despojar a los verdaderos españoles de lo que es suyo!

Campan impunemente por los pasillos de nuestro Congreso y nos quieren hacer creer que vivimos en una democracia, ¡pero realmente vivimos en una férrea dictadura! Así como nuestros hermanos del pueblo venezolano, los del pueblo boliviano, los de Corea del Norte y, bueno, ¡de Cuba ya no os digo nada!

Debemos pues, hermanos y hermanas españoles y españolas de raza. Españoles y españolas de pro. ¡Hermanos todos! Debemos volver a las libertades que nos arrebataron estos criminales, que utilizan la política para esquilmar a nuestras gentes hace más de cuarenta años. Debemos recuperar las costumbres que esta raza de víboras nos ha ido usurpando desde la instauración de su régimen político dictatorial y criminal. Debemos recuperar los toros, la Feria de Abril, el fútbol, las procesiones de Semana Santa, el Rocío y, lo más importante para mantener la salubridad de la nación española: la celebración de la Santísima Eucaristía y la oración.

Sí, hermanos y hermanas españoles y españolas, ¡la oración! Porque a nosotros, los que amamos nuestra patria, los que luchamos por una España unida y sin fisuras, nos llena el corazón rezar a pleno pulmón al Dios que nos ha creado y nos cuida desde su reino celestial. Así pues, hermanos y hermanas en Cristo, españoles todos, recemos un Padrenuestro y un Avemaría antes de subirnos a nuestros coches y recorrer nuestras ciudades en una singular marcha triunfal en contra de la rastrera raza de socialcomunistas criminales que nos oprime: Padre nuestro...

Escena 4

  • ¡Hombre, alcalde! ¿Tú llamando un domingo por la mañana? ¿Cómo vas de tus mareos?
  • Bastante mejor, Andrés. Muchas gracias. Oye, se me acaba de ocurrir una maldad viendo al Marichalar... ¿quieres reírte un rato?
  • ¡Claro!
  • ¿Puedes llamar a la jefa de la Policía Local y sugerirle que monten un control de alcoholemia y drogas al final de la manifestación en coche de los de ITER?
  • Alcalde, eres endiablada y anatipatrióticamente rojo, ¿lo sabes?
  • Claro que lo sé, pero sólo se me ocurre combatir el surrealismo con surrealismo.

Y nosotros, amigo lector, vamos a dejar en el aire el número de positivos que daría la instalación de ese control policial y le invito a ser consciente de que, si va usted a conducir (aunque sea por el bien de la nación) no puede consumir alcohol ni sustancias.




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