Fiestas

Emociones contenidas

Hacia el año 1922, concretamente un día 5 de septiembre, un grupo de jóvenes músicos dirigidos por el maestro Bravo abrieron el Desfile de La Entrada de Moros y Cristianos. Era nuestra Banda Municipal de Villena. Para dicha ocasión, el M. I. Ayuntamiento de Villena encargó a otro villenense, Quintín Esquembre, un pasodoble que llevara el título de La Entrada. No cabe la menor duda que estamos representando una parte de nuestra historia musical y festera, y debemos hacerlo con la cabeza bien alta como tantos otros compañeros a lo largo de tantos años. Nuestra música ha cruzado fronteras, seamos dignos sucesores de ello.
No era un día 5 como los anteriores de mi vida. Este año me levantaba como Director de la Banda Municipal de Villena, lo cual me convertía en el encargado de dar el pistoletazo de salida a nuestra Entrada de Moros y Cristianos 2003. Todo esto para mí hubiera quedado en una anécdota si no fuera porque para un villenero y para un músico de la Banda Municipal de Villena salir el día 5 septiembre abriendo la entrada es algo más que fiestas de Moros y Cristianos. Es un cúmulo de sentimientos a veces difíciles de explicar a una persona que no haya pasado por esta vivencia. Sin lugar a dudas es un día de felicidad, de alegría, de compartir esta experiencia con los compañeros… en definitiva, es un día para sentirse orgulloso de ser villenero y de ser músico.

Sin duda, es uno de los momentos más felices de mi vida y de orgullo para mi familia y amigos. Para mí fue el “Desfile de las sensaciones”; de ver pasar por delante de los ojos recuerdos bonitos, momentos difíciles, de recordar familiares y amigos que estarían orgullosos de verte pero ya no están entre nosotros. Los estados de ánimos cambiaban cada compás, cada pentagrama. Miraba hacia atrás a mis compañeros, cada uno de ellos era una imagen: unos contenían sus lágrimas detrás de las gafas de sol, otros sonreían orgullosos y otros cruzaban sus miradas con la mía cómplices de nuestra alegría; era nuestro momento. Pero no estábamos solos. Me impactó cómo el público se acercaba a nosotros con los teléfonos móviles para que sus familiares y amigos ausentes de Villena escucharan “La Entrada” en directo. Cómo muchos de los villenenses lloraban al ver pasar su banda de música dice mucho en favor de cómo un pueblo siente sus Fiestas y su esperada Entrada.

Recuerdo de aquel día cuando bajábamos de casa de Paco Cherro (visita obligada todos los días 5) y nos dirigíamos a la Losilla, serían las 3:45 de la tarde. Nos sentíamos orgullosos de ser músicos, de pertenecer a la Banda, la adrenalina nos recorría todo el cuerpo como los años anteriores, pero yo sabía que este año para mí iba a ser especial, era el momento soñado durante mucho tiempo.

Ya en la Losilla, se me acercó Isidro de Radio Villena y me dijo: “falta un minuto para las cuatro”. Entonces los nervios afloraron en mí, las piernas se movían más que nunca y la batuta no era capaz de quedarse quieta. Hice formar a la Banda de siete, éramos cerca de un centenar de músicos. Me vienen a la memoria las miradas de Pepe Valiente, Pedro, Francisco Andrés, Paco Cherro y otros percusionistas cómplices de nuestra alegría. Nos dábamos ánimos, eran las cuatro de la tarde del día 5. Mandé a Roberto, que aquel día iba con el Bombo, dar aviso a los músicos para comenzar, pero sus dos golpes callaron a miles de personas, a todo un pueblo expectante de escuchar a su Banda y ver empezar sus Fiestas de Moros y Cristianos. El silencio fue tal que tuve la sensación de que el tiempo se paraba. Pasaron por delante de mí los momentos duros y el esfuerzo que había realizado para estar al frente de “mi” Banda Municipal con la responsabilidad que ello conlleva.

Subí los brazos en un silencio que se rompía con el suave movimiento de la batuta. Esta anacrusa, este gesto de dar el comienzo de La Entrada, lo disfruté como nunca, aunque debo decir que cada año que pasa es irrepetible. Sin duda el avanzar por esa Corredera, por ese casino villenense repleto de estudiantes, ver a mi familia y sobre todo a mi padre, que fue el que me metió en este mundo tan maravilloso, no se me olvidará jamás. Nuestro paso firme continuaba hacia la tribuna de autoridades; es el momento del reconocimiento de todo un año, no sólo para mí, sino para cada uno de los músicos por el esfuerzo y dedicación a nuestra Banda Municipal de Villena, a los 85 años de historia de la misma y al Maestro Quintín Esquembre por componer este pasodoble tan emblemático.

Sin duda, para un miembro de esta Banda Municipal es un día muy especial, sean profesionales de la música, trabajadores, estudiantes, mayores y jóvenes, todos estamos unidos por un mismo sentimiento: el orgullo de pertenecer a esta formación.

Pedro Ángel López
Director de la Banda Municipal de Villena.

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