Abandonad toda esperanza

Los cómics de esta Navidad

Abandonad toda esperanza, salmo 879º

Si de cara a regalar en estas fiestas navideñas que están a la vuelta de la esquina, la semana pasada les sugería cuatro libros que venían a ser cinco, hoy vuelve a suceder exactamente lo mismo con cuatro cómics que en realidad son uno más. Y es que el que es, en mi humilde opinión, el mejor título de todo lo publicado a lo largo del año, incluso sin diferenciar novedades de reediciones, es el Palomar de Beto Hernandez del que ya les recomendé el primer volumen con motivo de la visita de su autor al Salón del Cómic de Barcelona. Ahora, con el año a punto de terminar, ya podemos disfrutar de la obra completa en dos entregas: la mitad de la mítica cabecera Love & Rockets compartida con el hermanísimo Jaime (y, de forma muy esporádica, Mario) y que ya ha pasado a la historia como un título fundamental de la historieta indie y underground. Palomar es una suerte de relato coral e intergeneracional ambientado en el pueblecito homónimo (y ficticio) de América Latina en el que algunos han querido ver un remedo del Macondo de Gabriel García Márquez pero que hace gala de una entidad propia indiscutible; y que funciona como retrato femenino (los Hernandez Bros siempre han tenido una querencia especial por las mujeres como personajes protagonistas), historia de aprendizaje, culebrón sentimental y muchas cosas más. Insisto, y en este caso en particular nunca me cansaré de insistir: Palomar es el mejor cómic del 2024, aunque se empezase a publicar en los años ochenta. Y ya les adelanto que Locas de Jaime Hernandez -que La Cúpula comenzará a reeditar en breve- será, con toda probabilidad, el mejor cómic del 2025.

Con "Sky Masters", Jack Kirby se propuso reflejar la conquista del espacio desde un punto de vista más verosímil que el habitual de la ciencia ficción

Y ya que hablamos de reediciones, no se pierdan la versión mejorada y probablemente definitiva que la editorial Aleta nos ofrece de Sky Masters of the Space Force, un clásico de la historieta estadounidense que lleva la firma de nada menos que el gran Jack Kirby, aquí con la colaboración de Dave Wood en los guiones y el acabado del mismísimo Wally Wood en los dibujos. Esta obra vio la luz en formato de tira diaria en prensa entre 1958 y 1961 -las planchas dominicales, de lectura independiente, ya fueron recopiladas por la misma editorial en una versión nominada a los prestigiosos premios Eisner-; y pese a que ya ha llovido desde entonces hoy se puede disfrutar tanto o más que en aquel tiempo. Se trata de una epopeya galáctica que surge como fruto del empeño personal de Jack ‘King’ Kirby para, apenas tres años antes de inaugurar el Universo Marvel mano a mano con Stan Lee, reflejar el tema de la exploración espacial con una cierta verosimilitud, basándose en una documentación ingente y siempre bajo un prisma alejado de la fantasía camp propia de clásicos de la ciencia ficción como Buck Rogers o Flash Gordon. Para ello se inventó al personaje del piloto Sky Masters, que se convertirá en uno de los primeros hombres en viajar al espacio en el marco de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética cuando en el mundo real todavía faltaba más de una década para que Neil Armstrong pisara la superficie lunar. Estamos pues ante una obra imprescindible que ahora ve la luz en un volumen de trescientas veinte páginas en formato apaisado (el más adecuado para publicar tiras de prensa, como es lógico) y en glorioso blanco y negro, y que en ningún caso merece pasar desapercibido.

La obra más célebre del equipo Thomas & Buscema es "Conan", pero su "Tarzan" no desmerece ni lo más mínimo

