Saber es acordarse

La Sonrisa del Zorro

Próximamente vamos a tener en cartelera una nueva película basada en ese personaje de las novelas de Johnston McCulley e Isabel Allende, en este caso el actor principal es nuestro Presidente de Gobierno, dirigido por el insigne director Pepiño Blanco, basada en su mayor parte en hechos reales acaecidos a lo largo de los últimos cuatro años. El rodaje ha comenzado hace unos días y su estreno se espera para mediados del mes de marzo.
Desde el primer momento no han querido que el guión de esta película se pareciera a las que hemos visto en cartelera (que son muchas), aunque sí mantiene las características propias del Zorro en cuanto a acrobacias, esgrima, trucos de gitanos y disfraces que utiliza.

Comienza la misma tras una masacre de las hordas terroristas, siendo nombrado Presidente de la Nación, y se acompaña en esta nueva andadura por De la Vega como vicepresidenta, una chamán (los que tienen la capacidad de controlar el tiempo, profetizar e interpretar los sueños), y de su amigo Bernardo (Pepiño Blanco), que es guiado por un espíritu caballo; él parece ser mudo a todo el mundo, pero es quién dirige los pasos de su amigo el Zorro.

Junto a su fiel Bernardo ha conseguido en los últimos cuatro años eliminar a sus oponentes dentro del partido, unos defenestrados como Simancas, Sebastián y Puras, otros relegados como D. José Bono, que renunció a su cargo ante la política autonómica del Zorro y Bernardo, otros expulsados como Rosa Díez, y el último en caer Joan Ignasi Pla, este por propia iniciativa, aunque le han ayudado en esta caída sus fieles amigos valencianos.

Quería acabar con esa lacra del terrorismo de ETA con esa sonrisa tan peculiar, sin antifaz, y no se dio cuenta que trataba con piratas-terroristas. Aquí sus trucos de gitano no le valieron y le ganaron la partida, de nada le sirvieron las enseñanzas de sus predecesores: él es el Zorro y pensaba que todos se rendirían al menor movimiento de su espada, pero los piratas-terroristas le tomaron por Pimpinela Escarlata.

Con los catalanes fue distinto, ni tuvieron que luchar. Esta comunidad es distinta, el antifaz lo llevan ellos y lo tienen acorralado, le exigen diezmos que tiene que pagar año tras año en detrimento de los más necesitados, para colmo las infraestructuras no dejan de pasarle factura, pero el Zorro con su astucia lo tiene todo controlado. ¿A quién defenestrará ahora, a Morlán o a Magdalena, o quizás apelará a Joan Laporta (es que el Zorro es del Barça).

Para el Zorro, los ataques a la bandera y al Rey de España no tienen importancia, son cuatro jóvenes desalmados. Para el Zorro la economía va mejor que nunca, cuando una parte importante de ciudadanos no puede hacer frente a sus hipotecas ni llegar a final de mes. No hay crisis para el Zorro, de ahí su alegría de espíritu, su sonrisa, de ahí su obsesión en esta legislatura por aprobar la Ley de Memoria Histórica. Con ello querrán aparcar la Memoria Reciente, y cómo no, su reparto de aguinaldos, el último el salario mínimo.

Esta cinta acaba con una secuencia de dos minutos donde el Zorro quiere llegar a todos los rincones con una sonrisa dónde no hay símbolos, no hay puño, no hay rosa, y como dice en un artículo J. Antonio Zarzalejos, este Zorro es un hijo vulgar de su tiempo y no lo es, por tanto, de las elites políticas que conducen hoy las ideas fuertes y creativas. Es en definitiva una sonrisa con un fondo de nada.

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