Las fotos
- ¡Joer, Miguel Ángel! ¡Menuda cámara te has agenciao, pájaro!
- Es que voy a presentarme al concurso de fotografía del Vem.
- Sí, ¿eh? ¡Se da que a un tío le pica la espalda y monta un certamen de fotografía, chico!
- Así se recogen multitud de imágenes del evento… Además de lo jugoso del premio.
- Claro, el premio…
- Sí. ¡Este año es de 400 Eypos!
- ¿400 pavos?
- 400 el primero, 200 el segundo y 100 para el tercero.
- ¡Hay que ver qué cosas!
- No sé, no hay que ver mucho. Hay que fotografiar mucho, eso sí.
- Creo que sí que hay que ver, Miguel Ángel. El Vem es un evento muy chulo. Es la fiesta de la música y de los músicos. Quizá lo suyo sería que la gente hiciese fotos y las mandase sin competir por un premio o que el premio se destinase a la asociación receptora de lo recaudado durante el fin de semana. El Vem se hizo para dar empuje a los músicos.
- Y se les da. ¡Mira lo contenticos que van todos! Por otro lado, no sería normal que se organizase un certamen fotográfico sin premio.
- Lo que no me parece normal es que la gente vaya de un lado a otro haciendo fotos y ni siquiera se pare a escuchar la música. En algunos escenarios, los músicos tocan sin público apenas.
- ¡Pues que no toquen!
- Pues ese es el nivel, Miguel Ángel… Ese es el nivel.
El récord
- Muy buenas.
- Muy buenos días. ¿En qué puedo ayudarle?
- Soy el perito que envían los de los Guinness World Records y vengo a comprobar lo del récord de este fin de semana.
- … No tenía noticias de…
- Verá…
- Avelino.
- Verá, Avelino: alguien en su ciudad los inscribió en la sección «Más gente haciendo música en un evento» y, a los de Guinness les pareció una idea lo suficientemente divertida y atractiva (a pesar de la frecuente elisión de las eses finales en la mayoría de palabras del formulario) para mandarme a comprobar el desarrollo del intento. ¿Podría usted indicarme con quién podría hablar?
- Pues… me pilla usted a contrapié, señor…
- Wilkinson. Pablo Manuel Wilkinson.
- Como le digo, me pilla usted a contrapié, señor Pablo Manuel Wilkinson.
- ¡Oh! ¿No tienen ustedes una concejalía de… no sé… extravagancias, de misceláneas y anécdotas o algo así.
- De momento no, lo siento.
- ¡Hum! ¡Esto supone un contratiempo! ¡Esto es una cosa muy importante! ¡Su ciudad puede hacer historia! ¿Puedo ponerme en contacto con el alcalde o con el responsable del evento?
- Veré lo que puedo hacer.
Los músicos (y sus amigos)
- ¡No sabía que ibas a participar en el Vem de este año, Andrés!
- Sí.
- ¿Y eso?
- Gabriela y yo hemos hecho un grupo de versiones de Yoko Ono. Nos llamamos Aullido Sideral.
- ¡Guaaaaaauuuu!
- Bueno, más que guau, auuuuu…
- …
- …
- ¿Y cómo es esto del Aullido…?
- Sideral. Aullido Sideral.
- …
- …
- Es… un poco experimental.
- …
- …
- Gabriela aúlla mientras yo toco los bongos.
- …
- …
- ¿Gabriela canta?
- No canta: aúlla.
- ¡Ah! Claro…
- …
- …
- ¿Y tú tocas los bongos, no?
- Sí, yo toco los bongos.
- ¡Vaya por Dios!
- …
- …
- ¿Y cómo has liado a Gabriela para…?
- La idea ha sido suya. Está muy motivada con el proyecto.
- ¡Oh!
- …
- …
- ¡Sois un par de cabrones!
- Ya…
- …
- …
- El nombre mola.
- Sí.
Los conciertos (y sus exquisitos guitarristas)
- ¿Me subes mi guitarra en el monitor o qué?
- ¡Tío! ¿No te dije que esas cosas se las dijeses al auxiliar de escenario?
- ¿Y qué más da?
- ¡Pues da que esta gente está currando! Un poco de cortesía… respeto… ¡No sé, chico!
- ¿Pero van a cobrar, no?
- Imagino que sí. ¡Estaría feo!
- Pero yo no.
- Pero esto es benéfico, tronco.
- Pero es la fiesta de la música y pilla to Dios menos los músicos.
- Pero la organización te ofrece la posibilidad de tocar con un buen equipo y en las mejores localizaciones de la ciudad.
- Pero sin músicos no hay música.
- Pero podrían contratar bandas en vez de darnos cuadra a nosotros.
- ¡Eh! ¿Queréis dejar de discutir u os vais a pasar los veinticinco minutos que tenemos parloteando?
- Y ya, si discutís apartados de los micros…
- ¡Tú te callas y me subes la guitarra en mi monitor!
- A ver, ¿por dónde íbamos? ¡Ah, sí! ¡One, two, three, four!
Los beneficios (y los maleficios)
- ¡No veas cómo tienes el bar hoy, Efraín!
- Andamos bien de trabajito hoy, grasias a Dios, señor Manocuero. Este evento del Vem debería suseder todos los fines de semana.
- ¿Todos los fines de semana?
- ¡Claro, señor Manocuero! La gente va de un lado hasia otro consumiendo sin parar. Ya es la tersera ves que tenemos que rellenar los friser.
- ¡Pues a mí me parece un coñazo! Por donde pases te encuentras gente tocando la flauta, el piano o esas guitarricas que se aguantan con el cuello.
- ¿Violines?
- ¡Eso, violines! ¡Menudo instrumento! ¿Sabías que se usan para tocar música clásica? ¡Menudo tostón!
- ¡Ay, señor Manocuero! ¡Existen muchas piesas de música clásica realmente bellísimas!
- … Efraín.
- Diga, señor Manocuero.
- Efraín, ¿qué cojones me estás contando?
- Yo…
- La música clásica es como una mierda, pero sin el como, Efraín. ¡Donde esté un buen pasodoble que se quiten las mariconás!
- Pues… no sabría desirle, señor Manocuero. No estoy muy familiarisado con los pasodobles.
- ¡No me extraña! Seguramente conociste los zapatos cuando bajaste de la bodega del avión ilegal.
- ¡Qué chistoso es usted!
- ¿Chistoso? ¿Tengo cara de chistoso?
- …
- ¡Anda, déjate de tonterías y ponme un sol y sombra, que tengo el cuerpo castizo!
- De inmediato, señor Manocuero.
- ¡Y ponme también un cubalibre, así no haces dos viajes!
El remate
Ay Dalai, Dalai Dalai Dalai lama Ay Dalai lama Lai Dalalali Oh Uo oh oh.
Ay Dalai, Dalai Dalai Dalai lama Ay Dalai lama Lai Dalalali Oh Uo oh oh.
Hoy, en lugar de con un vídeo, cerramos un enlace para disfrutar de música villenera con Josele Calabuig en Radio3.