No se asusten: no voy a darles una lección de Historia del Cómic descubriéndoles quién es el considerado como primer autor de tebeos de la historia (como para tener ganas de meterse en terreno tan pantanoso ahora mismo, la verdad), ni tampoco se trata de que vaya a confesarles cuál es mi favorito (como si lo tuviese claro, por otra parte). El título de la presente columna no es más que la expresión de un deseo: que la recién nacida revista Autores de cómic no se quede en su primer número y vengan muchos más tan buenos como este (porque ya les adelanto que mejores será difícil). Y es que, aunque suelo dedicar mi tiempo y mis textos a aquellas obras que recibo de servicios de prensa (como es lógico), muy de vez en cuando me encuentro con algo que me he comprado yo rascándome el bolsillo y que vista la calidad de la obra considero que esta se merece toda la difusión posible.
Este es sin duda el caso de este proyecto personal del sevillano Javier Alcázar, divulgador cultural y editor de Isla de Nabumbu, inspirado en la publicación francesa Les Cahiers de la Bande Dessinée y que pretende consagrar sus más de cien páginas a gran tamaño (29,7 x 21 cm) -y por un módico precio de doce euros- al análisis de la obra de autores que han de cumplir dos condiciones a priori: ser españoles y estar vivos. Lo primero, porque se trata de valorar nuestra industria (es un decir) o, al menos, el papel que juegan artistas nacionales en las industrias de fuera (como es el caso del primer protagonista de la revista y su destacado estatus en el mercado francobelga); lo segundo, porque la intención es entrevistar en profundidad al homenajeado en cuestión, y ahora mismo establecer un diálogo con Francisco Ibáñez, Carlos Pacheco, Martí o Calpurnio resultaría bastante complicado... lamentablemente.
Así pues, Autores de cómic debuta con un monográfico dedicado de principio a fin a José Luis Munuera, abriéndose con una suculenta entrevista de cuarenta y pico páginas en las que este autor nacido en Lorca (Murcia) pero que ha desarrollado la mayor parte de su carrera más allá de los Pirineos recuerda sus comienzos en la profesión, las relaciones que le han unido a los distintos guionistas con los que ha venido colaborando, las diferencias de trabajar para un mercado u otro y su colaboración actual con Sergio Román, alias Sedyas, al color de sus últimos trabajos... así como otros muchos aspectos de su experiencia creativa y su producción artística. Todo ello se trata pormenorizadamente en una conversación con Pablo Portillo y el propio editor de la revista que sin duda es el plato fuerte de la propuesta; y que debería ser modelo a imitar por cualquier publicación impresa, blog (como el mío), podcast o canal de YouTube (como el mío también) que pretenda hacer divulgación del medio de forma medianamente seria.
A la entrevista (que, insisto, es una delicia) le siguen tres historietas cortas inéditas hasta la fecha, de consumo indispensable para los seguidores de su autor; así como una antología de textos críticos a cargo de los estudiosos Jorge García, Alejandro Romero, Javier Mora, Jordi Canyissà y Manuel Barrero sobre varios títulos destacados de la carrera de Munuera: El juego de la luna, nueva versión de la obra previa de Enrique Bonet en solitario; el Fraternity escrito por Juan Díaz Canales, guionista de Blacksad; Los Campbell, o la aportación de Munuera (aquí ya como autor completo) al género de aventuras, subgénero piratería; Zorglub, serie derivada de Spirou protagonizada por el villano que le da título; o las adaptaciones literarias Bartleby, el escribiente y Cuento de Navidad, ambas analizadas de manera conjunta. Culminan la oferta una bibliografía completísima y, como no podía ser de otra forma, un gran número de ilustraciones a todo color del dibujante de Pequeños Bill y Bolita que no solo complementan los textos a la perfección, sino que comparten el protagonismo con estos y se miran de igual a igual. En resumidas cuentas: estamos ante una publicación imprescindible para cualquier aficionado a la narración gráfica y la ilustración que se precie. Ahora solo queda esperar que esta Autores de cómic sea recibida con el apoyo que se merece y podamos disfrutar pronto (en principio tendrá una periodicidad semestral) de un segundo número que, por lo visto, estará dedicado a una autora que como Munuera también trabaja para el mercado extranjero. Mi apuesta, si me lo preguntan, es por Ana Miralles; a ver si acierto.
En este primer Autores de cómic, la citada bibliografía de José Luis Munuera -y por tanto la revista en sí- prácticamente se cierra (por el momento) con La carrera del siglo, un álbum publicado por la editorial gala Le Lombard y que en España nos acaba de traer Astiberri, que suele publicar aquí la obra de su ilustrador; y no se me ocurre mejor manera de acompañar a la lectura de este número de debut de la revista monográfica que sumergirse en las páginas de este álbum (o viceversa). Escrito por el periodista belga Kid Toussaint, se trata de un relato basado en hechos reales (y documentados con material incluido al final del volumen a modo de extra). Estos acontecieron el 30 de agosto de 1904, dentro de los terceros Juegos Olímpicos de nuestra era, cuando se celebró en las calles de San Luis (Misuri, Estados Unidos) una maratón que hizo historia del deporte mundial de la peor forma posible: con una marca de 3 horas, 28 minutos y 53 segundos, tan solo catorce de los treinta y dos corredores inscritos consiguieron acabarla por culpa de las altas temperaturas (más de treinta grados) a primeras horas de la tarde, un recorrido mal señalizado, el primer caso registrado de dopaje organizado de la historia y otras trampas dignas del mayor de los sonrojos.
En La carrera del siglo, la colaboración de Toussaint y Munuera acaba dando como resultado una lectura que, a pesar de los aspectos más sórdidos del caso verídico en que se inspira (y que no fueron pocos), resulta de lo más gozosa gracias sobre todo a la pericia del dibujante, con la inestimable colaboración del citado Sedyas al color, a la hora de retratar con verosimilitud y riqueza de matices a los distintos y muy carismáticos personajes que la protagonizan: caso de, por citar solo algunos, un cartero cubano que corrió con ropa de calle, los primeros atletas africanos en participar en unos Juegos Olímpicos o un corredor que realizó buena parte de la prueba montado en coche (!); todos ellos, embarcados en una odisea disparatada que puede recordar a filmes como la película homónima o El mundo está loco, loco, loco, loco (tampoco habría sido este un mal título para el cómic). En definitiva: que estamos ante otra auténtica gozada, una más, pero esta vez de Munuera y no sobre Munuera.
PS.- Me consta que Isla de Nabumbu y su editor Javier Alcázar ya se han embarcado en otra encomiable apuesta editorial en formato revista: Tenebre, un nuevo magazine dedicado por entero a la literatura de terror que arranca con un homenaje al añorado Rafael Llopis y que ya puede (pre)ordenarse en su web. Luego no digan que no les avisé...
Autores de cómic y La carrera del siglo están editados por Isla de Nabumbu y Astiberri respectivamente.