Apaga y vámonos

El suicidio de Los Verdes

Tengo que reconocer que lo de los toros en Villena me resulta un auténtico coñazo. Pase que el año pasado, por aquello de la novedad para una coalición de gobierno recién constituida, hubiera ciertos problemas a la hora de organizar la corrida de Fiestas, pero tras más de un año esa excusa ya no vale, y sin embargo seguimos aguantando estoicamente el culebrón. ¿Nos darán nuestros gobernantes la misma tabarra durante los veranos de 2013 y 2014? Pues avisen con tiempo, señorías, que nos pongamos a cubierto.
Resulta ridículo tener que aguantar año tras año el mismo rollo, como si no supiéramos que por mucho debate, mucho decreto y mucha rueda de prensa los toros se van a hacer, pues son el pegamento que mantiene unida a una coalición incapaz de consensuar y presentar ante los ciudadanos un programa de gobierno. Más bien al contrario, ha quedado ya demostrado que nuestros gobernantes se rigen por esa ley en la que termina llevándose el gato al agua el que tenga los huevos –o los ovarios– más gordos, ya que las negociaciones entre las tres formaciones que componen la coalición funcionan tal que así:

—No voy a aceptar que haya toros, porque somos Verdes y nos oponemos radicalmente a estos “espectáculos” —diría el alcalde.
—Por supuesto que vas a aceptar los toros, porque a pesar de no estar de acuerdo, nosotros nos hemos comido con patatas el edificio de la Plaza de Colache y el Aupa Lumbreiras —le responderían desde VCD. Y que sepas –añadirían– que “si no hay toros arde Troya” (como ha afirmado públicamente un edil de dicha formación).
—Pues nosotros mejor nos callamos —apostillaría el PSOE—, no sea que nuestras Juventudes nos vuelvan a dejar en evidencia animando a asistir a la manifestación antitaurina del día 7 dos días después de anunciar nuestra Ejecutiva que estamos a favor de la corrida.

[Mientras tanto, en la sombra, ríen en el PP, aún no sé muy bien por qué, pues han dejado meridianamente claro que están dispuestos a dejar a los aficionados –muchos de ellos sus propios votantes– sin toros con tal de joder al equipo de gobierno].

Así las cosas, puede llegar a quedar muy bien ese discursito del alcalde en defensa de la democracia, la voluntad de la mayoría, el buen rollito y la paz mundial, pero qué quieren que les diga. A mí –y a muchos afiliados y simpatizantes Verdes– lo que me ha parecido en realidad ha sido una descomunal bajada de pantalones perpetrada curiosamente por quienes menos tienen que perder, precisamente aquellos que tienen sus puestos de trabajo esperándoles, donde a buen seguro vivirían más tranquilos y, en algún caso, hasta ganando más dinero.

Y es que, en realidad, son algunos concejales del PSOE y de VCD quienes no tienen nada mejor a lo que agarrarse, por lo que deberían ser ellos los que tragaran y aceptaran democráticamente que Los Verdes, con mayoría en el equipo de gobierno, dejaran su sello en la política local haciendo que sus proyectos y valores quedaran por encima de las propuestas y reclamaciones de sus socios. Y sin embargo hemos asistido justo a lo contrario, la renuncia Verde a su historia, a su trayectoria, a sus valores y a lo que muchos de sus votantes esperaban de ellos. Un suicido político en toda regla de un partido que, antes o después, acabará arrepintiéndose de haber renunciado a su propia esencia para defender no se sabe muy bien qué.

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