Viéndolas pasar

Lunes Negro

Últimamente estamos asistiendo a muchos días “negros” con esto de la bolsa. La incompetencia de muchos gestores que se llaman a sí mismos expertos economistas, ejecutivos de empresas y bancos, y los no menos inmorales especuladores, la mayor parte de ellos auténticos analfabetos que sólo saben trapichear con los cuatro duros que tienen “apostando” a este o a aquel valor bursátil, los informativos no hablan de otra cosa…
Si no fuese por lo grave que es para todos, usaría el tópico que emplean los que detestan el fútbol para decir: “¿Es que no hay nada más interesante en la tele?”, porque todo este lío que han montado entre unos cuantos –esos que quieren socializar las pérdidas pero nunca comparten los beneficios– a los que no tenemos ni un duro, a los que no vamos de nuevos ricos con eso de la compra-venta de acciones, nos importa un bledo lo que les pase a ellos, a sus acciones y a sus puñeteros mercados financieros.

Lo malo es que, como decía en el anterior párrafo, esa gente que se jactaba de haber ganado un buen puñado de euros, esa gente que ha gestionado mal empresas y entidades financieras importantes para el equilibrio del sistema, lo que han hecho, sobre todo los peces gordos, es guardarse su dinerito a buen recaudo y pedir a los demás “desgraciaos” que pongamos, de nuestros impuestos, el dinero que ellos no han sido capaces de administrar.

A ellos, a los responsables de esta catástrofe, se les debería aplicar alguna Ley, si es que existe, que les haga vivir durante algunas decenas de años siete días negros a la semana. Debería investigarse si, por culpa de su incompetencia, de su mala gestión y, en algunos casos, por hacerlo de forma intencionada, algún ciudadano del mundo, afectado por esa crisis que le ha llevado a la ruina, ha puesto fin a su vida y responsabilizarlos de ello también.

A los especuladores prohibirles el acceso al sistema porque, demostrado está, no aportan nada a la Sociedad, son lo más parecido a parásitos que chupan cuanto pueden de donde pueden. No generan riqueza, ni bienes, tampoco empleo.

Ahora que en nuestra ciudad tanto se repite y valora, dicen, aquello de “fue levantada a mano por el pueblo”, reivindico para nuestra sociedad y para nuestra economía ese mismo espíritu de esfuerzo y satisfacción del deber cumplido. No la cultura del pelotazo, no la cultura amoral de que el más listillo más gana. Más gana quien más y mejor trabaja, más gana quien mejor gestiona su empresa. Más pierde quien se apoya en los límites de la legalidad para su provecho personal y perjuicio del resto.

A los ciudadanos nos pueden pedir cuantos esfuerzos sean necesarios para, como vulgarmente se diría, levantar el país cuando se han dado circunstancias de fuerza mayor. Los ciudadanos lo harán, ya lo hicieron, con entusiasmo, porque el fruto de todo ello, el fruto de todo aquello que tenemos, lo heredamos de una Sociedad que se repuso de una guerra. Ese espíritu es el que hay que primar y mantener, no el de aquel que sin más esfuerzo que el manejo de la legalidad y obviando la moral, incluso recurriendo a la pillería, se encuentra de la noche a la mañana, como diríamos en términos coloquiales, un “saco perras” que no se ha ganado con su esfuerzo.

Puede que no exista una Ley aplicable, pero si la Sociedad repudiase a quienes así actúan como repudian a los ladrones o delincuentes, bien podría suceder en el futuro que no tengamos más lunes negros.

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