Apaga y vámonos

¡Faltan luces!

Dejando de lado el caricaturesco triunfalismo que desprenden los comunicados del Gabinete de Prensa del Muy Ilustre, que lo mismo sitúan a U2 o Pink Floyd actuando en Villena que nos cuentan que nuestra ciudad es la primera de España en instalar un servicio de alumbrado público con Leds –y nos colocan sin sonrojo alguno a la altura de Nueva York, Toronto o Londres– cuando sin ir más lejos tenemos ejemplos de su utilización en Elda, Alicante o Elche, lo cierto es que el asunto tiene mayor trascendencia de lo que parece, mayormente porque nos afecta al bolsillo.
No obstante, antes de empezar con el asunto voy a terminar de enmendarle la plana al Gabinete, que nos ha contado muy ufano que el ayuntamiento, conjuntamente con dos empresas, ha abordado la realización de la prueba en cuestión. No nos han contado, por el contrario, que el invento sólo dura un mes, ni tampoco que el ayuntamiento no pone un duro, así que su papel en este tinglado se reduce a… ponerse la medalla. Pero bueno, todo sea por acaparar titulares bonitos, como el sugerido en la nota correspondiente: “VILLENA con las mejores ciudades del mundo” (las mayúsculas venían así de serie, se lo juro).

Centrándonos en el asunto, resulta que la tecnología Led tiene muchas ventajas y un solo problema. Empezando por las primeras, ya sabemos todos que reducen el consumo energético a la mitad y que multiplican por 5 la vida útil de las luminarias, además de no generar residuos tóxicos y permitir una regulación del alumbrado adaptada a cualquier necesidad –dicho en cristiano, se podrían programar para reducir su intensidad a partir de las 3 de la mañana, por ejemplo–. De ahí se deriva su eficiencia tanto económica como ecológica, pues su implantación en todo el alumbrado público de Villena permitirá reducir en unas 1.200 toneladas las emisiones de CO2 a la atmósfera, contribuyendo así con nuestro granito de arena a la lucha contra el calentamiento global. Vistas así las cosas, a qué esperamos para proceder, se preguntarán muchos de ustedes.

Pues habrá que esperar a que lleguen gobernantes capaces de coger ese toro por los cuernos, me temo yo, ya que todo eso tan bonito que les he relatado en el párrafo anterior presenta, y no dirán que no les he avisado, un problema: el coste, porque su instalación supone entre 5 ó 6 veces más gasto que el ocasionado por las luminarias de vapor de sodio utilizadas hasta ahora en Estocolm…digo, en Villena, y claro, a ver quién paga la broma, que con la que está cayendo a ver quién es el guapo que se preocupa por el medioambiente.

Hagamos cuentas entonces: el ayuntamiento (es decir, nosotros) paga cada año 1.200.000 euros de recibo de luz, siendo unos 700.000 euros correspondientes al alumbrado. Si los Leds reducen el consumo a la mitad, ahorraríamos 350.000 euros al año, con lo que seríamos capaces de amortizar la inversión en un plazo razonable de 6 a 8 años, disponiendo a partir de entonces de un jugoso beneficio para invertir en otras necesidades. O, ¿por qué en vez de pegar sablazos para no se sabe qué a las empresas interesadas en invertir en Villena no les invitamos a cambiarnos el alumbrado? No dirán que no les ofrezco alternativas, señores concejales. ¿A qué esperamos entonces para hacer realidad ese sueño del Gabinete, que concluye todas sus notas asegurando que “el Ayuntamiento sigue trabajando por una ciudad más sostenible y accesible, con el fin de construir un espacio urbano habitable y sostenible en el que la calidad de vida ciudadana sea siempre una constante”?

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