Opinión

La sexualidad en Villena (y IV)

Antes de poner punto y final a este interesante ciclo dedicado a la sexualidad en Villena, quisiera contar a todos mis lectores lo difícil y complicado que resulta ponerse a hablar de sexo precisamente ahora, con estos fríos y estos hielos que caen, en esta temporada de rebajas, cuando todo se queda al cincuenta por cien, cuando los nabos se convierten en nabicos del pinar, cuando las pencas se transforman en penquicas de la laguna, cuando no hay forma humana de engañar al caracol para que saque la molla…
Quisiera decir también que la principal época de apareamiento en Villena se da durante los primeros días del mes de septiembre, coincidiendo con las fiestas patronales. Durante esta época, el macho se viste opcionalmente de moro o de cristiano y corteja a la hembra durante la verbena, llevando por lo general un vaso de tubo en la mano. Durante este periodo, el macho, sumergido en su disfraz, se desinhibe, muestra su lado más simpático y amable, y baila y habla sin complejos al ritmo de la pachanga, para acabar días más tarde sumergido en un letargo de casi un año en el que lo único que hace es quejarse y trabajar.

Hemos llegado, pues, al final de este ciclo, y lo queremos hacer hablando de un impresionante hallazgo. Se trata del descubrimiento del que se cree puede ser el primer Kama-sutra villenero. Un libro apócrifo; un ejemplar único de un valor incalculable; una verdadera joya de la literatura erótica villenense, de la que hasta ahora no se tenía constancia alguna. El libro fue descubierto gracias al azar por un grupo de operarios que se encontraba realizando labores de restauración en la también recientemente descubierta fuente de El Bordoño. En un primer momento, nadie fue consciente del valor de la obra, pues sus descubridores pensaron que se trataba únicamente de una revista picante pasada de fecha. Durante las labores de excavación, y junto al libro, también se encontraron dentro de la fuente dos cuerpos momificados vestidos de masero. Los cuerpos presentaban heridas de horca, y se hallaban, según los arqueólogos, en actitud beligerante, ya que al parecer se habían estado disputando durante toda la tarde del día cinco la posesión de una garrafa de agua limón comprada en el Mindanao.

En cuanto a su contenido, podemos decir que este insólito Kama-sutra nos muestra de forma gráfica y sencilla todas y cada una de las prácticas sexuales y artes amatorias llevadas a cabo por nuestros antepasados. Gracias a él podremos aprender y ejercitar una gran variedad de juegos eróticos y posturas, la mayoría de ellas autóctonas, que nos rescaten de la monotonía del sábado-sabadete. El libro incluye las reglas de algunos juegos tan populares como el Teto, la Piragua (que es lo mismo pero bajo el agua) y el Palico Tieso. Así mismo, se describen algunas prácticas sexuales como “la Torrija”, una práctica ancestral que consiste en rebozar el cuerpo de la persona amada con leche y huevo y después arrojarla a una sartén con aceite hirviendo hasta que ésta diga “chacho para, que me estoy torrando”. Otra de las prácticas o posturas descritas es la de “El Pascuero”, que consiste en perseguir a la persona amada a través del campo con una longaniza en la mano, y una vez alcanzada golpearle la frente con uno o dos huevos a la vez, hasta que ésta diga “chacho para, que te vas a quedar estéril”.

Llega pues el momento de despedir este ciclo, pero no queremos hacerlo sin antes dedicarle un cariñoso homenaje al escaparate de Pujalte; uno de los escaparates preferidos por parte de todos los villeneros; uno de los más visitados y observados según las encuestas, y tal vez el único capaz de albergar en su interior, en perfecta armonía y consonancia, un DVD de la Abeja Maya, el Calendario Zaragozano, una novela de Corín Tellado y las últimas novedades del cine porno.

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