Once de marzo: 100 años de Seguridad Social
El 11 de marzo de 1919 se constituyó en España el seguro de vejez o retiro obrero
Este es el escrito de homenaje a las trabajadoras y trabajadores que, con su lucha, consiguieron que en el siglo pasado se instaurara el Sistema de Seguridad Social en España y que leímos en la última concentración de la Plataforma de Pensionistas de Villena.
El 11 de marzo de 1919 se constituyó en España el seguro de vejez o retiro obrero, que significaba la obligatoriedad de afiliación y la cotización tripartita entre obreros, patronos y administración. Once años antes se había constituido el Instituto Nacional de Previsión para gestionar la Caja de Pensión Central de los mutualistas voluntarios y difundir la idea de las pensiones de retiro. Este Retiro Obrero que conmemoramos en su centenario, fue uno de los primeros pasos en pos de la Seguridad Social y estuvo ligado a un conflicto durísimo que comenzó en Barcelona, la huelga de la eléctrica La Canadiense, que terminó con la ocupación de la instalación fabril por el ejército, con el resultado de un muerto, centenares de heridos y 3.000 detenidos en el castillo de Montjuic.
El movimiento obrero fue conquistando derechos que mejoraron la vida de trabajadores y trabajadoras con el esfuerzo de mucha gente que sufrió penurias, cárcel e incluso la muerte, porque los patronos, en connivencia con los gobiernos, no permitían que se perjudicase sus privilegios y reprimieron con violencia la lucha por los derechos laborales. Derechos que hoy parecen básicos, como el de la asociación en sindicatos, o la conquista de la jornada de 8 horas también en 1919, están construidos por nuestros antecesores sobre los cimientos de la una lucha que se produjo en condiciones muy duras.
Después de 100 años tenemos que seguir en las calles para frenar a los que sólo creen en las patrias de las banderas y del dinero. Con la fuerza de la razón, de la solidaridad y de la unidad de todas las que creemos en el estado del bienestar, en los servicios públicos universales y de calidad. Tenemos que seguir en las calles para defender las conquistas de los trabajadores frente a los que quieren privatizarlo todo para hacer de la salud, de la enseñanza y de las pensiones, un negocio para las grandes corporaciones empresariales y frente a los partidos neoliberales que se han puesto a su servicio para que puedan conseguirlo.
En 1995 en el Pacto de Toledo se firmaron unos acuerdos en los que quedaban vinculadas las pensiones única y exclusivamente a las cotizaciones de los trabajadores sin tener en cuenta la posibilidad de que una crisis aguda y duradera en el tiempo pudiese producir una fuerte caída en los ingresos por ese concepto. Es ahí a donde hemos llegado en la presente crisis y ahora pretenden convencernos de que el sistema es inviable por aquel tremendo error “intencionado” para favorecer los planes de pensiones privados. Luego vinieron las reformas laborales de 2010 y 2012 con las que se redujeron los salarios y los derechos para dar otra vuelta de tuerca más en la reducción de los ingresos a la Seguridad Social congelando y bajando las pensiones.
Los que se denominan así mismos los “partidos constitucionalistas” ignoraron con su acuerdo en el Pacto de Toledo que en ninguna parte de la Constitución dice que los trabajadores tengan que pagarse las pensiones unos a otros, muy al contrario, lo que dice es que “Los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad. Asimismo, y con independencia de las obligaciones familiares, promoverán su bienestar mediante un sistema de servicios sociales que atenderán sus problemas específicos de salud, vivienda, cultura y ocio”. Es decir que ha llegado el momento de ignorar aquél acuerdo de 1995, obedecer el mandato constitucional y volver a vincular las pensiones a los presupuestos generales del Estado.
Nos repiten incansablemente que el sistema es insostenible, para que admitamos su déficit y corramos a abrir planes de pensiones privados. Personajes del mundo de la política y del periodismo más rancio nos dicen que hay que trabajar más y ganar menos, que nuestra vida laboral se ha de alargar porque vivimos más y no hay dinero para tanto pensionista mientras la banca nos debe 50.000 millones de euros de los 61.000 que les prestamos y se rescatan autopistas y “castores”.
Pero sabemos que el mantenimiento de los servicios públicos de calidad, enseñanza, pensiones, sanidad, dependencia, vivienda, no es un problema de gastos, sino una cuestión de ingresos que se tienen que conseguir subiendo los impuestos a las multinacionales y las transacciones financieras. No cejaremos en nuestro empeño por defender el sistema público de pensiones frente a las campañas de miedo e incertidumbre creadas para favorecer los contratos de planes o de seguros privados. Seguiremos denunciando la pobreza que padece este país, líder en desigualdad. Desigualdad que se refleja sobre todo en la brecha de género entre hombres y mujeres. Continuaremos en la línea marcada por el movimiento obrero que, hoy, hace 100 años, consiguió arrancar un derecho fundamental: un seguro para la vejez, la viudedad y orfandad, las enfermedades y accidentes, el desempleo y la incapacidad…
Recordamos en este importante día a quienes lucharon con tanto ahínco, tanta fuerza, tanta moral y tanta dignidad por lo que nosotros hemos podido disfrutar. Nos comprometemos, por ellos, a continuar su lucha contra viento y marea, porque estamos en el mundo para avanzar en la justicia social y nos negamos a creer en el atentado a la razón que supone aceptar que las generaciones venideras puedan tener una vida peor que la nuestra.
¡Insistiremos, persistiremos y resistiremos!