Y ya que hablamos de clásicos en blanco y negro, y al hilo de esa Marvel que el propio Jack Kirby prácticamente inventó, mi tercera recomendación de hoy está en la misma línea, si bien no se trata de una reedición sino de una novedad que nos llega con algo de retraso: nada menos que la primera publicación íntegra del Tarzan de Roy Thomas y John Buscema. Los aficionados al cómic saben sobradamente que ambos forman uno de los mejores equipos creativos del noveno arte de todos los tiempos, ya sea por las veces que coincidieron a la hora de parir algunas de las mejores aventuras de los superhéroes de Marvel en toda su historia como por su fructífera etapa -sin duda la más lograda de todo el devenir del personaje- a cargo de las peripecias del mítico personaje de Robert E. Howard en la colección Conan el Bárbaro y en el magazine La espada salvaje de Conan, en color y blanco y negro respectivamente, allá por los años setenta. Pues fue también a finales de aquella década que tras pasar por diversas editoriales, siendo la inmediatamente anterior la distinguida competencia de DC, que los derechos de la inmortal creación de Edgar Rice Burroughs fueron a parar a manos de la llamada Casa de las Ideas. Y a lo largo de un par de años Thomas y Buscema rescataron para una nueva generación de lectores el sense of wonder y el espíritu pulp que caracterizaba a las narraciones originales de Burroughs... y de paso, de las películas y los seriales protagonizados por diversas encarnaciones en carne y hueso de lord Greystoke, con el nadador olímpico Johnny Weismüller a la cabeza. El resultado de la operación fue un tebeo trepidante del que cabe destacar, obvia decirlo, el arte de un John Buscema en pleno uso de sus facultades. A este respecto, la edición que nos ocupa, ojo, es en blanco y negro porque en Estados Unidos nunca se ha reeditado en color hasta la fecha; pero lo que podría ser un hándicap se convierte, al menos para los fanáticos de Buscema (entre los que me cuento), en un plus que permite disfrutar del arte del dibujante en todo su esplendor. Más aún teniendo en cuenta las excelencias de la edición de Dolmen -una impresión espléndida en un papel de alto gramaje- dentro de su colección de clásicos Sin Fronteras que dirige con exquisito gusto el escritor y divulgador Rafael Marín. No debería ser necesario señalar que estamos ante una auténtica joya del medio indispensable en la biblioteca de cualquier aficionado que se precie de serlo.

Frank Cappa es un personaje en principio deudor del Corto Maltés de Hugo Pratt, pero que pronto adquirió una entidad propia

Y en una ocasión tan especial como esta no podía faltar una recomendación nacional, esta vez también un clásico con todas las de la ley: el Frank Cappa de Manfred Sommer es un título que ya recuperó la desaparecida editorial Glénat hace unos años pero que lógicamente se encontraba descatalogado, y del que -si me permiten la autocita- dije en su día: “Atormentado por lo que sus semejantes se hacían los unos a los otros en Nicaragua o Vietnam, Sommer se vio en la obligación moral de parir a este reportero pacífico y humanista, pero que no se amilanaba ante ninguna amenaza, en el que volcó toda su rabia contenida hasta entonces. Para ello lo embarcó en viajes de trabajo a las guerras de medio mundo, del continente negro a Afganistán, con su cámara bajo el brazo, hablando por su boca y denunciando así la barbarie y la sinrazón de los conflictos bélicos; todo ello con un estilo deudor tanto de su reconocido maestro Jesús Blasco como del gran Alex Raymond y el Hugo Pratt de Corto Maltés y, claro, Ernie Pike... este otro corresponsal al que no hay que perder de vista”. Ahora, la editorial Cartem ha vuelto a poner en circulación esta obra pero en las condiciones más óptimas posibles: frente al pequeño tamaño jibarizado -los entendidos sabrán enseguida a qué formato me refiero- de la edición previa, se ha optado por unas dimensiones descomunales que permiten disfrutar de su arte como se merece, además de acompañar a la historieta de material extra harto interesante. En resumidas cuentas: estamos ante una obra en la que Manfred Sommer -ilustrador admirado por todos sus colegas de generación, como manifiesta Carlos Giménez en su prólogo escrito para la ocasión- refleja lo mejor y lo peor del ser humano, construyendo una narración de corte humanista especialmente influenciada por el citado Hugo Pratt y su Corto Maltés, y que a su vez ha inspirado a autores y obras posteriores (pienso, por ejemplo, en Javier de Isusi y su Juan Sin Tierra). En definitiva: una obra verdaderamente imprescindible, al igual que el resto de títulos que les recomiendo hoy; regalándole cualquiera de ellos a un buen aficionado acertarán seguro.

Palomar (2 vols.), Sky Masters of the Space Force, Tarzan. Señor de la jungla y Frank Cappa están editados por La Cúpula, Aleta, Dolmen y Cartem respectivamente.

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