Viéndolas pasar

Inaceptable

Ya no sólo por la barbaridad que supone que el martes de esta semana fueran asesinadas cuatro mujeres en España. ¡Cuatro mujeres!, que se dice pronto, y que leído o escuchado en los medios de comunicación, parece que es una cifra más, pero a poco que lo pensemos un poco, estamos hablando de cuatro personas, como Ud., como yo.
Si esta cifra, en un sólo día, ya es por sí misma espeluznante. Lo que me ha dejado perplejo e indignado es que, según los datos ofrecidos por el informativo de Canal 9, sólo un 3% de la población española considera grave el problema de la violencia de género en nuestro país. ¡Vamos y vamos!

No sólo es de extrema gravedad sino que debería ser una prioridad absoluta de cualquier gobierno que se precie acabar con esta lacra que nos sacude día sí, día no, con nuevos casos. No se trata sólo de aplicar unas medidas correctivas durísimas, que también, y además, comparto esas opiniones que dicen que debería aplicarse la Ley Antiterrorista a estos elementos, como digo, no se trata sólo de esto sino de desarrollar políticas preventivas.

Cuando una persona, generalmente hombre, está decidido a acabar con la vida de su esposa, pareja, o amiga, sea actual o ex –eso da igual–, en realidad, poco se puede hacer pues el correctivo no devolverá la vida a la mujer asesinada. Habrá que evitar que reincida, ¿rehabilitándolo? Bueno, sí, siempre que la víctima también se pueda rehabilitar porque si no, no sería justo que una chica de veintitantos años yazca en un nicho y su asesino pasee por la calle y disfrute de la vida.

Por lo tanto, lo que hay que hacer es trabajar mucho para identificar de qué forma podemos prevenir que cualquier persona se convierta en un maltratador o lo que es lo mismo, un asesino en potencia. Y esto se debe ir sembrando desde que los niños son bebés, educando en el respeto y que entiendan que nadie es propiedad de nadie, porque, estoy seguro, la raíz de todo esto está en el concepto de propiedad del hombre sobre la mujer. Pero que no se alegren las feministas, que si pretenden resolver el problema radicalizando hacia el otro lado, el resultado será, como mínimo, estéril (como aquello de la Guía del Uso No Sexista de la Lengua), y siendo pesimista, pienso que llegarían, algunas personas, a sentirse legitimadas al ver que “las otras” son el enemigo.

Les aseguro que seguí el debate del lunes desde el inicio, escuché atentamente a los tres candidatos... ¿no eran tres? ¡Vaya, pues el moderador habló más que ambos protagonistas! El caso es que a ninguno le oí hablar con rigor del tema de la violencia de género. El debate se centró en el pasado para ^ZP^ y en el terrorismo para Rajoy... Asuntos más que trillados ya, porque no me digan que volver a hablar del 11M y de las supuestas mentiras de los de entonces, no es recurrir a un argumento que demuestra falta de otros mejores. Lo mismo en el caso del terrorismo de ETA, ¿hay que volver a decir que, presuntamente, nos han mentido con el proceso de paz, etc.?

Queremos escuchar futuro, queremos saber que estamos en buenas manos, que se va a trabajar con seriedad en asuntos de extrema importancia como el que abre esta columna. No queremos limosnas, como suele decirse en estos casos, no me den el pescado, enséñenme a pescar, es decir, haga Ud. como Presidente del Gobierno lo que sea menester para que los ciclos económicos no nos afecten como lo están haciendo.

Permítanos tener unos sueldos acordes al coste de la vida y no me hablen, como sucedió cuando el euro entró en vigor, que el IPC de ese mes era del 2%, porque eso no se lo cree ni aquel que dice tomar cafés a 0.8 euros.

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