Sociedad

El joven ingeniero villenense Elicerio García, jefe de desarrollo tecnológico de la multinacional alemana Audi

Elicerio García Laguna es un joven villenense de 32 años que estudió EGB en los Salesianos, bachillerato en el instituto Hermanos Amorós e Ingeniería Técnica Industrial a caballo entre Alcoy y Valencia. Un currículum como tantos otros, al que hay que añadir en sus comienzos algunos conocimientos de inglés e informática y unas notas para nada extraordinarias, según reconoce el propio García.
No obstante, en estos momentos Elicerio García ha llegado a ser director del departamento de electrónica de frenos en la multinacional alemana Audi, y por ello reside en Ingolstadt, Baviera, una pequeña localidad situada a 70 kilómetros de Munich. Aprovechando sus vacaciones, que han coincidido con las navidades, EPdV ha tenido la oportunidad de conversar un rato con él para que nos explique sus obligaciones actuales y la trayectoria que ha seguido hasta acabar dirigiendo su propio departamento dentro de una de las más importantes empresas del mundo.

La importancia de salir al extranjero
Gracias a una beca Erasmus, Elicerio García decidió terminar su carrera en Alemania (un destino poco frecuente para los estudiantes españoles, ya que la mayoría apuesta por países de habla inglesa), lo que le permitió, además de completar su titulación española y aprender el idioma (aunque aún no ha acabado de dominarlo, a pesar de llevar casi seis años allí), acceder a la titulación equivalente en Alemania y realizar allí su proyecto de fin de carrera, momento en el que accede al mundo de la automoción, ya que lo realizó en el Departamento de Investigación de Volkswagen. Algunos contactos dentro de Volkswagen le proporcionaron a Elicerio García la posibilidad de regresar a España, presentar unos currículums e incorporarse finalmente a la empresa SEAT, por lo que desde entonces se traslada a Barcelona.

Aunque hablamos de empresas diferentes, conviene precisar la naturaleza de la empresa “nodriza”, que conforma un amplio conglomerado empresarial –Grupo Volkswagen– que agrupa a las firmas Audi, Lamborghini, SEAT, Skoda, Volkswagen y Bentley. Por ello, y a pesar de trabajar para SEAT, es Audi la firma que requiere la presencia en Alemania de un grupo de ingenieros, estando entre ellos el joven villenense. Tras un año aprendiendo en Alemania, es el jefe de producción de Audi quien propone a Elicerio García dirigir con plena responsabilidad un proyecto allí: hacerse cargo de toda la electrónica de frenos del Audi A6, el buque insignia de la firma alemana. En la práctica –y con la enorme carga que supone– ello convierte a García Laguna en el principal responsable del llamado EPS, es decir, quien tiene la última palabra sobre los sistemas de estabilidad, ABS o control de tracción de los vehículos, y debió hacer tan bien su trabajo que Audi también le encargó asumir el mismo trabajo para el modelo A4.

El cambio, como reconoce Elicerio García, fue total: “Pasé de estar ayudando a ser el máximo responsable”. No obstante, no debe hacerlo mal, puesto que ahora ha recibido un nuevo encargo: implantar en SEAT el modelo de desarrollo de Audi, lo que servirá para construir los vehículos españoles adaptando la moderna tecnología de la firma alemana, todo un reto para la firma española y para “nuestro” ingeniero, que ha sabido dirigir su carrera hasta alcanzar las más importantes empresas del sector.

A años luz de Alemania
Preguntado sobre su futuro, Elicerio García reconoce que le gustaría volver a España para aplicar sus conocimientos, aunque admite con tristeza que no es fácil: “De momento, España está a años luz de Alemania, un país que se encuentra a la cabeza del desarrollo tecnológico en el mundo. En España, excepto SEAT, existen pocos centros de desarrollo; los demás –firmas como Siemens o Bosch– son sucursales de empresas alemanas”. Al respecto, García se muestra pesimista respecto a la economía española, a la que achaca haber invertido poco y mal en tecnología y desarrollo, dejando todo en manos del turismo y la construcción con las consecuencias que ahora comenzamos a ver.

Con todo, se encuentra bien en su trabajo, donde compatibiliza horas de oficina con el trabajo en el laboratorio y en las pruebas, gracias a las cuales ha podido recorrer Europa en coche analizando los nuevos modelos de Audi en todo tipo de condiciones: con frío, nieve, calor, etc. “En realidad, tener un trabajo así es un privilegio”, confirma.

Hablar idiomas, primordial
Preguntado sobre el consejo que daría a los jóvenes estudiantes villenenses para seguir una carrera similar, Elicerio García no muestra la más mínima duda: “Hablar idiomas es primordial, y quien no lo haga estará limitado. Cada día hay más competencia, con la entrada en el mercado de los países asiáticos y los del este de Europa, “y en un mundo tan globalizado no vamos a ir a ningún sitio sólo con el español”.

También es fundamental, continúa, “viajar, salir, estudiar fuera. Hay que aprovecharse de las becas que hay para ello y no tener miedo al desconocimiento del idioma. Cuanto más te mueves más claro tienes lo que es importante, y cada día es más evidente que no basta con hablar otro idioma, sino al menos dos: hay países que nos llevan mucha ventaja en ese sentido”. No hablar otros idiomas, concluye, “nos impide crecer como personas, y también dificulta nuestro desarrollo como economía y como país”.

Amistad global
Para finalizar, preguntamos a Elicerio García por su modo de vida en Alemania, y nos sorprende afirmando que al sur del país, donde él vive, la gente no es tan “cuadriculada” como pensamos que suelen ser los alemanes, sino que se trata de una gente abierta y tranquila que es muy seria trabajando pero también saben disfrutar de los amigos y la familia. Su amistad con personas alemanas data de sus tiempos de estudiante en Valencia, donde conoció a muchos Erasmus de allí, lo que en parte le facilitó su adaptación a su nuevo entorno, un lugar donde ha conocido a personas de todo el globo, con las que convive a diario, lo que abre sus horizontes y lo convierte en un auténtico “ciudadano del mundo”.

Esta posibilidad de conocer a personas tan distintas es uno de los mayores atractivos de una vida como ésta, que además no resta un ápice a relaciones anteriores. Como reconoce el propio Elicerio antes de despedirnos, “claro que pierdes algún contacto al estar lejos, pero los amigos de toda la vida siempre están ahí, y a ellos hay que sumarles los nuevos que vas conociendo a cada momento”.

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