Apaga y vámonos

El parto de los montes (II)

Allá por abril, servidor escribía una columna con el mismo título que la de hoy donde me mofaba de la página web de la concejalía de Igualdad y el Consejo de Ídem, presentada a bombo y platillo a pesar de que bastaba una pequeña visita para comprobar que aquello, más que una web moderna y digna de una institución como nuestro ayuntamiento, era –y sigue siendo– un engendro perfectamente prescindible.
Ahora Mercedes Menor, la misma concejal que protagonizó aquella columna, nos anuncia que el ayuntamiento va a regular la cesión de espacios, materiales y equipos municipales a los colectivos y asociaciones que los soliciten, lo cual me parece muy oportuno, por lo que toca felicitar a la edil por intentar poner orden en algo que reiteradamente y durante años ha sido denunciado desde las páginas y las columnas de EPdV: la descoordinación entre administración y tejido social, e incluso entre distintos departamentos municipales, lo que nos llevaba a solapamientos, contraprogramaciones y demás situaciones inexplicables en un pueblo como el nuestro, relativamente pequeño y con apenas unos cuantos programadores culturales.

Además, esta medida viene a complementar otra, para mí de mayor calado, que ya lleva unos meses funcionando y resulta muy práctica para conocer las fechas libres que hay en nuestra ciudad antes de organizar cualquier evento. Me refiero al calendario de actividades instalado en la web municipal (www.villena.es), y que también fue presentado por la propia Mercedes Menor, en este caso el pasado 7 de noviembre. Según nos decía, “además de incluirse toda la programación generada por el ayuntamiento, tanto asociaciones socio-sanitarias como vecinales, clubes deportivos, comparsas, colegios, etc., pueden informar de las actividades que programen abiertas al público en general…”.

Total, que me he dado una vuelta por la web del Muy Ilustre para ver cómo va el invento… y como ya habrán adivinado quienes me conocen, resulta que ni agenda, ni coordinación ni nada que se le parezca o sea mínimamente digno de alabar. La cosa de entrada tiene buena pinta, en serio, porque se ve el calendario al completo con el color rojo que indica que ese día hay algo, pero basta con ir pasando el puntero del ratón por encima de cada jornada para comprobar que los únicos eventos anunciados son los generados por la propia Casa de la Cultura (de hecho, no aparece el cine, que aunque programado por el Cineclub se proyecta en la Kaku; ni el último concierto del Club de Jazz, celebrado en la cafetería del citado centro cultural…).

Es más, no es que no aparezcan las actividades programadas por las asociaciones, las comparsas o los clubs deportivos, tal y como anunciaba nuestra concejala, es que por no estar, no están ni los eventos generados por el propio ayuntamiento, como las actuaciones previstas en el Teatro Chapí, es decir, que lo que iba a recoger toda la actividad local ha acabado reducido a un calendario de algunos –no todos– de los eventos que acoge la Casa de la Cultura, que por cierto, ya tiene su propio calendario en su propia web, con lo que en realidad estamos asistiendo a la inútil duplicación de un servicio…

Así las cosas, y como hace un año, nos queda concluir que para este viaje no hacían falta tantas alforjas, ni mucho menos que nuestros bienamados representantes públicos nos hagan perder el tiempo con ruedas de prensa o presentaciones que finalmente no sirven más que para chupar cámara un rato y sacarse algunas fotos, fotos que, inevitablemente, acaban convirtiéndose en el espejo que refleja la vacuidad de la gestión de la mayoría de nuestros gobernantes.

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