Estación de Cercanías

¡Qué bueno está el mes de junio!

No, no me he equivocado al utilizar el verbo, ni he confundido ser con estar. Lo que sucede es, sencillamente, que me han pillado echando una ojeada al último calendario masculino que ha llegado a mi correo electrónico, y qué quieren que les diga, estas son las palabras que espontáneamente han asaltado mi mente al llegar a este mes.
No crean que es el primero que recibo, qué va; desde hace más de un mes mi cuenta de e-mail ha recibido muestras para todos los gustos. Tengo jugadores de béisbol, de fútbol sala, policías municipales, falleros, bomberos o simplemente top models masculinos que ligeritos de ropa pero cargados de bíceps, tríceps y marmóreos abdominales, en posturas más que sugerentes, hacen las delicias, por qué no decirlo, de muchas de las que pasamos el día pegadas al ordenador, cosa que por otro lado es un regalo, porque poder contemplar la belleza nunca viene mal, y si al tiempo estimula algún que otro sentido adormecido por la rutina y el sopor del día a día pues mejor que mejor. Chicos, seguid alegrando nuestras pantallas, que donde estén alguna de estas fotos que se quiten las cestas, bodegones, vírgenes y paisajes de los calendarios de antaño. Y lo digo sinceramente y sin ningún tipo de recato: me gusta contemplar, porque creo que es una deuda que con nosotras ha tenido el género masculino, esos bellos cuerpos que cual Adonis o David de Miguel ángel, pero de nuestros días, se cuidan para nosotras, se preocupan por su aspecto, quieren mostrarnos la perfección de sus curvas, acto éste que es de justicia en compensación por los muchos años que han estado tapaditos, y ya tocaba compartir su hermosura con nosotras, aunque en este caso sea tan solo una belleza atrapada en una foto, sin más posibilidades, lamentablemente, que poder recrear vista y fantasía.

Seguramente que esto mismo les sucedió a algunos ustedes, hombres que me estén leyendo, cuando se pusieron delante el famoso calendario que Ryanair publicó en diciembre, almanaque que como siempre sucede cuando una mujer elige exhibir su cuerpo, levantó una desmedida polémica entre colectivos feministas de nuestro país, que seguramente cuando reciban un calendario masculino con este contenido taparán sus ojos, los tiraran a la papelera o hipócritamente dirán no conocerlos después de regocijarse con las estupendas visiones que de ellos se desprender, y así deberá ser, extremo que dudo, para hacerme entender el tipo de censura que aplican solamente sobre aquellas mujeres que deciden mostrarse sexis y divertidas, con o sin fines benéficos, que eso para el caso me es lo mismo, porque igualdad de criterio sería articular protestas contra los cuerpos de policías de San Sebastián de los Reyes o Benicàssim, contra los bomberos de Castellón o Elche, cuando la realidad es que ninguno de los casos anteriores ha sido objetivos de esas críticas y positivas discriminaciones, que cargan mujer contra mujer, aunque también Goya y Rubens mostraron nuestra desnudez, pero claro, me dirán que eso era arte.

Con todos mis respetos señoras de colectivos feministas, aterricen en nuestra actualidad social y voceen, si acaso, contra Tele 5 y la denigrante idea de mujer que transmite al vincular felicidad paradisíaca con un buen par de tetas, y dejen de sustentar sus caducos discursos sobre la imaginaria manipulación que presupone en aquellas que deciden libremente mostrar sus cuerpos, pues todavía estoy por escuchar tales calificativos contra los señores que lo hacen, cuando realmente en este contexto tan objetos sexuales somos los unos como los otros. ¿O acaso nosotras debemos reprimir esta idea que nos iguala y nos acerca en la liberación sexual?

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