Economía

La crónica que alberga el juego de blackjack

Atrás quedaron los lujosos salones en los que la aristocracia jugaba y apostaba libremente, mientras los pobres los hacían en la oscura clandestinidad de algunas tabernas

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Las sociedades cambian, se generan nuevos comportamientos, formas de relacionarse y maneras de divertirse. Atrás quedaron los lujosos salones en los que la aristocracia jugaba y apostaba libremente, mientras los pobres los hacían en la oscurana de la clandestinidad de algunas tabernas. Más cerca en el tiempo, pero lejano en las formas, están aquellos tiempos en los que las apuestas se realizaban entre tramoyas y peleas. Cuando, en una mano, algunos se jugaban la vida.

Siglos de tradición

Al conocer la historia y orígenes de muchos de los juegos de casino, nos embarga una sensación de respeto y admiración, como si del yacimiento arqueológico del Cabezo Redondo se tratara, aunque no se tengan tan tangibles evidencias de  su genealogía. Lo cierto es que, detrás de sus orígenes y modos, los juegos de azar nos remiten a las formas del comportamiento social y la cultura de otras épocas.

La costumbre de los juegos de azar en los países europeos data de varios siglos atrás. Entre ellos se encuentra España, con una tradición tal, que las prohibiciones y las dictaduras no pudieron extinguir. Conocer el lugar exacto, el momento preciso, en el que nacieron determinados juegos es sumamente difícil, ya que se encontraban diseminados por toda Europa.

En las cortes y reinos del siglo XVII era el acontecimiento social de moda la práctica y participación en apuestas de juegos de azar, pero también en las calles se jugaba y debido a la prohibición de jugar para los plebeyos, cada vez que aparecía una ordenanza prohibiendo un juego, se creaba uno nuevo con pequeñas modificaciones. Así que, las alteraciones y variaciones que se suscitaron se deben a la creatividad y astucia de los jugadores pobres, evadiendo prohibiciones.

Orígenes controvertidos

Hay juegos que parecen tradicionales españoles, pero tienen otros orígenes. Ejemplo de ello son la brisca o el tute, el primero es holandés y el otro nació en Italia. Hay quienes argumentan que el blackjack es de origen francés y se derivó de un juego llamado “vingt et un”, mientras que otros historiadores aseveran que su origen es español.

Respecto a la aseveración del origen español del blackjack, hay una razón de mucho peso, la primera reseña de este juego proviene del puño y letra del genio literario de Miguel de Cervantes. En la tercera de sus Novelas Ejemplares: “Rinconete y Cortadillo” hace constantemente alusión a un juego llamado la “veintiuna”.

Esta novela de la picaresca cervantina deja muy claro que, a principios del 1600, ya se jugaba en las calles de Sevilla un juego de cartas que a todas luces es antecesor del blackjack. Este testimonio, en una joya literaria, tiene un valor extraordinario.

Modos y costumbres

Por supuesto, varios factores contribuyen a la confusión respecto a los orígenes de los juegos de azar. Las sociedades francesas y españolas tenían muchas similitudes. En medio de las disputas y abundantes batallas y a pesar de las diferencias en los modelos de monarquías, también se producía un dilatado intercambio cultural. La hibridación de modos y costumbres eran habituales.

Años de interacción bélica produjo niveles de asimilación de ambas culturas. Incluso, la necesidad de lograr periodos de paz más extensos propició los matrimonios entre los herederos de ambos reinos. Su fin político no se cumplía, pero este “intercambio” conllevaba la propagación y la interacción de las costumbres, modas y cultura entre ambos reinos.



Estas condiciones puede ser la causa de la suerte que corrió el juego del veintiuno. Aunque fue muy popular en España, luego se destacó en preferencia en Francia, donde pasó a ser considerado uno de los juegos típicos de la corte francesa.

Un juego viajero

Este famoso juego ha recorrido mundo y traspasado tanto épocas como fronteras. Hoy está considerado uno de los juegos predilectos de casino. La fascinación por parte de los franceses los condujo a propagarlo en sus colonias en Estados Unidos, luego, el éxodo hacia el lejano oeste por la fiebre del oro, lo espació por Estados Unidos.

En el lejano oeste, una mano altamente premiada consistente en dos cartas: el As y el Jack negras, rebautizó la “veintiuna” de las calles de Sevilla. En la era digital el Blackjack continua su historia, ahora vía online.

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