De recuerdos y lunas

Hasta la gola

Todo lo que la Comparsa de Estudiantes haga en homenaje de don Faustino Alonso Gotor será poco para devolver lo mucho que D. Faustino hizo por la Comparsa de Estudiantes. También por Villena. Pero nunca se haga la ganada distinción a costa del Premio de Ensayo e Investigación que merecidamente lleva su nombre. Porque entonces los justos honores resultarán vestimenta de Santo que desnuda a otro. Si la obra "Villena, Ciudad Estatuto", ganadora de la VII edición del Premio de Ensayo e Investigación Faustino Alonso Gotor, es la interesante obra que Faustino Alonso Gotor publicó en la revista anual "Villena" de 1993, 1994, 1995 y 1996, se incumple la primera de las bases del certamen, la que exige entre otras cosas que el trabajo sea inédito.

El que sea pertinente hacer libro de la obra dispersa de Alonso Gotor, como se ha hecho con inteligencia y acierto de algunas producciones de Alfredo Rojas Navarro, esto por citar un ejemplo amigo, es estimable. Dotar de dignidad de libro a aquello que bien lo merece es loable. Las publicaciones periódicas, si bien permiten la difusión de trabajos que difícilmente verían la luz al no existir otro medio para su difusión, su carácter volandero les imprime una caducidad que bien salvan los coleccionistas pero que en muchos casos despista la obra al dispersarla en el tiempo. Por tanto, insistimos, no es mala idea la compilación en libro de la obra desperdigada. Y de D. Faustino queda más. El profesor José Puche Acién publicó un artículo-entrevista en la revista "Villena" de 2001 que es homenaje al doctor y donde se hace exhaustivo inventario de los escritos que Alonso Gotor había publicado. En este trabajo se puede apreciar la variedad de temas que ocuparon al médico y erudito.

Cuando la Comparsa de Estudiantes convocó la I edición del Premio de Ensayo e Investigación Faustino Alonso Gotor escribimos para "Información" una columna que gentilmente reprodujeron ese año en "El Catón", revista interna de los Estudiantes, donde calificábamos la convocatoria del premio como "hermosa iniciativa" y "feliz idea". En este mismo artículo traíamos la desesperanza de D. Faustino –ya remachada por la muerte– por ver encuadernados en libro los temas que le ocupaban. Por ello, bendita sea si se reedita su obra en conjunto. Pero no se haga dañando la limpieza que debe tener un concurso público. Si el jurado ignoraba que la obra que ha premiado estaba ya publicada, el caso es doloroso –y metedura de pata hasta la gola– porque poco honra al jurado el desconocer aquello que sobre Villena existe escrito en un premio que precisamente ha de valorar investigaciones que versen sobre la ciudad. Si sabiéndolo ha premiado, el caso es dolo al incumplir las bases procurando un desprestigio al certamen que repercute negativamente sobre el homenajeado por llevar su nombre. Compile pues la comparsa todo el legado escrito de Faustino y haga libro hermoso –o libros– de su interesante y variada obra, pero no estropee un premio que aun con dificultades ha venido trayéndonos publicaciones sobre cosas interesantes de la ciudad. Incumplir las bases es trampa. Y barreno contra la credibilidad del concurso y de quienes lo promocionan.

De mi trato con Faustino, al que siempre veré en el Parterre recreciendo con la hiedra, valoraré su amor por una ciudad en la que no había nacido pero que estimaba como cuna. Y su pelea por hacerla más culta. Desde las responsabilidades que tuvo siempre le preocuparon las publicaciones y la dignidad de dotar a los escritos un marco correspondiente con su riqueza intelectual. No jodamos ahora ni su premio ni su nombre.

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