Abandonad toda esperanza

La ciudad de las sombras

Abandonad toda esperanza, salmo 323º
Esa es Alicante; qué Ciudad de la Luz y qué ocho cuartos. Una de las principales razones que me llevaron a dejar Villena y fijar mi residencia en la capital, además de que aquí tenía mi trabajo y a un buen puñado de amigos, fue que esta tenía una oferta cultural mucho más variada: sobre todo en cuanto a cines, porque en el pueblo fue cerrar el Cervantes y los cinéfilos nos quedamos a dos velas, tan solo con la programación regular del Cineclub en la Kakv. Pero uno se viene aquí, y no sé si es que seré gafe, pero fue llegar y los cines empezaron a cerrar uno tras otro; y aunque no andamos mal de (multi)salas, lo que son cines cada vez hay menos y con una programación muy parecida en todos ellos.

A mí de lo que me gustaría hablarles hoy es de Sueño y silencio, lo último de Jaime Rosales, al que el Goya por la soberbia La soledad debería haberle abierto las puertas de una distribución normalizada. Pero no: apenas se han tirado siete copias (!), y por supuesto ninguna la hemos olido aquí. También me gustaría hablarles de Los niños salvajes, pero una semana después de su estreno se proyecta en un solo cine y con un único pase diario, lo que dificulta mucho la asistencia del público interesado. Y en cuanto a Las chicas de la 6.ª planta, y como denunció el equipo del programa televisivo Días de cine, me niego a sufrir su versión doblada, en donde cualquier ocurrencia acerca de los problemas de comunicación entre los señores franceses y su servicio español (Natalia Verbeke, Carmen Maura, Lola Dueñas y alguna más) pierde todo su sentido.

Así que hablemos de las sombras de la cartelera, y que no son solo las tenebrosas de Tim Burton, aunque allí el título español era la traducción fidedigna del Dark Shadows original. Debe de haber algunos tituladores a sueldo en las distribuidoras que confían ciegamente en el poder comercial de la palabra en cuestión, porque alguno de estos poetas de incógnito ha decidido retitular Shelter como La sombra de los otros. La película es un thriller inofensivo y tan soso como su título hispano, una mezcla de Seven, Fallen y varias docenas de títulos más que no la salva ni la profesionalidad de Julianne Moore ni el trabajo de la pareja de directores suecos, cuyo nombre no pienso mirar en la IMDb para escribírselo aquí dado que su labor no merece mi esfuerzo.

Sigamos con estos rapsodas de lo sombrío: al igual que la anterior, The Double también llega tarde a nuestro país, también la retitulan para venderla como algo distinto al film que pulula por la red desde hace meses (a esta le ha tocado en suerte La sombra de la traición), y también es una nadería que por lo menos entretiene más que la anterior... aunque sea mediante tal cúmulo de trampas y supuestos efectos sorpresa que una vez termina el espectador no tiene claro quién es el malo, si Richard Gere, Topher Grace o unos rusos que aparecen durante un rato. Pero si piensan un poco, se darán cuenta enseguida de que el verdadero malo es el director y guionista.

La sombra de los otros y La sombra de la traición se proyectan en cines de toda España.

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