Apaga y vámonos

Por sus dichos los conoceréis

Parece mentira que, con lo sencillo que resulta hoy en día acceder a archivos y hemerotecas, los gobernantes sigan tropezando una vez tras otra con la piedra de sus declaraciones pasadas. Señores políticos, sean ustedes un poco más espabilados y piénseselo dos y hasta tres veces antes de abrir la boca, que al final, sí o sí, acabarán metiendo el remo y quedándose con el culo al aire ante sus conciudadanos.
Recientemente hemos tenido conocimiento de una sentencia del Juzgado de lo Contencioso Administrativo nº 3 de Alicante por la que se anula el Pleno extraordinario de febrero de 2012 en el que fueron aprobados los presupuestos municipales del año pasado. Y es que, según el juez, el alcalde de Villena, Francisco Javier Esquembre, vulneró los derechos fundamentales de los concejales del Partido Popular al no concederles el tiempo necesario para estudiar el tema a tratar en la sesión. Días después, el alcalde admitía el error y trataba de quitarle hierro a la cosa, señalando que su intención fue “contribuir al bien común” logrando la aprobación del presupuesto lo antes posible.

Curiosamente, hace algo más de dos años vivimos una situación similar, siendo entonces condenada Celia Lledó por vulnerar los derechos fundamentales de Fulgencio Cerdán, tras saltarse el orden del día de un Pleno para sacar adelante la expropiación de los terrenos en los que pretendía construir la Escuela Oficial de Idiomas, que no contaba con los suficientes votos favorables al encontrarnos en plena ruptura del Partido Popular. Al igual que Esquembre ahora, Lledó restó importancia a la cosa y esgrimió como excusa para actuar del modo que lo hizo el interés general de la ciudad y la necesidad de construir de una vez dicha Escuela.

Al margen de las reacciones que hubo entonces –les recomiendo vivamente entrar en nuestro archivo y recordar qué dijeron personas como Juan Carlos Pedrosa o el propio Cerdán, que se van a echar unas buenas risas–, lo más gracioso del caso viene ahora, cuando recordamos que la entonces concejal Verde Cate Hernández, a la sazón compañera de Javier Esquembre, afirmó que “si se interpone un recurso contra el fallo judicial, lo único que se va a conseguir es bajar el nivel de las arcas municipales, ya que todo el proceso lo paga el consistorio”. Lledó, muy en su línea, no hizo caso a Cate, recurrió la sentencia con dinero público y perdió, ratificando la misma el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) a escasos días de las elecciones municipales de mayo de 2011.

Pues bien, sepan ustedes que el gabinete jurídico contratado por el ayuntamiento con el dinero de todos ya ha presentado ante el TSJCV el recurso contra la sentencia que condena a nuestro actual alcalde, a quien aprovecho la ocasión para recordarle lo que dijo Fulgencio Cerdán, su ahora socio de gobierno, cuando Lledó perdió su recurso: “Sea usted quien asuma personalmente las costas del juicio y el gasto que ha supuesto al ayuntamiento su representación legal en los tribunales por este caso”. Y ya sé que las declaraciones de Fulgen son muy correctas y sensatas, pero para soltar la mayor ya estaba Carlos Beltrán, asimismo socio de Esquembre, quien afirmó entonces: “Que un tribunal te diga dos veces que has actuado en contra de la Constitución es la peor condena para un político. Para nosotros, Lledó está inhabilitada políticamente, y si tuviera dignidad ni se presentaría a las próximas elecciones municipales”.

Comprenderán entonces, estimados lectores, las ganas que tengo de conocer el fallo del TSJCV… más que nada por ver dónde se mete más de uno como el juez diga que nones.

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